SIGFRIDO / BAYREUTH 2024

SIGFRIDO / Festival de Bayreuth, 31 de julio de 2024, 16 horas.
Otra representación: 23 de agosto
Producción de Valentin Schwarz estrenada en 2022 / Decorados: Andrea Cozzi. Vestuario: Andy Besuch. Dramaturgia: Konrad Kuhn. Iluminación: Nicol Hungsberg
Dirección musical de Simone Young
Reparto: Klaus Florian Vogt (Sigfrido), Ya-Chung Huang (Mime), Tomasz Konieczny  (Viandante), Olafur Sigurdarson (Alberich), Tobias Kehrer (Fafner), Okka von der Damerau (Erda), Catherine Foster (Brunilda), Alexandra Steiner (pájaro del bosque).
Minutación: Acto I: 80'20 / Acto II: 73'26 / Acto III: 81'20 / Total: 235'06 (3 horas 55 min)
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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El joven Sigfrido

        Prosigue el Anillo de Simone Young tras la preceptiva jornada de descanso, en la que tuvo lugar, por la mañana, el ensayo general del Holandés -la víspera de la primera función- y, por la tarde, 
la segunda función de Festspiele Open Air. No es habitual que un ensayo general se posponga hasta el comienzo de las representaciones, pues normalmente todos tienen lugar en los días previos, pero en este caso se trata de la obra más breve de cuantas se representan en el Festival y no tiene descansos, por lo que es posible colocar dicho ensayo por la mañana de una jornada de descanso con facilidad. Es también conocido que los músicos que interpretan unas u otras obras también son diferentes, por lo que es probable que los que tocan en el Holandés nada tengan que ver con los que están haciendo la Tetralogía. Desde la Radio de Baviera con Clemens Nicol y desde Radio Clásica con Ricardo de Cala hemos seguido la segunda jornada de este Anillo. En los intermedios españoles con los siempre precisos comentarios de Miguel Ángel González Barrio, gran wagneriano que viene acompañando en los últimos años una de las retransmisiones, y que hizo un interesante recorrido por la trayectoria artística de Simone Young, con distintos registros. 

        Este Sigfrido trae la gran curiosidad de esta edición -una curiosidad rayana en lo morboso por un sector de los melómanos-: escuchar a Klaus Florian Vogt cantar el rol protagonista. Se incorpora Catherine Foster como Brunilda -ya el año pasado interpretó a la valquiria en el título homónimo y en el Ocaso, pero Daniela Kohler se hizo cargo de la de Sigfrido debido a que la Foster cantaba también Isolda-. El reparto inicialmente anunciado preveía a Arnold Bezuyen como Mime, quien ya había cantado el rol en las dos ediciones anteriores, y la sustitución de Alexandra Steiner, pájaro del bosque en las dos anteriores ediciones, por la debutante Slávka Zámecnikova, soprano eslovaca habitual de la Staatsoper de Viena. Bezuyen fue sustituido por el taiwanés Ya-Chung Huang poco antes de comenzar los ensayos, mientras que de la segunda nada se ha sabido, en un discretísimo movimiento que no ha sido anunciado. Nosotros supimos que en l ensayo general de este Sigfrido cantó Steiner -no es algo inhabitual ante este tipo de contingencias, así, en el ensayo general de Parsifal, Amfortas fue cantado por Michael Kupfer-Radecky ante una indisposición de Derek Welton, que sí cantó el estreno-, pero pensamos que se debía a una indisposición puntual de la otra cantante. Y finalmente, en el reparto anunciado para hoy, figuraba Steiner. Se ha confirmado la presencia de Catherine Foster, quien ayer rehusó participar en el recital Festspiele Open Air por indisposición, siendo sustituida por las sopranos Brit-Tone Müllertz (Ortlinde) y Christina Nilsson (Freia). La ola de calor que estos días azota Europa se deja sentir en Bayreuth -durante la tarde se alcanzaron los 32º y la climatología ha sido todavía más agobiante en días previos, en una ciudad no acostumbrada a esas temperaturas y con una sala que carece de aire acondicionado-.

        Simone Young ha desarrollado una lectura de tempi cómodos -primer y tercer acto de más de ochenta minutos, y un tercero un punto más ágil, empleando tan sólo setenta y tres-, de trazo más sutil que en las obras precedentes -probablemente, como ya comentamos, va ganando experiencia con el foso una vez que se desarrolla una representación con el Festspielhaus lleno de público-. Dos minutos y algo menos que Inkinen, pero con importantes diferencias a la hora de exponer el drama. Ha comenzado el introspectivo preludio de una forma un tanto rutinaria., que se ha extendido a toda la primera escena. El drama ha ido creciendo en la segunda escena y en la tercera ha ofrecido una fragua y forja vigorosas y potentes. Magnífico segundo acto, en lo puramente musical y en lo dramático, ya desde un preludio cargado de pathos que se ha proyectado en una primera escena entre Alberich y el Viandante potentísima, pasando por una filigranas exquisitas en los murmullos del bosque y una muerte de Fafner épica. En el preludio del tercer acto no ha cargado las tintas en los metales, permitiendo escuchar en todo momento la línea de los violines y con atención a las maderas. La escena de Erda ha resultado un punto prosaica. Bien el encuentro entre el Viandante y Sigfrido y magnífico interludio y todo el dúo posterior, con importante nervio dramático y trascendencia.

