Orfeo, en su excelente labor de rescate del legado de los años dorados del Nuevo Bayreuth, con cintas procedentes de la Radio de Baviera, editó en 2018 este Tristán de 1958 dirigido por Wolfgang Sawallisch con la histórica pareja Windgassen-Nilsson y un excelente elenco de secundarios. El sonido monoaural, como viene siendo norma general en Orfeo, es nítido y bien definido.
Dos novedades ha presentado Orfeo en 2018, ambas indiscutibles referencias discográficas con Wofgang Sawallisch en el podio y que ya habían sido editadas en tomas radiofónicas no oficiales. Una, la que nos ocupa, es Tristán e Isolda en la producción de Wolfgang Wagner en su segundo año (1958). La otra, que también comentaremos, es el Holandés en el año del estreno de la producción de Wieland Wagner (1959). La edición oficial, procedente de las cintas originales de la Radio de Baviera, evidencia su antigüedad, pero el sonido monoaural es cálido, nítido y libre de ruido de fondo. En ambos casos, los repartos están conformados por cantantes de los de siempre en su mejor momento vocal.
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Wolfgang y Wieland Wagner en 1960. |
La Nilsson había llegado a Bayreuth en 1953 para cantar la parte de soprano de la Novena de Beethoven que dirigió aquél año Paul Hindemith. No era la primera oferta que recibía del certamen. El director y compositor Leo Blech, enterado de que los hermanos Wagner preparaban la reapertura del Festival, recomendó a su madre Winnifred en 1948 a dos cantantes suecos: el bajo-barítono Sigurd Björling y a la joven soprano Birgit Nilsson. Así, para la primera edición, en 1951, Wieland se puso en contacto con ellos para que cantasen en el Anillo. Björling fue propuesto para el papel de Wotan y aceptó, mientras que la Nilsson lo fue como Sieglinde, pero la soprano ya estaba contratada para cantar Electra en Idomeneo de Mozart en Glyndebourne, por lo que hubo de declinar la invitación -recayendo el papel en otra histórica cantante, Leonie Rysanek, quien contaba tan sólo con veinticuatro años-. En aquél 1953, la Nilsson audicionó con los hermanos Wagner fragmentos de La Valquiria, Lohengrin y Tannhäuser, ante lo cual Wieland fue rotundo en cuanto a la contratación de la sueca, como ella misma cuenta en sus memorias2: Señora Nilsson, ¿qué desea cantar? Sólo dígalo y el rol será vuestro. Eso sí, con la excepción de no cantar Isolda o Brunilda, pues eran demasiado dramáticas, a lo que la Nilsson contestó que cantaría en los próximos meses Isolda en Estocolmo. La oferta que llegó desde el Festival para 1954 fue Elsa en Lohengrin -con Windgassen como protagonista- y, para el año siguiente, Senta en la nueva producción del Holandés -ambas producciones de Wolfgang-. Sin embargo, Wieland propuso que se alternara en el papel con Astrid Varnay. La soprano no quedó muy satisfecha con la decisión, pues Varnay y ella se llevaban sólo un mes de diferencia y pertenecían a la misma generación3, pero aceptó poniendo como condición cantar el estreno, a lo que se negó Wieland, probablemente porque quería conceder a la Varnay un premio de fidelidad a la casa, después de acudir puntual a la cita año tras año desde 1951 -Brunilda, Isolda, Ortrud, Sieglinde y, ahora, Senta-. Así las cosas, la Nilsson hizo las maletas y no regresó a Bayreuth al año siguiente. Curiosamente, en 1955, Knappertsbusch le ofreció cantar las tres Brunildas en el Anillo que se iba a representar en Munich, lo que le supuso un éxito apoteósico -y en un papel en el que Wieland no le auguraba buenas expectativas-. Desconocemos qué reacción hubo en Bayreuth, pero lo que sí es cierto es que los hermanos Wagner recularon -especialmente Wieland, quien fue el que le había desaconsejado roles dramáticos y puesto por delante a Astrid Varnay- y la invitaron a cantar Isolda para la nueva producción de 1957. Un telegrama recibido el 21 de septiembre de 1956 en Buenos Aires, donde se encontraba cantando, firmado por Wolfgang Wagner, transmitía la invitación. Su primera reacción fue decir que sí, pero al recordar el desplante sufrido contestó con un no. Poco después llegó un segundo telegrama indicando quiénes formaban el reparto y quién dirigiría, lo que convirtió la oferta en más tentadora. Consultó a su marido, quien le respondió que en ese momento era más urgente para Bayreuth tenerla como Isolda que para ella cantar allí, a la vista de los importantes contratos que tenía cerrados. Finalmente, aceptó, pero puso como condición que su sueldo se incrementase en un cincuenta por ciento -la soprano relata que los sueldos en Bayreuth eran descaradamente bajos, pues se cantaba por honor, algo que hoy también ocurre, aunque no de forma tan descarada. La consecuencia fue que el Festival hubo de incrementar todos los sueldos de los protagonistas en un cincuenta por ciento, pues lo contrario supondría un agravio hacia los demás. Aquél año, además, la Nilsson cantó Sieglinde y la tercera Norna en el Anillo bajo la dirección de Kna.
