Otra representación: 16 de agosto
Producción de Valentin Schwarz estrenada en 2022 / Decorados: Andrea Cozzi. Vestuario: Andy Besuch. Dramaturgia: Konrad Kuhn. Iluminación: Nicol Hungsberg
Dirección musical de Simone Young
Reparto: Klaus Florian Vogt (Sigfrido), Ya-Chung Huang (Mime), Tomasz Konieczny (Viandante), Olafur Sigurdarson (Alberich), Tobias Kehrer (Fafner), Anna Kissjudit (Erda), Catherine Foster (Brunilda), Victoria Randem (pájaro del bosque).
Reparto: Klaus Florian Vogt (Sigfrido), Ya-Chung Huang (Mime), Tomasz Konieczny (Viandante), Olafur Sigurdarson (Alberich), Tobias Kehrer (Fafner), Anna Kissjudit (Erda), Catherine Foster (Brunilda), Victoria Randem (pájaro del bosque).
Minutación: Acto I: 81:37 / Acto II: 76:33 / Acto III: 83:09 / Total: 241:19 (4 horas 1 min)
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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Sigfrido reposado
Tras la preceptiva jornada de descanso, pasamos el ecuador de la Tetralogía con Sigfrido. El día anterior estaba programada la segunda sesión de Festspiele Open Air que, al igual que la primera, iba a ser dirigida por Pablo Heras-Casado. La climatología adversa impidió la celebración del concierto, una climatología que parece que continuará así en lo que resta de primer ciclo.
Clemens Nicol desde la Radio de Baviera e Irene de Juan desde Radio Clásica nos daban la bienvenida minutos antes de las cuatro de la tarde. Irene de Juan ha estado acompañada en el primer descanso por Pedro Gómez, quien como en Valquiria el pasado domingo se ha ocupado de analizar algunos leitmotivs de Sigfrido, y en el segundo por el historiador Enrique Gavilán, quien ha hecho un repaso a las cuestiones artísticas y literarias de Wagner.
Reparto idéntico al del año anterior con los cambios en Erda -Okka von der Damerau deja paso a Anna Kissjudit- y en el pájaro del bosque -Alexandra Steiner es reemplazada por la debutante Victoria Randem-. En conjunto notable, aunque como ocurriera en la jornada anterior, a distintos niveles: sobresalientes Ya-Chung Huang y Anna Kissjudit como Mime y Erda, dos voces de entidad que encajan a la perfección en sus respectivos roles. Muy notable, con presencia, el Fafner de Tobias Kehrer, como asimismo el pájaro del bosque de Victoria Randem. Notable Catherine Foster y el Viandante de Tomasz Konieczny. Cumple con solvencia Olafur Sigurdarson como Alberich y en cuanto al protagonista, el inclasificable Klaus Florian Vogt... pues es él mismo, con sus virtudes técnicas y su inadecuación tímbrica al personaje.
Simone Young, al igual que los días previos, prosigue con una lectura un punto más pausada que la del año anterior -este Sigfrido dura seis minutos más, si bien la duración del segundo acto es apenas unos segundos mayor que la de 2024-. En general estamos ante una lectura contemplativa, muy atenta a la sonoridad de la orquesta, típicamente romántica, con una cuerda siempre presente, nunca ampulosa ni recargada, alejada de todo efectismo, incluso sobria por momentos, de volumen ajustado y huyendo del derroche sonoro, y con especial esmero en los planos sonoros, siempre bien calculados a la hora de exponer el complejo entramado sonoro. Comienza con un preludio no especialmente misterioso ni inquietante, que en la sección central, con el tema de Mime, deja escuchar con presencia la línea del grave. En la primera escena la batuta es briosa en la discusión entre Sigfrido y Mime, muy atenta a la articulación. En el torneo del saber en cambio resulta un tanto prosaica, sin la épica que asociamos a este pasaje. Mejor en los subsiguientes sueños de Mime y acompañando en su descripción del miedo a Sigfrido, con un entramado orquestal redondo y terso de clara impronta sinfónica. Lectura pulcra de la fragua, con atención a la línea del grave, que se presenta nítida, y una forja cómoda para Vogt.
