EL ORO DEL RHIN / LYRIC OPERA DE CHICAGO

EL ORO DEL RHIN / 1 de octubre de 2016
Otras representaciones: 5, 9, 13, 16 y 22 de octubre.
Nueva producción de David Pountney / Decorados: John Engels y Robert Innes Hopkings. Vestuario: Marie-Jeanne Lecca. Iluminación: Fabrice Kebour. Coreógrafo: Danni Sayers
Dirección musical de Sir Andrew Davis
Reparto: Eric Owens (Wotan), Zachary Nelson (Donner), Jesse Donner (Froh), Stefan Margita (Loge), Tanja Ariane Baumgartner (Fricka), Laura Wilde (Freia), Okka von der Damerau (Erda), Samuel Youn (Alberich), Rodell Rosel (Mime), Wilhelm Schwinghammer (Fasolt), Tobias Kehrer (Fafner), Diana Newman (Woglinde), Annie Rosen (Wellgunde), Lindsay Ammann (Flosshilde)
Minutación: 151'05 (2 h 31 min)
Todas las imágenes de este artículo son propiedad de la Lyric Opera of Chicago (www.lyricopera.org). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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Oro circense

               En octubre de 2016, la Lyric Opera de Chicago iniciaba la andadura de un nuevo Anillo a una ópera por temporada, para culminar en 2020 con tres ciclos completos, los cuales ya tienen incluso las fechas fijadas. La última vez que pudo verse la Tetralogía completa en Chicago fue en la temporada 2004/2005, también con tres ciclos en aquella ocasión. Ambas, la antigua y la actual, han estado encomendadas al que es director titular desde el año 2000, Sir Andrew Davis, también director de la Orquesta de la BBC. La nueva producción ha sido encomendada a David Pountney y se anuncia como una coproducción con el Teatro Real de Madrid. Me sorprende este dato, pues el Real ya ha anunciado también un Anillo a ópera por temporada, bajo la batuta de Pablo Heras-Casado, y que se iniciará en enero de 2019, pero utilizando la amortizadísima producción de Robert Carsen, diseñada para Colonia y estrenada en 2000. Este montaje ya ha recorrido unos cuantos teatros -el Liceo de Barcelona previamente, con Josep Pons en el podio- y enfoca la Tetralogía como un drama político-sociológico que no creo que pase a la Historia de la escenografía wagneriana ni mucho menos que merezca superar dos décadas en cartel -lo que se producirá cuando concluya el citado Anillo del Real-. Ya Chérau y Kupfer ahondaron en este tipo de lecturas con mucha mayor fortuna y con mayor originalidad. Quizás este Anillo de Chicago no llegue a Madrid hasta haber sido completamente interpretado en tierras americanas. En cuanto al equipo escénico, John Engels fue el inicialmente encargado de los decorados, pero su fallecimiento en 2014 provocó que el trabajo hubiera de ser culminado por Robert Innes Hopkings.

              Este Anillo está a punto de ver estrenar Sigfrido, lo que tendrá lugar el próximo mes de noviembre. Valquiria ya pudo verse en noviembre del año pasado y este Oro se ofreció en octubre de 2016. Lo compartimos ahora porque la retransmisión grabada en su momento ha sido repetida en varias ocasiones en emisoras norteamericanas, pero la mayoría de las veces con una calidad sonora muy ramplona. La que compartimos procede de la Radio de Arizona, y se ofreció en formato .mp3 a 192 kbps, una calidad razonable.

              He de reconocer que, sobre el papel, este Oro me resultaba muy interesante. En primer lugar, por la batuta. Sir Andrew Davis es uno de los directores ingleses actuales más importantes. Sus interpretaciones de Elgar y Vaughan Williams tienen gran calidad, y ya dirigió en Bayreuth Lohengrin a principios de siglo. En segundo lugar, por el elenco, fundamentalmente norteamericano, y que tiene algunas elecciones curiosas que quería escuchar, como el Wotan de Eric Owens o el Alberich de Samuel Youn. No obstante, tras su escucha, aunque el resultado general es competente, creo que los dos papeles opuestos -Wotan y Alberich- lastran el resultado general, que tiene secundarios que rinden a muy buen nivel.

