Analizamos el recién publicado Parsifal de Knappertsbusch del Festival de Bayreuth de 1955, el que faltaba para completar la serie del Sumo Sacerdote del Grial, y que llega de la mano de Hänssler.
La ausencia del Parsifal de 1955 venía siendo comentada en los últimos años, y no se pensaba que fuera a editarse. El verano de 2023 ha traído esta novedad de la mano del sello Hänssler. Un Festival Escénico Sacro con elenco de los de siempre y correcto sonido monoarual procedente de las cintas originales de la Radio de Baviera, que nos permite escuchar el no tan habitual Amfortas de Dietrich Fischer-Dieskau, el curioso Titurel de Hermann Uhde y un poderoso Klingsor de Gustav Neidlinger. Kna despliega una vena más dramática en el primer acto, en uno de sus registros más ágiles. Vinay y Mödl, sin embargo, no dejaron aquí su interpretación más desbordante en el segundo acto.
Si tradicionalmente 1958 era el año fetiche para los wagnerianos en Bayreuth -Anillo y Parsifal con Kna, este último con el debut en la Verde Colina de Régine Crespin como Kundry y Jerome Hines como Gurnemanz, y Lohengrin de Cluytens-, en las últimas dos décadas ese epicentro fue virando hacia 1955: en 2004 salió a la luz, de la mano de Orfeo, el registro oficial del Tannhäuser de Cluytens, publicado anteriormente por Golden Melodram; en 2006 Testament publicó Sigfrido y Holandés con Keilberth en estéreo -este último ya había aparecido en vinilo de la mano de DECCA, quien colocó los micrófonos en el Festspielhaus: en 1956 con sonido monoaural y a principios de los setenta en estéreo-, a lo que siguió en los años siguientes las restantes partes de la Tetralogía y, en 2009, la edición oficial del Holandés de Kna por parte de Orfeo, que ya había sido editado antes de forma no oficial por Golden Melodram y Music & Arts. La añada 1958 contraatacó con la aparición, en 2018, de la edición oficial de Orfeo del Tristán de Sawallisch, con unos desbordantes Windgassen y Nilsson y con el director muniqués especialmente centrado. Del Parsifal de 1955 se venía hablando en los últimos años, por ser el único que quedaba sin publicar de toda la serie que Kna dirigiera en Bayreuth -de 1951 a 1964 a excepción de 1953-, y de hecho, desde hacía meses atrás circulaba por la red algunos fragmentos de pobrísimo sonido. El reparto contiene a cantantes de los de siempre, con la sustitución del habitual George London por Dietrich Fischer-Dieskau en el rol de Amfortas y el curioso Titurel de Hermann Uhde, fruto de una indisposición de Josef Greindl en la tercera de las cuatro funciones ofrecidas aquél año, la del 16 de agosto, que fue la grabada por la Radio de Baviera y que recoge esta edición.
En 1955 se llevó a Bayreuth el Mixtur-Trautonium desarrollado por Oskar Sala, instrumento electrónico que permitía reproducir de forma fácil tanto los yunques del Oro como las campanas de Parsifal. Carl Orff había comentado su existencia a Wieland Wagner en 1952, y en 1954 lo escuchó Kna en Berlín y quedó contento con el resultado, instalándose en el foso del Festspielhaus1. Este aparato electrónico, que causó controversia en su día, tuvo un uso efímero y pudo escucharse por última vez en 1957. En el primer acto puede dar el pego, pero en el interludio que conduce a la sala del Grial en el tercero resuena estentóreo y satura la toma con un sonido eléctrico (CD4, pista 10, 2:41, 2:46, 2:51, 2.56, y a partir de 3:01 -luego se modera-).
Por lo que respecta a esta edición, la primera cuestión a dilucidar es: ¿Qué pinta el sello Hänssler en todo esto? Si nos referimos a Wagner, ha sido quien ha publicado los últimos registros de Thielemann en el Festival de Pascua de Salzburgo: Maestros (2019) y un primer acto de La Valquiria y fragmentos del Ocaso (2021), probablemente por la vinculación que el sello tiene con la Staatskapelle Dresden, de la que Thielemann es titular -ya registró una casi integral Bruckner, obras de Strauss y Schönberg, un Requiem de Verdi o el wagneriano Ágape de los apóstoles-. Si nos referimos a Kna, el sello ya publicó una Hans Knappertsbusch Edition con una integral de las sinfonías de Brahms y una semi integral de las Bruckner. La novedad es su desembarco en el Bayreuth histórico, con la duda de si ese desembarco ha sido para quedarse. Unas semanas antes de que saliese a la luz este Parsifal, publicó un doble CD con el segundo acto de este registro y el tercero de Sigfrido de Keilberth del mismo año correspondiente al segundo ciclo y en el que Brunilda es Martha Mödl2. Precisamente es en Martha Mödl donde hay que poner el acento, y en Helmut Vetter, su albacea artístico, quien ya consiguiera del sello Hänssler la publicación, en 2009, de un Parsifal bajo la dirección de Ferdinand Leitner en la Ópera de París en 1954, con Windgassen de protagonista; en 2010 de su Antígona con Sawallisch de 1958 y, en 2012, un doble CD con fragmentos de su Isolda, Sieglinda, Brunilda, los Wesendonck Lieder, su Elektra y alguna que otra rareza. Tanto el doble CD con el segundo acto de Parsifal y el tercero de Sigfrido como el Parsifal completo proceden de las cintas originales de la Radio de Baviera y se han publicado con el consentimiento de la emisora y de la dirección del Festival. El librillo extiende los agradecimientos a Daphne Wagner, hija de Wieland, por lo que alguna implicación también habrá tenido.
