El ensoñador Holandés de Andris Nelsons (Concertgebouw, 2013)

A pesar de que Andris Nelsons es uno de los directores wagnerianos más destacados del momento, sólo tiene dos títulos recogidos en disco: Lohengrin en Bayreuth (2011, Opus Arte) y este Holandés, de difusión más reducida, procedente de dos conciertos ofrecidos en la sala del Concertgebouw los días 24 y 26 de mayo de 2013 en una versión híbrida de la obra.

EL HOLANDÉS ERRANTE

Royal Concertgebouw Orchestra

Coros de la Radio de Baviera, WDR y NDR
24 y 26 de mayo de 2013
Andris Nelsons

Der Holländer: Terje Stensvold
Senta: Anja Kampe
Daland: Kwangchul Youn
Erik: Christopher Ventris
Der Steuermann: Russell Thomas
Mary: Jane Henschel

Dirección:
Elenco:
Sonido:

               A la par que dirigía Lohengrin en Bayreuth (2010-14), Andris Nelsons dirigió en 2013 a la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam en el Holandés, con un reparto en el que destaca la Senta de Anja Kampe. El sello propio de la formación, RCO Live, registró esta interpretación.
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Andris Nelsons en el foso del Festspielhaus.
               Tras la excepcional dirección que Nelsons brindara en su Lohengrin de Bayreuth, me quedé con la duda de si había llevado al disco algún otro título wagneriano. Los wagnerianos nos quedamos con las ganas de escuchar su Parsifal programado para 2016 y su Anillo para 2020, proyectos truncados tras la marcha del director letón del Festival por las diferencias que tuvo con Christian Thielemann durante los ensayos del Festival Escénico Sacro1, y aunque en 2018 Nelsons declaró a la prensa que se sentiría muy a gusto de regresar a Bayreuth, tras un baile enorme de quinielas sobre quien dirigiría el Anillo de 2020, finalmente fue elegido Pietari Inkinen. Me llevé una alegría cuando supe que Nelsons tenía grabado este Holandés, aunque no fue sencillo localizar la grabación, publicada por el sello doméstico del Concertgebouw, RCO Live. La toma procede de dos funciones en versión de concierto que ofreció los días 24 y 26 de mayo, con la Orquesta del Concertgebouw y la suma de integrantes de tres coros de radio de la más rica tradición alemana: el de la Radio de Baviera, el de la WDR (Colonia) y el de la NDR (Hamburgo). El reparto cuenta con varios wagnerianos habituales del siglo XXI junto con el para mí desconocido Terje Stensvold como Holandés, de quien tuve que averiguar su trayectoria. El disco está bien presentado, en una moderna carátula. Incluye librillo con semblanza de todos los participantes y el libreto completo en alemán, inglés y francés. Todo ello se guarda en un estuche de cartón. El sonido es el propio de una grabación del siglo XXI, balanceando de forma equilibrada las distintas familias de instrumentos, aunque el coro está colocado demasiado cerca de los micrófonos y la toma de la orquesta está un punto encorsetada -lo que se nota especialmente cuando coexisten coro y orquesta en tutti-, razón por la que no obtiene la máxima calificación.


