EL FESTIVAL DE BAYREUTH 2021

Tras el paréntesis marcado por la crisis sanitaria el pasado verano, que redujo el Festival de Bayreuth a la mínima expresión, por fin regresa el certamen, si no totalmente en la forma acostumbrada, sí muy parecida, permitiéndonos disfrutar de las habituales retransmisiones radiofónicas. En esta ocasión, el programa trae funciones en versión de concierto -absolutamente excepcionales debido a las circunstancias de la pandemia, ha recalcado Katharina Wagner-; hace descansar la producción de Lohengrin estrenada en 2019 y debida a Yuval Sharon, con dirección musical de Christian Thielemann, debido a las dificultades para colocar el coro en el escenario con las limitaciones derivadas de la pandemia; y retrasa a 2022 la nueva producción del Anillo por la imposibilidad de cuadrar adecuadamente el calendario de ensayo del enorme plantel de cantantes que requiere. Sí podrán verse tres funciones de Valquiria con el director previsto para la Tetralogía, Pietari Inkinen, pero no lo será en el montaje de Valentín Schwarz, que verá su puesta de largo cuando se represente la Tetralogía completa, sino con una perfomance debida a Hermann Nitsch.

Los repartos y el calendario no han sido confirmados definitivamente hasta el mes de mayo, aunque meses atrás ya se conocían todos los nombres y no ha habido más que un cambio puntual. En cuanto a las entradas, ha habido que esperar a unas semanas antes para que salieran a la venta, a la espera de las limitaciones de aforo en el Festspielhaus, que será de 900 espectadores en cada función.

Oksana Lyniv

             El Festival dará comienzo el próximo 25 de julio con una nueva producción de El holandés errante debida a Dmitri Tcherniakov. El ruso ya había sonado para el Anillo, oferta que el propio Tcherniakov descartó, a la espera de poder ponerlo en escena primero con Barenboim en la Staatsoper de Berlín, con quien forma un tándem muy estrecho y con quien ya ha llevado a escena Parsifal y Tristán. En el podio estará por primera vez una mujer, la ucraniana Oksana Lyniv. Katharina ya anunció en la rueda de prensa previa el Festival de 2019 que esta producción sería dirigida musicalmente por una mujer, pero sin que trascendiera el nombre hasta septiembre de 2020. Lyniv ha sido directora de la Ópera de Graz entre 2017 y 2020, y con anterioridad directora asistente de la Orquesta Sinfónica de Bamberg, formación muy ligada al Festival desde su reapertura en 1951. Ya ha dirigido previamente el Holandés en el Liceo de Barcelona en 2017, en el que fue su debut en una ópera de Wagner. Es una directora relativamente joven (43 años), por lo que el Festival ha realizado una apuesta arriesgada frente a las batutas consolidadas de ediciones anteriores  (Haenchen, Jordan, Bychkov...).

El elenco es muy sólido y lo encabeza John Lundgren como Holandés y la debutante Asmik Grigorian como Senta. Junto a ellos, los habituales del Festival Georg Zeppenfeld (Daland) y Marina Prudenskaya (Mary) junto con los debutantes Eric Cutler (Erik) y Attilio Glaser (Timonel). Tendrán lugar siete representaciones.

Camilla Nylund (Eva) y Michael Volle (Sachs)
en una imagen de Maestros de 2019.

            El día 26 podrá verse, por última vez, según ha anunciado el Festival, la simpática producción de Maestros Cantores debida a Barrie Kosky, con dirección musical de Philippe Jordan. Estrenada en 2017 con éxito de crítica y público, será retirada con las cuatro ediciones de rigor sin obtener ninguna prórroga, probablemente por el paréntesis marcado por la edición de 2020 y el no interferir en el calendario de las próximas producciones. El reparto es idéntico al que se anunció para el no celebrado Festival de 2020 a excepción del rol de Magdalena, que no será afrontado por Wiebke Lehmkuhl, como se anunció inicialmente, sino por Christa Mayer. Difiere también con respecto a 2019, aunque este cambio ya se anunció desde el primer momento, el rol de Pogner, que no será interpretado por Günther Groissböck sino por Georg Zeppenfeld, dado que entonces y ahora el primero va a debutar el rol de Wotan. Sí que estará presente en esta producción, pero en el pequeño papel de Sereno. Volverá a escucharse el Sachs de Michael Volle, el Walther de Klaus Florian Vogt -un clásico, pues a excepción de 2011 lo ha cantado en todas las ediciones de la obra que han podido escucharse en Bayreuth desde 2007-, el David de Daniel Behle, la Eva de Camilla Nylund, y el Beckmesser de Johannes Martin Kränzle. Tendrán lugar seis representaciones.

