20/07/2019
La revista británica The Spectator publica una entrevista a la soprano realizada por el prestigioso crítico briátnico Norman Lebrecht, donde se siente molesta por el abandono que recibe en su Reino Unido natal. Catherine Foster destaca por ser una de las mejores Brunildas de nuestros días, papel que ha cantado en seis ediciones del Festival de Bayreuth.
Catherine Foster en el tercer acto de Sigfrido en el Festival de Bayreuth de 2017, dirigida por Marek Janowski. |
La entrevista completa puede leerse aquí (en inglés). La soprano de Nottingham, de 44 euros, pasea por toda Europa con gran éxito los roles de Elektra, Isolda, Senta, Turandot o Brunilda -papel que ha cantado en seis ediciones del Festival de Bayreuth (2013-18)-. Sin embargo, ningún teatro británico le ha ofrecido un papel de estas características ni está previsto que lo haga por el momento. El crítico Norman Lebrecht no se anda con rodeos: Seis años de ovaciones en Bayreuth no cuentan para nada en Gran Bretaña. Algo se ha ido pudriendo en nuestro sistema subsidiado por el Estado si una soprano británica no puede recibir una llamada del Covent Garden.
Tras pasar los últimos seis veranos en Bayreuth, Foster se encuentra este año en su casa descansado y cuidando su jardín. De padre ingeniero y madre secretaria, no había música en su casa, pero ella desde los tres años tenía claro que quería ser enfermera y cantante. Comenzó cantando en la iglesia de Wilford, donde llegó a ser la jefa del coro. Mientras estudiaba Enfermería comenzó a frecuentar coros aficionados. Comenzó a trabajar como partera y, a través de una de sus pacientes, contactó con su primera profesora de canto, Paloma Coock, fundadora del coro Cantemus Girls. Marchó al Conservatorio de Birmingham, aunque durante los fines de semana seguía haciendo turnos en el hospital.
Tras ganar un premió, marchó a Manchester un año, y después consiguió cantar la Reina de la Noche de La flauta mágica en la Ópera de Irlanda del Norte y en las Óperas Nacionales de Inglaterra y Gales, pero tras ello todas las audiciones en su país natal fueron fallidas. Peter Katona, director de casting del Covent Garden le dijo que debía probar en Alemanía, donde hay 83 teatros de ópera que contratan cantantes de forma estable. La soprano cuenta que escribió cien cartas con el correspondiente CD y obtuvo tres respuestas. Recién casada, marchó sola a Alemania sin saber alemán y se instaló en Weimar en un pequeño apartamento, donde había sido contratada para cantar Elisabeth en Tannhäuser. Rápidamente ganó reconocimiento: la soprano británica Gwyneth Jones acudió a Weimar a escuchar su Senta y Eva Wagner-Pasquier, codirectora del Festival de Bayreuth, acudió a Riga para escuchar su Brunilda.
Su debut en Bayreuth se produjo en 2013, como Brunilda en la producción del Anillo del bicentenario del nacimiento de Wagner, con dirección de Kirill Petrenko y producción de Frank Castorf. El Festival inicialmente había mantenido conversaciones con Angela Denoke, pero declinó cantar el papel. Su primera profesora, Paloma Coock, quien había reservado vuelo para ir a verla, falleció poco antes del estreno de un derrame cerebral. Algunos críticos encontraron algunos fallos en su primera actuación, pero según avanzaba el Festival, y año a año, se fue consolidando en el personaje.
Cuenta que aquél año, una noche su marido Robert se encontró en un bar con dos críticos ingleses, George Osborne y Michael Gove. Él comentó que su mujer estaba cantando en el Festival, y los críticos preguntaron que en qué papel, a lo que él contestó que Brunilda. Ambos se sorprendieron y cenaron con la soprano. Sólo George Osborne publicó una reseña en Londres y Peter Katona nunca la ha llamado desde el Covent Garden. Concluye la soprano: Se ha sugerido que el mayor favor que me hizo Gran Bretaña fue enviarme a Alemania. He hecho 52 Elektras y 65 ciclos del Anillo. La respuesta del Covent Garden es que el Anillo no se programa muy a menudo, y si tienes en agenda a Nina Stemme no hace falta buscar más. Respecto a los otros roles, nada dicen.
La soprano achaca esta situación a un cierto clientelismo. No estudió en un conservatorio con el título de Royal, nunca ha tenido relación con los agentes británicos más influyentes y su agente es alemán. Afortunadamente, en marzo de 2020 cantará dos Elektras en versión de concierto con el director Kirill Karabits en Birmingham y Bournemouth.
Norman Lebrecht es demoledor en sus conclusiones: Gran Bretaña ya no es lugar para que florezca una cantante de ópera. Y si cree que lo es, sólo pregúntese: ¿Qué debe hacer una muchacha de Nottingham para obtener una audición justa en Londres?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario