EL HOLANDÉS ERRANTE / BAYREUTH 2023

EL HOLANDÉS ERRANTE / Festival de Bayreuth, 1 de agosto de 2023, 18 horas.
Otras representaciones: 4, 11, 14 y 18 de agosto
Producción de Dmitri Tcherniakov estrenada en 2021 / Decorados: Dmitri Tcherniakov. Vestuario: Elena Zaytseva. Dramaturgia: Tatiana Werestchagina. Luces: Gleb Filshtinsky.
Dirección musical de Oksana Lyniv (director del coro: Eberhard Friedrich)
Reparto: Georg Zeppenfeld (Daland), Elisabeth Teige (Senta), Tomislav Mužek (Erik), Nadine Weissmann (Mary), Attilio Glaser (timonel), Michael Volle (Holandés)
Minutación: 136'24 (2 horas 16 min).
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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Thriller nórdico

          Tercer año de la producción de Tcherniakov, planteada en clave de thriller y que resulta interesante por su construcción argumental y sus decorados, con giros de escenario que permiten ver distintas perspectivas. Repite Oksana Lyniv en el podio, quien declaró hace unos días en una entrevista en la Radio de Baviera que se siente muy unida a Bayreuth no sólo en lo musical sino como opción de desconexión veraniega, sobre todo con el conflicto armado que azota su país. En el reparto originalmente anunciado sólo había un cambio: Eric Cuttler no encarnaría a Erik en esta edición y sería sustituido por Andreas Schager. No es la opción más adecuada por tipología de voz, aunque ya cantó el rol en 2016, año de su debut en el Festival. Al tener que ocuparse de Parsifal, desistió de cantar esta breve parte y se anunció al croata 
Tomislav Mužek, quien ya cantó el papel en la anterior producción. El otro cambio se produjo antes de iniciarse los ensayos: John Lundgren comunicó no poder participar en el Festival por su situación personal, siendo sustituto por el veterano Michael Volle, que regresa así Bayreuth tras su Sachs en Maestros (2017-2021).

           Al igual que ocurriera con Tannhäuser, Radio Clásica ha decidido no retransmitir este Holandés. Desde la Radio de Baviera escuchábamos a Anna Greiter, quien se ocupó también de la retransmisión de Tannhäuser, al igual que el ingeniero de sonido Clemens Kamp.

          Oksana Lyniv repite su lectura briosa e incisiva, de precisa articulación -nótese la transición al tercer acto, de sonido desbordante y con presencia importante de las trompetas, pasandod espués a una magnífica escena de la fiesta, que va de lo festivo a lo explosivo, con una magnífica preparación y culminación del clímax-. Presencia habitual de las trompas. Parece que este año hay una mayor atención a lo que de folclórico hay en la obra -así, el tema de los marineros en el dúo de Daland y el Holandés, o la fiesta del tercer acto-. Magnífica introducción a la cavatina de Erik, paladeada y cargada de nostalgia, casi como un suspiro del personaje. Preocupantes intervenciones de las trompas, con más de una pifia, y también de alguna trompeta -y ya venimos con pifias en el Anillo en el solo de trompa-, lo cual es extraño porque consultada la plantilla en la web del Festival encontramos las habituales procedencias de las principales orquestas alemanas -en este caso, mayoritariamente de Berlín, Dresde y Leipzig-.

El Holandés (Volle) en el primer acto
          Tenía dudas sobre Michael Volle. Es un cantante que desde hace una década se ha lanzado a cantar los tres grandes roles para bajo-barítono: Wotan, Sachs y el Holandés, sin tener una voz de especial anchura y contando actualmente con 63 años. La voz es conocida: no es especialmente bella y por momentos con sonoridades ácidas -sobre todo cuando se trata de parlamentos, nótese en las palabras que intercambia con Daland en el primer acto-, pero posee buen color baritonal y es homogénea en toda la tesitura. Además, Volle es un cantante de buena técnica, musical, que frasea con elegancia compone un discurso con variedad de dinámicas y presenta atención al texto. En este sentido se nota su experiencia como liederista. Se ha mostrado vigoroso en el monólogo del primer acto y al final de la obra y su presencia dramática en este montaje tan peculiar, a la luz de las imágenes publicadas, es interesante.

