Hamer Hall, Melbourne / Orquesta Sinfónica de Melbourne
Dirección musical de Sir Andrew Davis
Programa: Idilio de Sigfrido / La Valquiria (acto I). Frank van Aken (Siegmund), Eva Maria Westbroek (Sieglinde), Daniel Sumegi (Hunding)
Minutación: Idilio de Sigfrido: 19'31 / La Valquiria (acto I): 68'25
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Orquesta en las antípodas; Wagner como en casa
He de reconocer que ver en programa un concierto dedicado a Wagner por la Orquesta Sinfónica de Melbourne me resultaba exótico. En el reparto, en cambio, sí figuraban dos cantantes wagnerianos conocidos, como son el matrimonio formado por Frank van Aken y Eva Maria Westbroek, esta última una de las grandes Sieglindes por sus medios vocales y temperamento dramático. En el podio, Sir Andrew Davis, quien es el director de la formación desde 2013 -cargo que compatibiliza con la dirección de la Orquesta de la BBC y la Lyric Opera de Chicago-. El director británico, por cierto, anunció el pasado mes de abril que dejaría la dirección de la Orquesta Sinfónica de Melbourne al finalizar su contrato en diciembre de 2019, cuando contará con setenta y cinco años.
En programa dos obras: el poema sinfónico Idilio de Sigfrido y el primer acto de La Valquiria en versión de concierto. La australiana ABC Radio se ocupó de su retransmisión. La emisora retransmite en línea con una calidad un tanto ramplona para nuestros días (67 kbps en formato .aac, lo que equivale a algo menos de 128 kbps en .mp3), pero permite escuchar el concierto dignamente.
La Orquesta Sinfónica de Melbourne sorprende por su empaste y precisión, demostrando ser una formación con gran nivel. Leyendo acerca de su trayectoria, me encuentro con que orquesta y director se encuentran inmersos en un ciclo de las sinfonías de Mahler -en su programación, no en disco-, y escuchado el trabajo realizado en este concierto, no tengo dudas de que sus interpretaciones del universo mahleriano deben ser, cuanto menos, interesantes.
A su frente, Sir Andrew Davis demuestra ser un notable director wagneriano. La semana pasada, cuando hablábamos del Oro que Davis dirigió en Chicago, me pareció que la batuta era meramente competente, correcta, demostrando conocer el repertorio wagneriano, pero con caídas de tensión debido a unas velocidades reposadas que hay que saber sostener. Pues bien, en este caso, utilizando también velocidades dilatadas, la labor de Davis ha sido muy superior. Ya en el Idilio de Sigfrido ha demostrado un perfecto manejo de dinámicas y articulaciones, transparencia de planos sonoros y elegantísimo fraseo, discurriendo serena la obra en una atmósfera sutil. Notabilísimo primer acto de La Valquiria, demostrando que a velocidades pausadas -68'25, más que Kna en su célebre Valquiria de 1958 en Bayreuth (66'17)- puede lograrse una construcción dramática sólida, sin caídas en el discurso. La orquesta responde con fuerza -quizás los metales quedan un poco tapados por la cuerda en el preludio y al final-, pero sin poder saber hasta que punto se debe a la toma sonora- y frasea con naturalidad. En definitiva, muy buen nivel orquestal, tanto en la prestación técnica de la orquesta como en la batuta.
En lo vocal, sin embargo, no nos mostramos tan elogiosos. Me ha sorprendido gratamente el bajo australiano Daniel Sumegi, cuya carrera se mueve predominantemente entre los teatros de Melbourne, Sydney y Seattle. Es ya un cantante con andadura en la escena, pues debutó en 1988, y tiene en repertorio todos los papeles para bajo de las óperas de madurez de Wagner a excepción del Rey Enrique de Lohengrin-, además de algunos para barítono que interpretó años atrás -Kurwenal y Klingsor-. También cantó Wotan en el Anillo de Los Ángeles en 2010, aunque parece que no ha ahondado en él, como tampoco en el Holandés, que cantó en la Ópera Estatal de Australia del Sur en 2009 y que volverá a interpretar en 2019 en Malmö (Suecia). La voz sorprende por su solidez en el registro grave y su timbre cavernoso, y su interpretación es noble. Sin embargo, la emisión no termina de ser limpia y se torna fea, una pena, pues con una emisión más diáfana estaríamos ante un intérprete sobresaliente del personaje.
La Sieglinde de Eva Maria Westbroek es muy conocida, pues ha sido una de las grandes valedoras del papel en la última década. Tres grabaciones ha dejado del personaje: con Simon Rattle en el Anillo de Aix-en-Provence con la Filarmónica de Berlín (en vídeo, Bel Air Classics, 2007), con Christian Thielemann en Bayreuth (Opus Arte, 2008) y con James Levine en el Metropolitan (en vídeo, DG, 2011). A sus cuarenta y ocho años la voz ha perdido algo de esmalte frente a aquellos registros, pero lo que sí se mantiene invariable es su temperamento dramático.
Lo más flojo, sin duda alguna, es el Sigmundo de Frank van Aken. Digámoslo abiertamente: van Aken, aunque procura cantar con su esposa todo lo posible, es un tenor con medios vocales menos afortunados. Cantó en Bayreuth Tannhäuser en 2007, en la última reposición de la producción de Philippe Arlaud, sustituyendo a Stephen Gould -que aquél año cantaba Sigfrido-. Su voz, de tenor spinto, nunca ha sido especialmente bella, de timbre áspero y un punto doliente, aunque en aquella ocasión compuso un competente caballero-cantor. Han pasado once años y se nota el paso de tiempo. La voz es más áspera y suena fatigada, monocromático en dinámicas, con tiranteces en el agudo y un vibrato amplio en las notas largas, lo que desmerece especialmente los momentos más líricos del personaje, como el Winterstürme. Tiene la misma edad que su esposa, pero su deterioro vocal se hace patente. El tenor parece consciente de ello, pues ya desde el año pasado ha comenzado a programar papeles de tenor de carácter, como los straussianos Aegisto en Elektra o Herodes en Salomé.
En definitiva, un concierto con muy buena prestación orquestal y de batuta y con un reparto desigual en los tres personajes, desde la notable Westbroek al competente Sumegi y al muy mermado van Aken.
Programa: Idilio de Sigfrido / La Valquiria (acto I). Frank van Aken (Siegmund), Eva Maria Westbroek (Sieglinde), Daniel Sumegi (Hunding)
Minutación: Idilio de Sigfrido: 19'31 / La Valquiria (acto I): 68'25
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Orquesta en las antípodas; Wagner como en casa
Sir Andrew Davis. |
En programa dos obras: el poema sinfónico Idilio de Sigfrido y el primer acto de La Valquiria en versión de concierto. La australiana ABC Radio se ocupó de su retransmisión. La emisora retransmite en línea con una calidad un tanto ramplona para nuestros días (67 kbps en formato .aac, lo que equivale a algo menos de 128 kbps en .mp3), pero permite escuchar el concierto dignamente.
La Orquesta Sinfónica de Melbourne sorprende por su empaste y precisión, demostrando ser una formación con gran nivel. Leyendo acerca de su trayectoria, me encuentro con que orquesta y director se encuentran inmersos en un ciclo de las sinfonías de Mahler -en su programación, no en disco-, y escuchado el trabajo realizado en este concierto, no tengo dudas de que sus interpretaciones del universo mahleriano deben ser, cuanto menos, interesantes.
A su frente, Sir Andrew Davis demuestra ser un notable director wagneriano. La semana pasada, cuando hablábamos del Oro que Davis dirigió en Chicago, me pareció que la batuta era meramente competente, correcta, demostrando conocer el repertorio wagneriano, pero con caídas de tensión debido a unas velocidades reposadas que hay que saber sostener. Pues bien, en este caso, utilizando también velocidades dilatadas, la labor de Davis ha sido muy superior. Ya en el Idilio de Sigfrido ha demostrado un perfecto manejo de dinámicas y articulaciones, transparencia de planos sonoros y elegantísimo fraseo, discurriendo serena la obra en una atmósfera sutil. Notabilísimo primer acto de La Valquiria, demostrando que a velocidades pausadas -68'25, más que Kna en su célebre Valquiria de 1958 en Bayreuth (66'17)- puede lograrse una construcción dramática sólida, sin caídas en el discurso. La orquesta responde con fuerza -quizás los metales quedan un poco tapados por la cuerda en el preludio y al final-, pero sin poder saber hasta que punto se debe a la toma sonora- y frasea con naturalidad. En definitiva, muy buen nivel orquestal, tanto en la prestación técnica de la orquesta como en la batuta.
Daniel Sumegi. |
Frank van Aken y Eva Maria Westbroek. |
En definitiva, un concierto con muy buena prestación orquestal y de batuta y con un reparto desigual en los tres personajes, desde la notable Westbroek al competente Sumegi y al muy mermado van Aken.
Grabación digital procedente de ABC Radio (Australia) en formato .aac a 67 kbps.
3 DE SEPTIEMBRE DE 2018.
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