El torneo de canto en el segundo acto de Tannhäuser

          El día 27 tendrá lugar la primera representación de Tannhäuser en el segundo año de la producción de Tobias Kratzer, con seis representaciones. En 2019 Valery Gergiev obtuvo críticas irregulares ya desde las primeras funciones, llegándose incluso a producir cierta tensión con el Director Musical del certamen, Christian Thielemann, debido al abultado calendario con que el director ruso llegó a Bayreuth, por lo que ya se sabía aun antes de acabar aquella edición que no repetiría al frente de la obra, siendo sustituido por el solvente kapellmeister Axel Kober, quien ya dirigiera la anterior producción que pudo verse en el Festival y quien tiene ya cierta experiencia en el intrincado foso de Bayreuth. Se mantiene la pareja protagonista conformada por Stephen Gould (Tannhäuser) y Lise Davidsen (Elisabeth), junto con la Venus de Ekaterina Gubanova y el Wolfram de Markus Eiche. Sí hay algunos cambios en los secundarios: el Landgrave no será Stephen Milling sino Günther Groissböck -rol que ya cantó en la anterior producción-, Daniel Behle se libera del rol de Walther cediéndolo al debutante Magnus Vigilius, mientras que el secundario habitual Kay Stiefermann no encarnará a Biterolf, siendo sustituido por el debutante Olafur Sigurdarson. Se mantienen Jorge Rodríguez-Norton (Heinrich) y Wilhelm Schwinghammer (Reinmar), mientras que el pequeño rol de Pastor pasa a ser compartido por Katharina Conradi, quien lo cantó en el año del estreno, y la habitual secundaria Alexandra Steiner, quizás por algún problema de agenda de la primera, pues Steiner asume las tres últimas funciones.

Hermann Nitsch

          El 29 de julio tendrá lugar la primera de las tres Valquirias que podrán escucharse este año. Para paliar la ausencia de Anillo, los medios se fueron haciendo eco de diferentes posibilidades, cristalizando en una perfomance a cargo de Hermann Nitsch (Viena, 1938), uno de los principales nombres del accionismo vienés de la década de los sesenta del siglo XX. Artista polémico, vinculado a espectáculos de fuerte contenido y al ritualismo primitivo, es probable que nos encontremos ante una propuesta transgresora, polémica y meta argumental, en la línea del abucheado Parsifal que escenificó Christoph Schlingensief en el Festival entre 2004 y 2007. Estará dirigida por  el debutante Pietari Inkinen, quien el año pasado debía haber dirigido la nueva producción del Anillo, pospuesta hasta 2022. Al igual que Lyniv, es otra novedad en lo que respecta a batutas jóvenes. Nacido en Kouvola (Finlandia), en 1980, tiene 41 años y en la actualidad es el director de la Orquesta Sinfónica de Praga y la Orquesta Filarmónica de Japón y obtuvo gran éxito dirigiendo la Tetralogía en Melbourne en 2013. El reparto tiene algunas diferencias frente al inicialmente previsto para el estreno de la Tetralogía, fruto de las circunstancias. Así, se mantienen la presencia de Klaus Florian Vogt (Sigmundo), Lise Davidsen (Sieglinde), Günther Groissböck (en el que será su debut como Wotan) y Christa Mayer (Fricka). Brunilda iba a ser inicialmente Petra Lang, pero finalmente se ha anunciado a la veterana Iréne Theorin, quien regresa a Bayreuth después de nueve años. Georg Zeppenfeld iba a cantar Hunding, pero la modificación del programa inicial ha hecho que el papel pase al debutante Dmitri Belosselskiy.