Vogt como Sigfrido en el primer acto,
preguntando por su ascendencia
        Que Klaus Florian Vogt no tiene voz para Sigfrido ya era algo conocido. Debutó el rol juvenil en marzo del año pasado en Zurich con Noseda, llevándolo a Viena en junio con 
Welser-Möst. En otoño debutó el del Ocaso en Zurich también con Noseda. Ha aparecido a principios de año en Wiesbaden y de nuevo en Zurich en mayo. Antes del segundo ciclo, los días 18 y 20 de agosto, cantará en Graz la parte bajo la dirección de Markus Merchel en una selección denominada El Anillo en una tarde, junto a Michael Volle (Wotan) y Elena Pankratova (Brunilda). ¿Es un rol que vaya a cantar habitualmente? Pues es difícil de decir. Para la próxima temporada, además de Tannhäuser en la Deutsche Oper -otro rol pesado que se lanzó a cantar, además de en Bayreuth y en el Festival de Ópera de Munich-, tiene previsto el Sigmundo y el Sigfrido en el Anillo de La Scala que dirigirá Christian Thielemann. Desde luego esta temporada ha sido la de puesta de largo del rol, apareciendo en con él absolutamente interiorizado. Que Vogt es un trabajador incansable es indiscutible, no se presenta con un rol a medio hacer o como experimento -y frente a esto ya conocemos algunos ejemplos ocurridos en Bayreuth recientemente, donde con los ensayos ya comenzados o incluso avanzados, el tenor de turno se da cuenta de que no puede con el rol-. Vogt puede con el papel y lo demuestra con creces: está cómodo con la tesitura, con el fraseo, con la respiración, la dicción es buena, llega entero hasta el final, su instrumento le permite desarrollar una línea cantábile sin dificultad alguna... No es una voz idiomática para la parte, pero allí donde casi todos los tenores con voz para cantar el rol naufragan por uno u otro motivo, Vogt sale triunfante. Si a eso le añadimos la acústica diáfana y envolvente del Festspielhaus, es razonable entender los aplausos cosechados. Y, pese a que estemos acostumbrados a pesados tenores, Sigfrido no deja de ser un chaval de, como mucho, dieciocho años, inocente y guiado por sus impulsos. Con estos dos ciclos del Anillo habrá cantado en el Festival todos los roles protagónicos para tenor salvo Tristán, el último que ha preparado y con el que ha hecho aparición, casi sin esperar tras Sigfrido, en enero de 2024, con Thielemann en Dresde y la Isolda de Camilla Nylund-. Con motivo de aquél debut, un crítico sentenciaba: parece que no hay ningún papel wagneriano que ponga a prueba el timbre de Klaus Florian Vogt. Dada la trayectoria de Vogt en el Festival no sería de extrañar que, en alguna edición próxima, Schager vuelva a Sigfrido para permitir a Vogt cantar Tristán.

Las marionetas que parecen ser la afición de Mime en
esta producción, y con las que el personaje responde al
Viandante en el torneo del saber
        El taiwanés Ya-Chung Huang es un sobresaliente Mime. En su aparición parece que intentó buscar una emisión que generase el mayor volumen y anchura posible. Se dio cuenta de que no era necesario, que la voz fluía bien por la sala sin recurrir a ello y optó por una emisión más natural tras la entrada de Sigfrido. La voz es grande y tiene cierta anchura, lo que se hace más patente en presencia de Vogt. Estuvo preciso en la medida y ágil en sus parlamentos. Además su complexión menuda le hace un Mime ideal en escena. 
Haría también un buen Loge.

        De Tomas Konieczny repetir lo dicho el año pasado: es la jornada que mejor le resulta, componiendo un notable Viandante, con una voz que fluye libre, si estar asentada en la gola y sin sonar pastosa. Generoso en el torneo del saber y poderoso frente a Alberich en el segundo acto.

        El Alberich de Olafur Sigurdarson se enfrenta a su habitual problema del registro agudo: la
voz pierde color y se torna blanquecina. En todo caso, como actor ofrece una completa interpretación del malévolo personaje, en la propuesta de Valentin Schwarz nada menos que hermano de Wotan, con quien se encuentra en la vasta mansión de Fafner, una suerte de venerable patriarca que custodia el patrimonio con mano de hierro pero que es un anciano moribundo. El tesoro y el anillo convertidos en intrascendente lucha familiar.

Vogt (Sigfrido) y Foster (Brunilda)
        Bien sin más Tobias Kehrer como Fafner, pues el año pasado sonó un punto más generoso en su aparición inicial a Alberich y el Viandante, con un grave más prominente y resonante. Mejor cuando Sigfrido lo abate, demostrando su capacidad para desarrollar un fraseo elegante.

      Okka von der Damerau no tuvo buen día, componiendo una intrascendente Erda, con una emisión inestable por su amplio vibrato y una interpretación carente de misterio.

    Como ya he dicho en anteriores ocasiones, no es Alexandra Steiner mi pájaro del bosque favorito, con su voz afilada y metálica y no siempre controlada en el registro agudo, pero hace una lectura idiomática de la parte, alejada de ademanes operísticos.

    Catherine Foster comenzó con la voz no del todo templada, e incluso en O Siegfried! Siegfried! Seliger Held! estuvo a punto de hacer un gallo. El instrumento se templó rápido y compuso una buena Brunilda, entregada y apasionada.

Grabación digital procedente de la Radio de Polonia en HD, en formato .aac a 330 kpbs. 
Se incluyen las alocuciones iniciales y finales, obtenidas de la Radio de Baviera.

5 DE AGOSTO DE 2024.

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