En el día de ayer fallecía a los 88 años de edad la soprano Heather Harper. Nacida en Belfast (Irlanda del Norte) en 1930, disfrutó de una versátil y prolífica carrera, alejada de la fama vacía, y siempre ejemplar en lo profesional. En el repertorio wagneriano será recordada por su Elsa en el Lohengrin que dirigió Rudolf Kempe en el Festival de Bayreuth (1967-68).
Sus padres, entusiastas de la música, decidieron ofrecer a sus cuatro hijos una enseñanza musical, comenzando con cuatro años a tocar el piano. Como pianista fue becada para estudiar en la Trinity School of Music de Londres, donde también inició estudios de violín y viola, que dejó en favor del canto. De la mano de su profesora, Helene Isepp, fue miembro de los Ambrosian Singers y del Coro de la BBC. Inició carrera solista cuando, en 1954, su maestra la recomendó como Lady Macbeth para una producción del Macbeth de Verdi del Club de Ópera de la Universidad de Oxford, a lo que siguieron incursiones como Violeta en La Traviata y Mimí en La Bohème. Debutó en 1956 en Glyndebourne como la primera dama de La flauta mágica de Mozart y en 1962 debutó en el Covent Garden como Helena en El sueño de una noche de verano de Britten, de quien estrenaría varias de sus obras -entre ellas el Requiem de Guerra-, y en el coliseo londinense desplegaría una carrera versátil en papeles de soprano lírica: Micaela en Carmen, Antonia en Los cuentos de Hofmann, Eva en Maestros o Gutrune en el Ocaso, aunque fundamentalmente es recordada por sus interpretaciones de Mozart y Britten.
Nos centraremos en recordar su llegada a Bayreuth en 1967 como Elsa de la mano de Rudolf Kempe, en la segunda producción que de Lohengrin realizó Wolfgang Wagner. Kempe, en aquél momento director de la Royal Philharmonic Orchestra, había coincidido con Heather Harper en varias ocasiones, pero nunca en el terreno operístico. La soprano cuenta que cuando le llegó la invitación de Wieland Wagner a cantar el rol, prefirió hablar con Kempe antes de dar una respuesta. No queda muy claro si las conversaciones entre Wieland y Kempe llevaron a Harper o bien directamente Wieland la propuso. La soprano cantó el papel al piano en su casa de Londres con Wilhelm Pitz -director del Coro de Bayreuth- al piano y Kempe dio su aprobación1. Su interpretación, hoy recogida en edición oficial de Orfeo, fue elegante y con voz un punto cremosa y, aunque no desarrolló una carrera propiamente wagneriana, no hay duda de que realizó una gran interpretación del papel de Elsa. Sobre todo teniendo en cuenta que hubo de compartir escenario con cinco cantantes diferentes, pues la indisposición de Sándor Kónya tras el estreno hizo que las siete representaciones restantes fueran cantadas por James King, Jess Thomas, Hermin Esser y Jean Cox2.
Heather Harper también desarrolló una carrera exitosa en papeles de Richard Strauss, quizás una faceta menos conocida: Ariadna, Arabella, Chrysotemis en Elektra o la Emperatriz de La mujer sin sombra. Se retiró de los escenarios en 1984, pasando a impartir docencia.
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Heather Harper también desarrolló una carrera exitosa en papeles de Richard Strauss, quizás una faceta menos conocida: Ariadna, Arabella, Chrysotemis en Elektra o la Emperatriz de La mujer sin sombra. Se retiró de los escenarios en 1984, pasando a impartir docencia.
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1 Puede leerse la historia completa aquí (en inglés).
2 James King es el protagonista en la edición oficial de Orfeo, en un registro correspondiente a la segunda función. Sin embargo, ya antes Golden Melodram había publicado una edición no oficial, con sonido monoaural, correspondiente al estreno, donde Lohengrin es Sándor Kónya. No es la primera ocasión en que Orfeo, cuando publica la edición oficial de los archivos de la Radio de Baviera, utiliza material correspondiente a otra función diferente de la que había estado circulando en edición no oficial, lo que lleva a pensar que la Radio de Baviera grababa varias representaciones.
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