PARSIFAL / BAYREUTH 2019

PARSIFAL / Festival de Bayreuth, 30 de julio de 2019
Otras representaciones: 2, 5, 15, 19, 22 y 26 de agosto
Producción de Uwe Eric Laufenberg estrenada en 2016 / Decorados: Gisbert Jäkel. Vestuario: Jessica Karge. Dramaturgia: Richard Lorber. Iluminación: Reinhard Traub. Vídeo: Gérard Nizi
Dirección musical de Semyon Bychkov (director del coro: Eberhard Friedrich)
Reparto: Ryan McKinny (Amfortas), Wilhelm Schwinghammer (Titurel), Günther Groissböck (Gurnemanz), Andreas Schager (Parsifal), Derek Welton (Klingsor), Elena Pankratova (Kundry), Martin Homrich (primer caballero del Grial), Timo Riihonen (segundo caballero del Grial), Alexandra Steiner (primer escudero y muchacha-flor), Mareike Morr (segundo escudero y muchacha-flor), Paul Kaufmann (tercer escudero), Stefan Heibach (cuarto escudero), Katharina Conradi (muchacha-flor), Ji Yoon (muchacha-flor), Bele Kumberger (muchacha-flor), Marie Henriette Reinhold (muchacha-flor), Simone Schröder (solo).
Minutación: Acto I: 103'09 / Acto II: 68'45 / Acto III: 76'36 / Total: 248'30 (4 h 8 min).
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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Drama y espiritualidad universal


               El pasado 20 de agosto la Radio de Baviera ofreció en diferido la retransmisión correspondiente a la primera representación de Parsifal, que tuvo lugar el 30 de julio. Ninguna emisora lo dio en directo, por lo que hemos tenido que esperar para poder escucharlo. Esta retransmisión tiene además la particularidad de que, no habiendo ninguna emisora en directo conectada el día de la representación, las alocuciones típicas cambian de forma. Sí se mantienen las tradicionales fanfarrias a su inicio, pero no estaban los locutores habituales ni se empleó la tradicional fórmula de citar a las emisoras conectadas en directo y la estructura tan característica con que, en alemán, inglés y francés, se citan a todos los intervinientes.

              Cuarto, y parece ser que último año, de la producción de Uwe Eric Laufenberg. Una producción que a lo largo de estos años ha destacado por su nivel vocal, por su concepción sencilla pero efectiva -el traslado de la obra a los conflictos actuales en Oriente Medio- y por estar en manos de dos buenos directores -Hartmut Haenchen los dos primeros años, quien por razones de edad dio paso a Semyon Bychkov al tercero- pero de concepciones diametralmente opuestas y a la vez complementarias y de interés. El montaje se hubiera merecido, como mínimo, un año de prórroga, sobre todo cuando montajes de menor nivel escénico y vocal, como el último Holandés o el presente Tristán, lo han conseguido -aunque en parte estos lo hayan logrado debido a las circunstancias de.

               La dirección de Semyon Bychkov mantiene la visión ascética del año anterior, pero gana gracias a un mayor dramatismo y una paleta de colores más rica. Parece que el director ha conseguido sacarle mayor partido al intrincado foso de Bayreuth. Los tempi son algo más vivos en esta ocasión, sobre todo en el tercer acto, cinco minutos más breve. Así, merece destacarse el acompañamiento a Gurnemanz en los actos primero y tercero -este último modélico en general-, la Verdwandlung -aunque ésta resultó un punto más extática el año pasado-, la espiritualidad que se respira al final del primer acto o un dúo de Parsifal y Kundry en el segundo que va ganando intensidad hasta el clímax.