La remasterización de las cintas ha corrido a cargo de Holger Siedler, de THS-Studio, quien ha realizado un buen trabajo. Me atrevería a decir que ligeramente superior al conseguido por Orfeo en el Tannhäuser de aquél año: la toma se presenta a un volumen mayor y tiene menos filtrado que la del sello muniqués. Ello trae consigo un leve soplido de fondo, que no empeña la presencia nítida de voces y orquesta, en la cual se aprecian multitud de detalles. En el primer acto, por ejemplo, nótese, en la intervención de Amfortas camino del lago, la presencia de los contrabajos en CD1, pista 4, 0:31 o de las violas en 1:07; o en el enfado de éste cuando se entera de que Gawan ha partido sin su autorización, con una cuerda grave violenta (2:32). Las arpas tienen una presencia nítida en pista 8, 2:44, cuando Gurnemanz inquiere a Parsifal por la muerte del cisne, mientras que en los momentos más íntimos de la escena de la Sala del Grial, las voces del coro suenan nítidas y el oyente aprecia claramente la rica polifonía escrita por Wagner (CD2, pista 5, 8:22). Hay dos leves chasquidos en CD1, pista 2, 4:42 y 4.58, y uno levísimo en pista 3, 0:07, como si se hubiera pinzado en estos puntos parte de la cinta original, anecdóticos y que no empeñan la toma. La única pega es la colocación de los micrófonos para el coro en la escena final, demasiado cercanos, lo que hace perder sensación de profundidad en el espacio tanto en la entrada (CD4, pista 11) como en los últimos compases (pista 14, 0:25) y, en este último caso, alterando el balance dando preferencia a las voces graves y perdiendo enfoque las agudas. En todo caso, y que nadie se lleve a engaño, no podemos hablar de milagro sonoro. Es el Parsifal que mejor suena hasta su fecha y supera a los de los tres años posteriores -el de 1958 no tiene soplido, pero la orquesta tiene menos definición-, pero pierde frente al de 1959 y posteriores, aun cuando éste y los de 1960, 1961 y 1963 no sean oficiales.
La edición de Hänssler es, ante todo, práctica. Caja dura de 4 CDs, sin caja de cartón exterior y librillo con escuetas notas, más centradas en la producción de Wieland en general que en este registro en particular, aunque con algunas fotografías de interés, no todas correspondientes a 1955. La de portada, la célebre tela de araña que representa el mundo de Klingsor, sí corresponde al año de la grabación-. Como curiosidad, existe una foto de Kna y Mödl en lo que parece el célebre restaurante Eule de Bayreuth. Las notas al programa concluyen con una acertada apreciación de Klaus Kalchschmid: Kna pasó de enfatizar la grandeza a enfatizar el drama. A nuestro juicio, este cambio no fue lineal, pero en 1955 se aprecia de forma ostensible.
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Martha Mödl como Kundry al inicio del segundo acto, con Neidlinger como Klingsor al fondo |
Este Parsifal ofrece uno de los primeros actos registrados por el Sumo Sacerdote del Grial de mayor tensión y atención dramáticas en los monólogos de Gurnemanz, con una cuerda punzante en los momentos más intensos de su narración, e incluso existe un tempo animado hacia el final de la primera parte de su gran monólogo al mencionar el Grial y la Lanza (CD1, pista 7, 2:30). Hay registros de Kna con mayor tensión en el momento en que Kundry revela a Parsifal que su madre esta muerta, que aquí sucede demasiado rápido (pista 9, 2:58), como también una Verwandlungmusik con mayor unción -no así la entrada de los caballeros del Grial, donde encontramos a Kna en todo su esplendor-. Minucioso en los momentos íntimos que se suceden tras descubrir el grial, la música va avanzando sin prisa pero sin quedarse atrás.