Eric Owens como Wotan.
              La nueva producción de David Pountney es peculiar, pues parece situar toda la trama en el mundo del circo. Dioses, gigantes y nibelungos entrañan diversos arquetipos de los personajes circenses tradicionales. No es un montaje feo, pero tampoco creo que sea lo que más se aproxime a un drama épico como el Anillo, al que se le pueden encontrar muchas lecturas, pero probablemente la cómica no esté entre ellas. Las hijas del Rhin se mueven en unas grúas que me recuerdan a la de las valquirias en el Anillo de La Fura para Valencia. Hay escenas resueltas con ingenio, como las transformaciones de Alberich o la tormenta de Donner, pero otras tienen una estética naif un tanto infantil -Loge con una bibicleta o el atuendo final de los dioses-, aunque el Valhalla al final de la obra, representado en rectángulos dorados, resulta impactante y triunfal. Un defecto de este montaje, para mi gusto, es el exceso de ruido de los personajes -risotadas, gritos-, la mayoría no escritos ni necesarios.

               La dirección de Sir Andrew Davis es competente, correcta en planteamiento y con atención a los distintos planos sonoros -deja escuchar las arpas desde el tema del arco iris-, pero un punto reposada, lo que resulta más peligroso de cara a las caídas de tensión, que las hay en algunos momentos, con falta de incisividad, como si el director pareciera más preocupado por la sonoridad en sí misma que por ser el cimiento mismo del drama.


Escena final.
               No es el repertorio wagneriano el propio de Eric Owens. Debemos indicar que los teatros norteamericanos siempre han gustado de tener sus propios bajo-barítonos, de carrera prácticamente centrada en Estados Unidos. Pasó en su momento con James Morris, omnipresente Wotan y Sachs en el Metropolitan y creo que ahora está pasando con Owens, quien abordó el Holandés en Washington en 2015, ahora Wotan en Chicago y, para 2019, nada menos que Hagen en el Metropolitan -papel para bajo profundo-. No me consta que Owens haya cantado en Europa salvo un Oroveso en Norma hace ya unos años en el Covent Garden y lo hará en 2019 en Amsterdam protagonizando Porgy and Bess de Gershwin. Estas ansias de tener cantantes de cantera propia no garantiza necesariamente la idoneidad para el papel. Owens posee buenos medios, la línea de canto denota buena escuela y es un cantante versátil, cantando en la misma temporada Mefistófeles que Don Basilio. Incluso su Orestes en la Elektra de Esa-Pekka Salonen en el Met -producción de Patrice Chérau- (2016) fue muy notable, como también su Vodnín en Rusalka con Sir Mark Elder (2017), pero Wotan son palabras mayores. Existe un cierto vibrato y tiranteces en los extremos -por ejemplo, en su dúo inicial con Fricka y en su saludo a la fortaleza al final-. Puede que con el tiempo se afiance en el papel, pues la altura artística de Owens es indudable, pero no sé si tiene necesidad de abordar el rol.