Segundo acto de Tristán. A la izquierda, la pareja protagonista; en el centro el Rey Marke y a la derecha, Melot. |
Tercer acto de Tristán. El protagonista, tumbado; sentado, Kurwenal. |
Escena del acto tercero en una imagen de 1959. Windgassen como Tristán y Frans Andersson como Kurwenal. |
El segundo acto se abre impetuoso, como si los amantes precipitaran esos últimos momentos de preparativos de la cacería que les dejará solos esa noche. Brangania lucha contra los deseos incontenibles de Isolda e Isolda se deja arrastrar por su pasión. El dúo está modélicamente dirigido, a medio camino entre la pasión y la elegancia y, si bien a costa de un punto de celeridad, no decae en ningún momento la tensión. Las llamadas de Brangania ofrecen el contraste necesario de relajación y la orquesta suena nítida -arpegios de arpa perceptibles-. El tercer acto, también con tempi un punto ligeros, encuentran equilibrio entre la belleza sonora y el dramatismo. En definitiva, una dirección sobresaliente que encuentra sus puntos fuertes en la transparencia en el discurso y su fluidez natural, sin caídas de tensión y con comodidad para los cantantes.
Windgassen como Tristán en esta producción. |
Fritz Uhl como Melot. |
Erik Saedén compone un Kurwenal modélico, vocal y dramáticamente. De voz noble, diáfana pero sin ser clara, con un registro medio robusto y dúctil, se muestra sólido en toda la tesitura y frasea con elegancia. Saedén fue también aquél año Donner en el Oro con Kna y el Heraldo en Lohengrin con Cluytens, no regresando al Festival. Desconozco los motivos, pero demostró maneras para estar a la altura de los años dorados del Nuevo Bayreuth.
Josef Greindl demuestra su versatilidad dramática componiendo un Rey Marke apesadumbrado y noble. Lejos de su Hagen perverso, aquí cambia de concepción totalmente para ofrecernos un personaje muy humano.
Fritz Uhl demuestra buenas maneras y color baritonal en el breve papel de Melot, mucho más adecuado que su Tristán con Solti.
En los papeles menores destaca la bella voz de Josef Traxel como Joven marinero. Competentes Hermann Winkler como Pastor y Egmont Koch como Timonel.
En definitiva, un registro referencial, con un elenco excelente y una sobresaliente batuta, que es necesario conocer. Indiscutiblemente, una de las referencias discográficas de la obra.
DICIEMBRE DE 2018.
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1 Así, indudablemente fue todo un acierto encomendar Parsifal a Kna o Maestros a Karajan. También Tristán, pero el salzburgués abandonó Bayreuth tras el primer año con la obra en cartel, por lo que hubo de ser encomendada a Eugen Jochum, quien también dirigiría en esos primeros años Tannhäuser y Lohengrin. El eficiente Joseph Keilberth demostró su buen saber hacer con el Anillo, tomando el relevo de Kna y Karajan del año de la reapertura. El gran patinazo fue encomendar a Igor Markevich, quien nunca había dirigido una ópera, el primer Tannhäuser del Nuevo Bayreuth, que finalmente recayó en Keilberth y Jochum. En lo vocal, las voces de la II Guerra Mundial fueron reemplazadas por la nueva generación de cantantes-actores moldeados por Wieland: así, Bernd Aldenhoff y Max Lorenz por Wolfgang Windgassen como Sigfrido, quien poco después recogería el testigo de Ramón Vinay como Tannhäuser y Tristán, pues la tesitura netamente baritonal del chileno pronto le trajo problemas en el registro agudo -así, en Bayreuth pasaría a centrarse en Sigmundo y Parsifal, más cómodos en cuanto a tesitura-. Algo similar pasaría con la mezzo Martha Mödl -trágica Kundry, Isolda y Brunilda-, alternándose con Astrid Varnay -la cual sí estuvo en el centro de atención desde la reapertura en 1951 por recomendación de su maestra, Kirsten Flagstad, quien declinó participar en el Nuevo Bayreuth por razones de edad- y, después, por Birgit Nilsson.
2 En NILSSON, Birguit; La Nilsson, Capítulo Med ett ord - Bayreuth! ("En una sola palabra: Bayreuth"), pp. 195 a 244. Fisch & Co., Estocolmo, 1995 (puede leerse en castellano aquí). De aquí extraemos cómo se fraguó su Isolda en Bayreuth.
3 Lo que ocurre es que la carrera de Astrid Varnay se inició antes. A los veintidós años saltó al estrellato al tener que sustituir en el último momento a Lotte Lehmann como Sieglinde en una representación de La Valquiria en el Metropolitan de Nueva York el 6 de diciembre de 1941. Seis días después, y en el marco de estas funciones, hubo de sustituir también a Helen Traubel como Brunilda. Diez años después, la Varnay ya era una cantante bregada en los roles de soprano dramática. El debut de la Nilsson tuvo lugar en 1946 en Estocolmo, como Ágata en El cazador furtivo de Weber, no con papeles de soprano dramática, que vendrían en la década posterior. También influye el material vocal de cada cantante: la Varnay, con un centro muy ancho, se inició como soprano dramática a instancias de su maestra, Kirsten Flagstad, y a mediados de los sesenta el registro agudo había mermado, por lo que en 1969 pasó a cantar roles de mezzo. La Nilsson, con un agudo más lacerante, aunque con menos graves, mantuvo la tesitura de soprano hasta su retirada de los escenarios en 1984.
4 Así, se dice que Birgit Nilsson era la Isolda enamorada, Astrid Varnay la Isolda vengativa y Martha Mödl la Isolda trágica.
Gracias por la excele3nte crónica.tengo esta versión en un pedestal junto a las fe Furtwängler y Karl Böhm
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