Terje Stensvold.
               Lo más destacable de este registro es la batuta y los excepcionales conjuntos. Nelsons desarrolla una lectura algo más lírica y menos explosiva de lo habitual, con especial atención a detalles escondidos de la partitura. El elenco es más desigual de lo que en principio pudiera resultar sobre el papel, destacando la notable Senta de Anja Kampe, de voz cálida y exquisito fraseo, y el apasionado timonel de Russell Thomas. Kwangchul Youn es un Daland de buenas maneras canoras pero de timbre demasiado claro, Chistopher Ventris un Erik italianizante de voz cansada, y el mayor inconveniente es el protagonista, Terje Stensvold, limitado de facultades por la edad. Stensvold, quien contaba con 69 años al tiempo de esta grabación, es un bajo-barítono noruego de trayectoria consolidada en la Ópera de Oslo, donde comenzó a cantar en 1972 especializándose en los grandes roles para bajo-barítono de Wagner y Strauss (Wotan, Holandés, Juan el Bautista, Barak), aunque también afrontó con éxito papeles de la ópera italiana, como Yago o Scarpia. En 1997, tras celebrar sus veinticinco años en este teatro, inició carrera por Europa, participando en el Anillo de Sebastian Weigle en la Ópera de Frankfurt (Oehms Classics, 2010) o sólo como Viandante en el de Barenboim en la Scala (en vídeo, Arthaus, 2012). Como curiosidad, en 2004 grabó el Holandés en una versión historicista dirigida por Bruno Weil y la Capella Coloniensis (Deustche Harmonia Mundi). Por su trayectoria, el rey Harald V de Noruega le nombró caballero de primera clase de la Orden de San Olaf en 2008.

             Nelsons emplea para su Holandés una versión híbrida: obertura de 1864, final del primer acto de 1843, segundo y tercer acto enlazados sin solución de continuidad como en la versión de 1864 pero sin los compases adicionales que tienen Senta, Daland y el Holandés al final del segundo acto en esta versión, y final de la versión de 1864. Es habitual escuchar la versión de 1843 en un solo acto -utilizando las uniones de 1864-, pero no lo es escuchar un Holandés en dos, lo cual no tiene mucho sentido si no es por hacer descanso -quizás para facilitar la tarea a Terje Stensvold-.

                  La dirección de Andris Nelsons es pulcra y minuciosa, con equilibrio de planos sonoros, control de dinámicas y pulso rítmico, y atención a las líneas secundarias, que quedan claramente expuestas -nótese, por ejemplo, el fagot en la introducción del coro de hilanderas (CD1, pista 11) o al citar el tema del Holandés (pista 12, 3:48) seguido de los pizzicatos de la cuerda, el acompañamiento a Erik al exponer sus miedos a Senta (CD2, pista 5) o las maderas que acompañan a Daland en su aparición al final del segundo acto (CD2, pista 11)-. Su visión, con tempi un punto amplios -la Obertura le dura 10:52-, es más evocadora e intimista que cataclísmica, con metales contenidos, maderas nítidas y cuerda destacada de bello fraseo. Así, en la Obertura se echa en falta explosividad y hay cierta blandura. Tampoco el tema de los marineros noruegos exhibe folclorismo. Falta también explosividad en la entrada del Holandés o en el encuentro entre los marineros noruegos y los del Holandés en el tercer acto, donde estos últimos no terminan de dar todo el miedo esperado. El coro de hilanderas es más evocador que folclórico, pero hay momentos plasmados con una ensoñación muy bella y un punto de melancolía -el tema de la balada en la Obertura, el aria del timonel, una cuerda evocadora al final del primer acto o la balada, o el dúo de los protagonistas-. A destacar lo bien manejada que está rítmicamente y en control de dinámicas la transición entre los actos segundo y tercero (CD2, pista 12), para desembocar en una fiesta de los marineros muy lograda.

               Aunque ya quisieran muchos cantantes a los sesenta y nueve años conservar el estado vocal de Terje Stensvold (Holandés), la edad se hace patente desde las primeras frases, con voz nasal, emisión abierta y pérdida de color del instrumento. En el aria del primer acto tiende al parlato para camuflar las dificultades que tiene para mantener una frase larga, pasa de puntillas por los puntos extremos de la tesitura y es acompañado con sumo cuidado por Nelsons -demasiado, quedando desprovista el aria de la habitual explosividad y con un clímax final desinflado-. Aunque dramáticamente el personaje tiende a sonar achacoso, no se le puede negar su atención al texto y su implicación, sobre todo en el dúo con Senta.

