TRISTÁN E ISOLDA / Festival de Bayreuth, 26 de julio de 2017
Otras representaciones: 2, 6, 12, 16 y 20 de agosto
Producción de Katharina Wagner estrenada en 2015 / Decorados: Frank Philipp Schlössmann y Matthias Lippert. Vestuario: Thomas Kaiser. Dramaturgia: Daniel Weber. Iluminación: Reinhard Traub
Dirección musical de Christian Thielemann (director del coro: Eberhard Friedrich)
Reparto: Stephen Gould (Tristán), René Pape (Rey Marke), Petra Lang (Isolda), Iain Paterson (Kurwenal), Raimund Nolte (Melot), Christa Mayer (Brangäne), Tansel Akzeybek (joven marinero y pastor), Kay Stiefermann (timonel).
Minutación: Acto I: 76'35 / Acto II: 76'22 / Acto III: 72'52 / Total: 225'49 (3 h 45 min).
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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¡Sólo Brangäne se apiada de Tristán!
Segunda jornada del Festival, en esta ocasión con la voz de Frank Manhold desde la Radio de Baviera. Rafael Banús desde Radio Clásica ha centrado los dos intermedios de Tristán en los Wesendonck Lieder cantados por Jonas Kaufmann y piezas para piano interpretadas en el piano que el propio Wagner tenía en Wahnfried en el primero y un homenaje al tenor Jon Vickers, fallecido hace dos años y su interpretación de lieder de Schubert en el segundo. Obras no escritas para tenor -para soprano y barítono, respectivamente- en interpretaciones para tenor.
Tercer año de la producción de Katharina Wagner, que se ha saldado con algún abucheo al final del segundo acto -lo que no se había producido los dos años anteriores- y destacadas muestras de desaprobación cuando ha salido a saludar al final de la representación. El reparto introduce un cambio respecto al año anterior: el regreso de René Pape al Festival como Marke sustituyendo a Georg Zeppenfeld, que queda así liberado de uno de los tres papeles que afrontó en la pasada edición (Gurnemanz, Marke y Hunding). Pape cantó por última vez en el Festival de 1997. Lo hizo como Fasolt en el Anillo de Levine/Kirchner. Diferencias con Wolfgang Wagner le hicieron alejarse de la cita wagneriana y era factible pensar que el bajo, uno de los mejores de nuestros días, no iba a volver. Dos décadas después, a Thielemann debemos su regreso en su papel más destacado, el de Rey Marke. Repite la Isolda de Petra Lang, debutante el pasado año en el papel, y el resto del elenco del estreno en 2015.
Hablando claro: el elenco que Thielemann reunió en 2015 era inmejorable a excepción de la Isolda -entonces una Evelyn Herlitzius sustituyendo en el último momento a Anja Kampe, quien tuvo diferencias con el director a raíz de las diferencias que éste mantenía con su pareja, Kirill Petrenko, en aquél momento al frente del Anillo-. Un año después, Thielemann propuso a Petra Lang debutar el papel y la cosa mejoró, si bien la mezzosprano hubo de lidiar con la tesitura y no estuvo al mismo nivel que sus compañeros de reparto. Un año después las cosas están por un estilo, quizás más trabajado el papel en lo interpretativo y más calculado, pero persisten los problemas de tesitura, lo que hace que este Tristán -que encima este año tiene al excepcional Pape-, cuente con un lunar.
Christian Thielemann opta por un preludio limpio, transparente, más analítico que apasionado -concepción ésta que ha presidido el primer acto hasta la entrada de Tristán al camarote de Isolda, frente a los actos segundo y tercero, mucho más dramáticos-. La dirección es preciosista, hedonista, recreándose en las propias sonoridades que ofrece la intrincada partitura -una bebida del filtro casi mística, detalles ocultos en los cellos, final del primer acto, preludios del segundo y tercero-, sin dejar de acompañar cuidadosamente a los cantantes. En ese hedonismo hay detalles sonoros que recuerdan especialmente a su maestro Karajan, como que sonoridades tradicionalmente punzantes, como las del viento en la entrada de Tristán al camarote de Isolda en el primer acto, redondeenn sus aristas. Como curiosidad, larguísimo calderón que corta la respiración del oyente antes de concluir la obra con el último acorde. Para los amantes de la estadística, el primer acto le ha durado lo mismo que el pasado año, los dos siguientes más ágiles, en algo más de un minuto y dos, respectivamente.
