Oberturas y marchas por Varujan Kojian y la Orquesta Filarmónica de Kong (1983)

Naxos fue el primer sello de bajo coste que apareció en el mercado discográfico. Fundado en los albores del disco compacto, en 1987, por Klaus Haymann, un alemán residente en Hong Kong, la discográfica ha sido el filón al que recurrir ante obras poco habituales o reediciones de grabaciones históricas. En este caso, un disco que contiene dos oberturas de juventud del Maestro: Polonia y Rule Britannia, y dos marchas de madurez: la Gran marcha festiva para el centenario de la independencia americana y la Marcha imperial.

OBERTURAS Y MARCHAS

Obertura Polonia
Obertura Rule Britannia
Gran marcha festiva
Marcha imperial

Orquesta Filarmónica de Hong Kong
Varujan Kojian
(grabación de estudio realizada en el Tsuen Wan
Town Hall de Hong Kong
el 20 y el 21 de enero de 1983)

Dirección:
Sonido:

               En el año 2006 Naxos editó este disco en el marco de sus dos principales políticas: sacar al mercado obras poco habituales, que escapan a la política de grabación de los grandes sellos; y reeditar una grabación procedente de otro sello discográfico obteniendo la oportuna licencia. Efectivamente, fue el sello Marco Polo el que en 1983 grabó estas obras con la Orquesta Filarmónica de Hong Kong y Varujan Kojian. La presencia de la formación china no nos sorprende mucho a día de hoy, pues en 2015 Naxos comenzó la grabación y edición de un Anillo propio a obra por año, utilizando para ello las interpretaciones en versión de concierto que iba ofreciendo Jaap van Zweden con esta agrupación -desde 2018 director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York- y que en 2019 se ofrece en una caja conjunta. Sí nos sorprende más la presencia de Varujan Kojian, un director  libanés desconocido. Kojian (1935-1993), según podemos leer en el librillo que se acompaña, comenzó a estudiar violín a la edad de ocho años y en un recital llamó la atención del Presidente de su país, quien lo becó para estudiar en París. Después, fue seleccionado por el histórico violinista Jascha Heifetz para sus clases magistrales en los Estados Unidos, y allí llamó la atención de Zubin Mehta, quien le ofreció el puesto de ayudante de concertino de la Orquesta Filarmónica de los Ángeles, donde surgió su interés por la dirección de orquesta. Comenzó como director de la Orquesta de Beverly Hills, siendo nombrado en 1970 asistente de Zubin Mehta en Los Ángeles. En 1980 pasó a ser titular de la Sinfónica de Utah y después de la de Santa Bárbara.

               El principal interés de este disco radica en las dos oberturas de concierto, por ser el único registro disponible de estas obras de juventud compuestas en 1836 y 1837. Rule Britannia no ha sido grabada en otra ocasión, mientras que Polonia lo fue posteriormente, en un disco así titulado, hoy descatalogado, donde se recogían las obras de Wagner y Elgar del mismo nombre y la Fantasía polaca de Paderewski. Se ocupaban de la interpretación la Royal Philharmonic Orchestra de Londres con su principal director asociado, el polaco Grzegorz Nowak. El interés es menor en el caso de la Gran marcha festiva y de la Marcha imperial, por haber sido grabadas por Marek Janowski con la Sinfónica de Londres (EMI) y que hoy pueden encontrarse en el disco The other Wagner (Warner), tres CDs que incluyen diversas obras orquestales del Maestro, incluyendo la Marcha del homenaje, lo que permite escuchar las tres marchas que compuso. Las interpretaciones de Janowski son más idiomáticas y ricas -cuerda más musculosa, fraseo más elegante, paleta orquestal más coloreada-, aunque este resultado no se debe exclusivamente al director, sino también a una orquesta superior.

              Varujan Kojian es un solvente director para estas obras, interpretadas a tempi adecuados y con el impulso requerido, sin especial refinamiento, pero con claridad de planos sonoros y una sonoridad próxima a Carl Maria von Weber. La Filarmónica de Hong Kong igualmente se desempeña con solvencia, incluso virtuosismo, pues acomete pasajes de gran agilidad con nitidez y claridad. En las dos marchas, obras de madurez -la Imperial es de 1871 y la Festiva de 1876-, se echa en falta una sonoridad orquestal más wagneriana: cuerda un punto más musculosa y redondeada, capaz de formar un cimiento orquestal sobre el que apoyar los vientos; metales más redondeados y mayor presencia del grave -de hecho, parece que la toma sonora está más balanceada hacia los agudos, que suenan brillantes, en detrimento de los graves-.

               En definitiva, una interpretación solvente para obras prácticamente desconocidas en un disco de poco más de 45 minutos. La presentación de Naxos es la tradicional espartana de gran parte de su andadura -en las últimas ediciones, sobre todo tratándose de cajas, ya cuida un poco más este extremo-. Las concisas notas del librillo son explicativas del contexto de estas obras. El precio económico de Naxos y el ser la única oportunidad de hacerse con las dos oberturas descritas hacen recomendable su adquisición para completistas wagnerianos.

SEPTIEMBRE DE 2019.

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