Senta (Teige) y Erik (Mužek) en el segundo acto
        Elisabeth Teige es la voz femenina más importante de esta edición, donde ha encarnado a Sieglinde, al día siguiente a Elisabeth y ahora, a Senta, papel del que ya se ocupó el pasado año. Voz de verdadera lírico-dramática, con un centro ancho -oscuro en la balada- y subida al agudo con facilidad, sin pérdida de color. Si le añadimos una magnífica dicción y una presencia dramática importante, todo ello nos confirma que estamos ante la mejor encarnación del personaje en Bayreuth desde los años dorados, algo que ya dijimos el pasado año y ahora confirmamos.

          Georg Zeppenfeld compone un Daland noble y paternal, con voz redondeada, aterciopelada, línea cantábile y exquisito fraseo.

Erik (Mužek) en el segundo acto
          El Erik de Tomislav Mužek ya es conocido de la anterior producción. Posee una voz de lírico un tanto mate y de timbre blanquecino, por lo que el personaje resulta un tanto impersonal y emocionalmente débil aun cuando luzca bien en escena. No ha ayudado el inicio de su dúo con Senta, un tanto distante, si bien poco a poco ha ido entrando en el drama. Correcto en la cavatina. Cinco años han pasado de su última intervención en el Festival, cuenta ahora con 47 años y la voz ha perdido un punto de estabilidad.

          Nadine Weissmann es una Mary de corte tradicional -voz un punto ácida, madura y de tintes severos-, con aliento trágico. Como ya es conocido de años anteriores, en esta producción es la mujer de Daland e hija de Senta, además de poner fin a la trama disparando al Holandés cuando se descubre que todo es una venganza por el suicidio de su madre, por lo que su presencia escénica ha de exceder con mucho su participación vocal.

          Muy bien el Timonel de Attilio Glasser, con una emisión más diáfana que en el Oro y atento a los detalles, ofreciendo variedad de dinámicas. 

            En definitiva, un Holandés
Timonel (Glaser) en el tercer acto
 muy disfrutable y a un nivel notable, si bien un Erik con un 
poco más de personalidad hubiera redondeado el sólido reparto. Como curiosidad, el equipo escénico no salió a saludar. Quizás no estaban en Bayreuth en la primera representación. Esta producción debería verse el año que viene por cuarta y última vez -a salvo la eventual prórroga-, pero no sabemos si será así. La dirección del Festival ha indicado que el año que viene podrá verse de nuevo la producción de Tannhäuser de Tobias Kratzer, por quinto año, probablemente porque ha agotado las entradas rápidamente mientras que a este Holandés le ha costado llenar todas las funciones, si bien tradicionalmente es el título menos demandando en cuanto a entradas, a salvo cuando estrena nueva producción. No sabemos si en 2024 volverán a verse ocho títulos o esta producción descansará para reponerse después, aunque a la luz de los estrenos anunciados para 2024 y 2025, la reposición de la misma exigiría presentar de nuevo ocho títulos, si no en 2024, sí en 2025.

          Terminamos así las crónicas de Bayreuth en vivo, a la espera de que Tristán sea retransmitido en diferido, si bien comienza a circular por las redes que no se dará. Un Festival que ha traído novedades en los locutores de la Radio de Baviera y en las propias alocuciones, que abandonan el francés para realizarse exclusivamente en alemán e ingles, lo que aligera el tiempo de éstas. Una edición que en lo directorial no ha dejado el mismo sabor de boca que otros años, a reserva de lo que hará Markus Poschner en Tristán, que tras lo escuchado el pasado año seguro será exitoso. Inkinen ha pasado como un traductor más de la Tetralogía, mientras que la lectura de Stutzman de Tannhäuser no me ha hecho olvidar al tradicional pero siempre eficiente Kober. Heras-Casado no habrá desarrollado una dirección estelar, pero hay buenas maneras y el Festival ya ha confirmado que estará en el podio en 2024. Los resultados conseguidos han sido importantes, y podrán ir creciendo año a año. En cuanto a los solistas, los grandes entregados han sido Elisabeth Teige y Andreas Schager, además del habitual Georg Zeppenfeld. Se ha echado en falta a Stephen Gould y nos gustaría el pronto regreso de John Lundgren después de dos años de ausencia. De igual manera, Thielemann es una pieza fundamental del Festival y debe regresar, aun cuando no está previsto ni para 2024 ni para 2025. Andris Nelsons, tras su regreso en 2021 y 2022 para los conciertos de la época de la pandemia, debe tener a su cargo una producción.

Grabación digital procedente de la Radio de Baviera, en HD, en formato .mp3 a 256 kbps. 
Se incluyen las alocuciones iniciales y finales.

3 DE AGOSTO DE 2023

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