El preludio del segundo acto se beneficia de una lectura con impulso que deja entrever asimismo las segundas voces de la cuerda. Atmósfera sutil en el despertar de Kundry y dúo atento con Klingsor, si bien hay registros donde el acompañamiento a éste cuando ve llegar a Parsifal resulta más animado. Tras una escena de las muchachas-flor animada, el dúo comienza con una atmósfera suave y estática para ir ganando tensión hasta el clímax final.
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Ramón Vinay como Parsifal |
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Ludwig Weber como Gurnemanz. La imagen corresponde a 1956. |
Martha Mödl ofrece en el primer acto una interpretación directa y desenfadada, pero no superficial o trivial, en una plenitud dramática del rol. Nótense esos graves velados en sus Schlafen! con lo que pone fin a su intervención en el primer acto (CD1, pista 9, 6:25). En el segundo acto tampoco queda totalmente sumisa a Klingsor, sino que según avanza la escena entre ambos notamos su su rebeldía. En el dúo es una mujer seductora, si bien hacia el final no se encuentra tan desbordante como en otros registros, e incluso tiende a calar algunos agudos. Al cumplir 75 años en 1986, fue entrevistada por Bruce Duffie en el que fue preguntada por los grandes directores con que trabajó, a lo que contestó: Knappertsbusch fue el gran director de orquesta (...). Furtwängler fue el gran maestro3. En esta ocasión era el primer verano sin Furtwängler, quien había fallecido en noviembre del año anterior, apenas unas semanas después de que Mödl hubiera encarnado a Brunilda en la célebre Valquiria del director con la Filarmónica de Viena, en lo que fue el inicio de un Anillo en estudio con EMI que no pudo continuar.
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Fischer-Dieskau como Amfortas camino del lago. La imagen corresponde a una función donde Greindl es Gurnemanz (a la derecha). |
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Dietrich Fischer-Dieskau como Amfortas. La imagen corresponde a 1956. |
Gustav Neidlinger había tomado el relevo de Hermann Uhde como Klingsor el año anterior. A sus 45 años se encontraba en plenitud vocal, ofreciendo un retrato del nigromante de voz ancha y poderosa -quizás su interpretación más destacada de la parte en lo estrictamente vocal-, por lo que constituye el otro gran aliciente de este registro: poderle escuchar en óptimas condiciones sonoras en su mejor momento vocal, pues a partir del año siguiente y hasta el final de la década, Wieland preferiría al demoníaco Toni Blankenheim, no regresando Neidlinger al rol hasta 1960.
Magníficos secundarios, con nombres destacados como Josef Traxel y Alfons Herwig como caballeros o Gerhard Stolze entre los escuderos. Entre las muchachas-flor destacan Ilse Hollweg, Dorothea Siebert o Elisabeth Schärtel. Como curiosidad, en esta edición y en la siguiente, Martha Mödl se haría cargo del solo del final del primer acto, una breve intervención que haría de nuevo en su última aparición en el Festival, en 1967, ya en la cuerda de mezzo.
En algún comentario a esta versión se habla de que este registro estaba bajo llave, por ser el único que restaba por publicar de los de Kna. Yo no llegaría a tanto, y probablemente su retraso en aparecer haya sido debido a la casualidad, pues no olvidemos que los únicos grabados oficialmente en el Festspielhaus fueron los de 1951 (DECCA-Teldec) y 1962 (Philips). Los restantes fueron saliendo gracias a fuentes piratas de variada procedencia y sólo el de 1964 obtuvo edición oficial de Orfeo en 2007. No voy a decir que este registro me haya decepcionado, pero por su fecha me hice una ilusión errónea: esperaba un nivel similar a los de 1951 y 1952, pero con mejor sonido y algunos cambios de reparto. Efectivamente el sonido es mejor que el de aquéllos -sin ser tampoco milagroso-, pero aquí Kna tiene ciertos momentos de rutina -la Verwandlungmusik, el final de la obra- por lo que le privamos del excepcional. En cuanto al elenco, Vinay y Mödl flaquean levemente en el segundo acto frente a otras apariciones grabadas -compárese con el derroche vocal del dúo ofrecido con Krauss dos años antes-, y la intervención final del primero no es la más sutil. Si bien Weber tiene tablas, ha perdido esmalte y pasa también algún apuro en la zona alta. Por su parte, Fischer-Dieskau no es la mejor elección como Amfortas, si bien es un cantante histórico de solidísima técnica y aquí podemos escuchar su mejor interpretación del rol. Todo ello hace que el elenco no consiga las codiciadas cinco estrellas. ¿Dónde colocamos este Parsifal? Si conjugamos sonido, batuta y elenco, de los cuatro oficiales de Kna -1951, 1955, 1962 y 1964- quedaría en último lugar. Aunque sea el que tiene mejor sonido hasta su fecha, artísticamente se coloca por debajo de los de años precedentes, incuestionables cimas artísticas.
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