Bien planteado el preludio del segundo acto y con una escena del protagonista en el bosque muy atenta a la tímbrica. En el tercero puede echarse en falta más garra y épica -pensemos en ese preludio de metales rugientes que ofreció Marek Janowski en 2017, y toda la pirotecnia orquestal en el interludio y el despertar de Brunilda-, pero sin duda hay una batuta sabia y experta, que se recrea ofreciendo una pátina de dulzura con una orquesta dúctil y absolutamente plegada al planteamiento de la batuta.
Lo más discutible del elenco es el Sigfrido de Klaus Florian Vogt, cuyo timbre blanquecino no casa con el que asociamos al rol, como tampoco el material de partida -voz mate y sin metal- pero que presenta elementos técnicos que le hacen salir triunfante donde un sin fin de tenores fracasan: respiración, resistencia, dicción... amén de un fraseo natural y variedad de dinámicas. En su voz el rol no parece que entrañe dificultad. Va bien de volumen en todo momento, el instrumento funciona bien en los momentos más líricos y saca adelante los más dramáticos: en los primeros opta por esa emisión blanda angelical que tan bien le ha funcionado como Lohengrin -así, en los murmullos del bosque- y en los segundos opta por un discurso preciso en medida y atención al texto. Por si fuera poco no muestra síntomas de cansancio y termina fresca la función. La dirección suave de Young, además, le beneficia.
Ya-Chung Huang repite el sobresaliente Mime del año pasado, con una voz potente y bien timbrada, de cierta anchura -lo cual se hace patente al contraponerla a la de Vogt- preciso en la medida y dramáticamente equilibrado, sin recurrir a histrionismos.
Como en años anteriores, Tomasz Konieczny realiza la mejor interpretación en esta jornada, donde la tesitura le es más cómoda y la emisión es más natural, sin estar tan engolada. Notable labor en conjunto, con presencia frente a Alberich y mostrándose poderoso en su encuentro con Sigfrido en el tercer acto.
Olafur Sigurdarson comienza bien en su intervención en el segundo acto, con esa caracterización orgullosa que tan bien viene al personaje, tornándose vacilante según avanza el dúo con el Viandante, pero mostrándose firme en su intento de negociar con Fafner. La voz no es muy oscura pero en esta ocasión me resulta menos problemática, más allá de esa pérdida de color en el registro agudo.
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Anna Kissjudit con la enigmática pirámide que aparece en Oro, Valquiria y Sigfrido y que el montaje no termina de aclarar qué es: ¿un trasunto del oro? |
Anna Kissjudit revalidó las buenas impresiones que suscitó en el Oro, componiendo una Erda modélica: por timbre oscuro, intención y fraseo. Una creación de la madre tierra a considerar.
Catherina Foster demuestra que está en buena forma, con un instrumento terso y lacerante, con metal, en la parte más escarpada de las tres intervenciones en el Anillo. Estuvo entregada, aunque caló algún agudo comprometido, incluyendo el del final.
La noruega Victoria Randem, de ascendencia nicaragüense tiene los mimbres ideales para el Pájaro del bosque, realizando una encarnación muy idiomática de la parte, si bien un punto dubitativa en algún agudo puntual.
En definitiva, una dirección experta y un reparto cumplidor, si bien la batuta ha dejado mejor sabor en Valquiria y la dirección es más intelectualizada que emotiva, en todo caso de calidad por la buena comprensión del entramado sonoro y por la búsqueda de una sonoridad redonda y elegante.
Grabación digital en HD, en formato .acc a 256 kpbs, procedente de la Radio de Baviera.
Se incluyen alocuciones iniciales y finales.
31 DE JULIO DE 2025.
Gracias
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
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