Amfortas (McKinny) y Kundry
(Pankratova) en el primer acto.
               El reparto se mantiene en lo sustancial respecto a años anteriores -Thomas J. Mayer fue Amfortas el año pasado sustituyendo a Ryan McKinny, quien regresa este año-, con algún cambio en las muchachas-flor, en el solo -Wiebke Lehmkuhl se centra en el papel de Magdalena en Maestros y deja la breve parte a la veterana Simone Schröder, quien no la cantaba desde 2012 y que con esta edición hace un total de trece (todos los Parsifal entre 1999 y 2012)- y en el papel de Titurel -Tobias Kehrer es sustituido por Wilhelm Schwinghammer-. El elenco se muestra a buen nivel y es homogéneo, pero habría que destacar, por la dificultad que entraña encontrar cantantes de alto nivel para ciertos papeles, a Elena Pankratova, una verdadera soprano dramática de voz tersa, agudos brillantes y graves más que suficientes para la parte híbrida de Kundry, y que sin lugar a dudas es la mejor valedora del papel en la actualidad. En el extremo opuesto, sin deslucir el resultado global pero claramente inferior, Wilhelm Scwhinghammer como Titurel.

               Andreas Schager demuestra buenas maneras vocales como Parsifal, con una dimensión impetuosa y juvenil del personaje, un registro medio con anchura suficiente para la parte y agudos brillantes. Solidísimo en los dos primeros actos, y especialmente entregado en el dúo con Kundry del segundo, no dosifica del todo bien sus energías, y muestra fatiga en el tercero, con una emisión más inestable, un cierto vibrato amplio y menos generoso en el registro agudo.


Amfortas (McKinny) al final de la obra, frente al ataud de Titurel.
               Günther Groissböck encarna un Gurnemanz más guerrero que monje, con una voz vigorosa, tersa y potente que discurre por la partitura con rotundidad y naturalidad, con un fraseo elegante. Los dos primeros años de esta producción el papel lo cantó Georg Zeppenfeld, quien por voz y maneras ponía más acento en el aspecto más místico del personaje, por lo que este montaje se ha beneficiado de dos excelentes cantantes con interpretaciones diferentes del personaje.

               Elena Pankratova es una excelente Kundry de voz tersa, agradable, con la necesaria oscuridad, equilibrada línea de canto, atención a las dinámicas, y una impronta dramática que ha ido ganando año a año en esta producción. Es una delicia escucharla sortear los escarpados saltos de la partitura y los vibrantes Irre! al final del segundo acto.

               Ryan McKinny es un notable Amfortas de voz homogénea que corre bien por la partitura y muestra atención a las dinámicas. Su interpretación es doliente pero no cae en el histrionismo ni en el descontrol vocal. Su emisión es un punto nasal en su primera intervención cuando va hacia el lago.

               Wilhelm Swhinghammer no es una voz adecuada para Titurel. No es grande, no es especialmente generosa en el grave, y la emisión y el fraseo son toscos, falto de autoridad, a pesar de la tensión dramática que logra Bychkov.


Kundry (Pankratova) y Klingsor (Welton)
               Derek Welton vuelve a encarnar su sólido Klingsor, de voz homogénea y con un punto de nobleza, uno de los mejores cantados de nuestros días, sabiéndole sacar partido al poco agraciado papel.

               Simone Schröder, quien pasará a la Historia de Bayreuth como la intérprete más habitual del solo del final del primer acto, no tiene una voz con un registro grave especialmente destacado, pero su interpretación respira recogimiento. El resto de secundarios al habitual buen nivel.

               El coro dirigido por Eberhard Friedrich, como es norma, excepcional, desde las sonoridades más explosivas a las más sutiles.

               Con esta crónica finalizamos, este año más tarde de lo habitual, las retransmisiones desde Bayreuth. Una edición de indudable buen nivel musical y vocal pero que recordaremos como la de las sustituciones continuas, no sólo con respecto a los repartos inicialmente anunciados sino una vez comenzado el Festival. Para 2020 nos esperan importantes novedades con la nueva Tetralogía.


Grabación digital procedente de la Radio de Baviera en formato .mp3 a 128 kbps.
Se incluyen alocuciones iniciales y finales.

31 DE AGOSTO DE 2019.

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