Anja Kampe
                 Anja Kampe es una notable Senta, descollando claramente por encima del resto del reparto por su voz fresca y cálida, atención al texto con dicción clara y elegante fraseo. Su material de lírico-dramática ofrece el punto intermedio casi ideal para el personaje. Afronta la balada con confianza, realizando los contastes de forte y piano con absoluta naturalidad, demuestra su sensibilidad en el posterior dúo con Erik y en el dúo con el Holandés suena apasionada. En general está cómoda con la tesitura, con algunos momentos donde parece algo apurada en el agudo pero bien disimulados y sin comprometer la línea de canto. El único pero que puede ponérsele son algunos agudos puntuales mal colocados: así, al inicio de su intervención (CD1, pista 12, 0:49) y en el dúo con el Holandés -dir durch mich zuteil! (CD2, pista 8, 5:14)-, y un cierto descontrol en la medida en su intervención final -Wohl' kenn' ich dich! (CD2, pista 19)-.

               Kwangchul Youn (Daland) ha cantado casi todos los papeles para bajo de las diez óperas de madurez de Wagner -se exceptúan Fafner y Hagen-. Es un cantante expresivo, con una elegante línea de canto y variedad de dinámicas, pero no todos los papeles le vienen igual a su material vocal. En el caso de Daland, la voz clarea en los extremos en forte, con su característico vibrato no molesto, y le falta algo más de peso, aunque exhibe su habitual rotundidad exponiendo las frases -las hay muy bien dichas, como su despedida del Holandés al final del primer acto (CD1, pista 9, 1:19) o la presentación del Holandés a Senta (CD2, pista 7)-. Como anécdota, se adelanta en Wohl, Fremdling, / hab' ich eine schöne Tochter, sin esperar a que terminen las trompas (CD1, pista 8, 2:19).

            Esperaba más del Erik de Christopher Ventris, un tenor de material lírico en un papel en el que encaja bien, pero su interpretación no pasa de la mera corrección. Su Mein Herz, voll Treue bis zum Sterben resulta falto de agilidad en el agudo y con una sonoridad a medio camino entre la fatiga y el lloro. También en la cavatina parece que tiene problemas de respiración.

               Muy bien el norteamericano Russell Thomas como un Timonel de voz juvenil, un punto apurada en el agudo pero muy efectiva para el papel, realizando una interpretación apasionada.

                Competente la Mary de Jane Henschel, en una línea clásica del papel.

              Los integrantes de los tres coros realizan un excelente trabajo, con voces frescas y explosivas, aunque la toma sonora los coloca demasiado cerca, por lo que se hecha en falta esa distancia natural de las grabaciones en directo, sobre todo en un escenario grande como el del Festspielhaus. Las hilanderas suenan un punto más livianas y juveniles de lo habitual.

              En definitiva, estamos ante un Holandés para coleccionistas wagnerianos y para incondicionales de Andris Nelsons, que desarrolla una lectura muy personal de la partitura, ensoñadora y un punto melancólica. En lo vocal no tiene especial interés más allá de escuchar la Senta de Anja Kampe, quien el mismo año grabó en vídeo el papel con Alain Altinoglu en la Ópera de Zurich (DG), acompañada de Bryn Terfel (Holandés) y Matti Salminen (Daland), que quizás son mejores compañeros de viaje -no conozco este registro-. En cuanto a registros en CD del siglo XXI, vocalmente es preferible al de Barenboim en estudio (Teldec, 2001), pero no supera a los de Thielemann (Opus Arte, 2013) y Janowski (Pentatone, 2015).

MAYO DE 2020.
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1 Parece ser que Christian Thielemann, en su condición de Director musical, presenciaba los ensayos de Nelsons e incluso se permitía realizar comentarios o dar indicaciones a la orquesta, poniendo en duda los tempi ligeros que imprimía Nelsons al Festival Escénico Sacro. Esto provocó que Nelsons desistiera de continuar su trabajo a escasas tres semanas y que hubiera de ser sustituido por Hartmut Haenchen.

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