Alberich (Samuel Youn) y Loge (Stefan Margita).
               Quizás una opción más equilibrada -aunque menos comprometida con el cantante norteamericano-, hubiera sido intercambiar los papeles de Wotan y Alberich. Este último es el coreano Samuel Youn, bien conocido en Bayreuth por su excelente Heraldo en Lohengrin y después por su Holandés. Su voz es de verdadero bajo-barítono wagneriano, saneada y bien timbrada. El problema es la dimensión dramática, muy pobre como Alberich. Falta lascivia con las hijas del Rhin y también rabia y maquinación maligna posterior -cómo se dirige a los nibelungos o la maldición del anillo, que no impresionan, esta última incluso suena más desesperada que escalofriante-. El Heraldo de Lohengrin es un papel que es pura voz, no existe como personaje -es el emisario del rey-, y con buena voz -que hay que tenerla- y una línea de canto elegante, se saca adelante con éxito -que no es poco-. Su Holandés funcionaba por la solidez de su instrumento y una línea de canto elegante, pero no existía una gran angustia o desesperación. Alberich es un papel enormemente complejo que requiere una impronta dramática importante, sobre todo en el Oro, donde tiene su mayor intervención de todo el Anillo. Youn se lanzó a cantar Wotan hace unos años -y en 2017 lo fue en la Deustche Oper de Berlín-, aunque desde entonces no ha programado ninguno más, frente al Holandés y Juan el Bautista en Salomé, que ha mantenido. En cambio, se ha lanzado a programar varios Alberich, papel en el que no me convence -además de Chicago, Manchester, Edimburgo, y Madrid y Seul en 2019-.


La peculiar entrada de Loge (Margita).
               Frente a ambos, Stefan Margita es un sobresaliente Loge, de detallada articulación y línea de canto, sin caer en histrionismos pero sí dándole un punto de pedantería al personaje. El tenor checo es un especialista en el rol de Filka Morozov en De la casa de los muertos de Leos Janáček, papel con el que debutó en 2009 en el Metropolitan de Nueva York bajo la dirección de Salonen. Loge es un rol que ha ido incorporando a su repertorio habitual -lo ha sido el pasado mes de junio en San Francisco- y ciertamente realiza una interpretación muy buena.

               Otra buena baza del elenco es la Fricka de Tanja Ariane Baumgartner, de voz tersa, elegante fraseo y dramáticamente atenta. Recordemos que la grabación es de octubre de 2016, es decir, que es anterior a su Fricka en Bayreuth, que tuvo lugar en 2017. Muy bien cantada la Freia de Laura Wilde, aunque se desearía una voz más lírica y sensible.

               Jesse Donner, del elenco estable de la Ópera de Chicago y centrado en el repertorio italiano, tiene una voz lírica y redondeada muy apropiada para componer un sobresaliente Froh. Competente Zachary Nelson como un Donner de voz oscura. Ha tenido algunas incursiones en el repertorio wagneriano -ha cantado Donner, Gunther y Wolfram-, pero su repertorio habitual es la ópera italiana y el Escamillo de Carmen. Hasta 2015 estaba muy vinculado a Dresde, pero después ha reconducido prácticamente toda su carrera a los Estados Unidos -nació en Annapolis, Maryland-.


Erda (Okka von der Damerau).
               Erda es la mezzosoprano alemana Okka von der Damerau, del elenco estable de la Ópera Estatal de Baviera, y que cantó varios papeles menores en el Anillo de Petrenko en Bayreuth. Ultimamente, Erda es uno de sus papeles habituales, demostrando buenas maneras, pero a la voz le falta registro grave, sonando liviana. Para la temporada 2018/19 la cantante ha comenzado a programar papeles de mayor relieve, como Brangania en Hannover u Ortrud en Stuttgart y será Magdalena con Petrenko en Munich. Ortrud es un papel para soprano dramática y habrá que ver qué tal se hace a él, pero Brangania y Magdalena me parecen muy adecuados a su instrumento, donde puede brillar más que como Erda.

               Lo más flojo del reparto es, sin duda, el Fasolt corto de fiato, cambios de color en el registro agudo y ademanes canoros poco elegantes de Wilhelm Schwinghammer. Mejor de medios Tobias Kehrer como Fafner -a quien este año hemos escuchado en Bayreuth como Sereno, Titurel y Hunding-, aunque algo escaso de impronta dramática -se echa en falta el Fafner calculador y para mi gusto el canto resulta demasiado noble-.

               Competente el Mime de Rodell Rosel y correctas las hijas del Rhin.


Grabación digital procedente de la Radio de Arizona en formado .mp3 a 192 kbps.

28 DE AGOSTO DE 2018.

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