Christian Thielemann tras el estreno de la
producción de Lohengrin debida a Yuval Sharon (2018)

               Fuera de estos cuatro títulos escenificados, el 10 de agosto tendrá lugar un Parsifal en versión de concierto con Christian Thielemann  en el foso -quien este año, al no reponerse Lohengrin, no tiene asignada ninguna obra-. Se da la circunstancia, además, de que su contrato como Director Musical del Festival expiró el pasado 1 de enero y desde la gerencia del certamen sólamente se ha comunicado que siguen las conversaciones al respecto, no concluyendo si este puesto, creado ex profeso para él en 2015, va a seguir existiendo. No obstante, la continuación de la vinculación de Thielemann con Bayreuth parece indudable, pues ya se ha anunciado que se pondrá al frente de la nueva producción de Parsifal que tendrá lugar en 2023, con producción de Katharina Wagner. El director berlinés, aunque ha grabado la obra en dos ocasiones -una en Viena en 2005 y otra en Salzburgo en 2013, la primera en disco y la segunda en vídeo, ambas para DG-, sólo la ha dirigido en el Festival en 2001. Para esta ocasión, Thielemann ha escogido a la que fue la pareja protagonista de su último Tristán en Bayreuth: Stephen Gould y Petra Lang. Se trata de un rol inhabitual de Gould, que de esta forma lo dejará cantado en Bayreuth -como hizo también con otro rol inhabitual para él como fue el Sigmundo en La Valquiria de 2018-. En cuanto a Lang, ha abordado frecuentemente el rol de Kundry, y de hecho estaba previsto que lo cantase en Bayreuth en la última producción que pudo verse de la obra, pero la necesidad de hacerse cargo del rol de Isolda hizo que finalmente fuese cantado por Elena Pankratova. Una suerte de recompensa, permitiéndole así dejar el rol cantado en en el Festival. Repiten Georg Zeppenfeld (Gurnamenz) y Günther Groissböck (Titurel) y Derek Welton (Klingsor), ya escuchados años atrás. Amfortas estará cantado por Michael Volle, lo que será toda una novedad.

Andris Nelsons en el foso de Bayreuth cuando dirigió Lohengrin

               Completan el programa dos conciertos los días 22 y 25 de agosto con Andris Nelsons, ofreciendo fragmentos del Anillo, Lohengrin y Parsifal. Se confirma así lo que Katharina apuntó en una entrevista concedida en otoño de 2020, donde dejaba abierta la puerta a ofrecer algo de Sigfrido y del Ocaso. Ambos tendrán en común la primera parte, que será el primer acto de Valquiria con Klaus Florian Vogt (Sigmundo), Christine Goerke (Sieglinde)  y Günther Groissböck (Hunding). En la segunda parte, el día 22 podrán escucharse fragmentos de Lohengrin y Parsifal, algunos con Vogt, y el día 25, fragmentos del tercer acto de Valquiria y del Ocaso, incluyendo los adioses de Wotan con Gröissbock y la escena de la inmolación con Goerke. Estos dos conciertos son lo más extraño del programa, y parece que tienen un trasfondo reconciliador. Tras haber conseguido Nelsons un éxito apoteósico con Lohengrin (2010-14), fue propuesto en 2016 para dirigir Parsifal, pero renunció a principios de julio, ya avanzados los ensayos, por diferencias con el director musical del certamen, Christian Thielemann, quien parece ser presenciaba los ensayos y se permitía dar instrucciones a la orquesta, por lo que Nelsons, viéndose limitado en su criterio artístico, optó por abandonar el Festival. En aquél momento, además, se había anunciado extraoficialmente que dirigiría en 2020 el Anillo, planes todos ellos que quedaron truncados. El hecho de que a fragmentos de Lohengrin se añadan algunos de Parsifal y del Anillo, incluyendo un primer acto completo de La Valquiria, cuando además ya se programan este año tres funciones completas, con otro director y un reparto diferente, apunta en esta dirección. Sorprende la presencia de Christine Goerke, anunciada primero como Brunilda para el Anillo de 2020, después circunscrita únicamente al Ocaso y, finalmente, caída de cartel el 28 de febrero del pasado año, cuando se comunicó que, por razones personales, Goerke no realizaría actuaciones en Europa en un futuro próximo.

A mayores, habrá en el exterior una actuación de marionetas inspirada en El Oro del Rhin en el estanque próximo al Festspielhaus diseñada por Nikolaus Habjan, con música de Gordon Kampe sobre el libreto Noch noch Loge de Paulus Hochgatterer. Una forma de potenciar el espectáculo al aire libre en un momento donde los espacios cerrados presentan fuertes limitaciones.