Petra Lang, quien ha podido rodar el papel de Isolda en este último año en varios teatros (destacando la Staatsoper de Viena el pasado mes de marzo, con Stephen Gould como partenaire y Mikko Franck a la batuta), comenzó su intervención con evidentes problemas en la parte alta de la tesitura. La intervención inicial es comprometida incluso para una soprano nata, más aún para quien procede de la cuerda de mezzo. Algo que también tiene sus ventajas -nótese la comodidad con que reflexiona sobre Tristán en el Mir erkoren, mir verloren, entre otros pasajes-, y un registro medio poderoso. La voz no es bella, de un color mate, aunque sí tersa, y muestra tiranteces cuando ha de enfrentarse a una frase en la zona alta -no así cuando se trata de dar notas concretas-. En su favor, es buena actriz -sobre todo en la vertiente vengativa del personaje-, explora los momentos de reflexión del primer acto y hace un buen manejo de dinámicas. Quizás lo más logrado de su interpretación sea su monólogo del primer acto y su dúo posterior con Tristán, aunque no se le puede negar entrega en la Liebesnacht del segundo acto o al final de la obra.
Stephen Gould, cantante de voz grande y baritonal es, probablemente, el mejor valedor actual del caballero de Cornualles. Comenzó reservado, como tímido, en su primera intervención, para mostrarse a pleno rendimiento en su dúo con Isolda en el primer acto y pletórico en el largo dúo del segundo y en su monólogo en el tercero. La extenuante tesitura parece no incomodarle e incluso los agudos resuenan brillantes. La labor de matización del papel, en un cantante que hasta hace un par de años era tildado de poco delicado, es muy meritoria.
Christa Mayer, con su bello timbre oscuro y elegante fraseo, hace una completa Brangäne, en lo vocal y en lo dramático, en algún momento algo manierista, y con unas excelentes llamadas en el segundo acto -acompañadas por un Thielemann brillante-.
Iain Paterson es un solvente Kurwenal de voz firme, brillando más en el tercer acto, donde el papel tiene más relevancia.
René Pape es un baluarte vocal como el Rey Marke, sólido, cavernoso y con una interpretación intachable. De gran intensidad vocal y dramática ha sido su monólogo del segundo acto, acompañado atentamente por Thielemann. Precisamente, en este montaje, el rol de Marke cobra una interpretación diferente: sospechoso de la infidelidad de su prometida, pone en bandeja todos los elementos para que la pareja se encuentre en esa suerte de foso que aparece en el escenario en el segundo acto, mientras él observa todo lo que ocurre desde arriba. El monarca cuenta con una personalidad más agresiva de lo normal y al final de la obra se lleva a rastras a Isolda sin contemplaciones, con Kurwenal y Melot muertos y una Brangäne que se queda sola en escena contemplando con tristeza el cadáver de Tristán.
Raimund Nolte cantó un matizado Melot. Sorprendió su primera intervención dirigiéndose a Marke, mucho más flexible y paladeada de lo que suele ser.
Correctos en sus breves cometidos Tansel Akzeybek (joven marinero y pastor) y Kay Stiefermann (timonel) y explosivo el coro en sus breves intervenciones en el primer acto. La conjunción de orquesta y coro al final del primer acto constituye por lo general uno de los grandes momentos en el Festival por la perfecta conjunción de los cuerpos estables.
27 DE JULIO DE 2017.
Minutación: Acto I: 76'35 / Acto II: 76'22 / Acto III: 72'52 / Total: 225'49 (3 h 45 min).
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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¡Sólo Brangäne se apiada de Tristán!
Tercer año de la producción de Katharina Wagner, que se ha saldado con algún abucheo al final del segundo acto -lo que no se había producido los dos años anteriores- y destacadas muestras de desaprobación cuando ha salido a saludar al final de la representación. El reparto introduce un cambio respecto al año anterior: el regreso de René Pape al Festival como Marke sustituyendo a Georg Zeppenfeld, que queda así liberado de uno de los tres papeles que afrontó en la pasada edición (Gurnemanz, Marke y Hunding). Pape cantó por última vez en el Festival de 1997. Lo hizo como Fasolt en el Anillo de Levine/Kirchner. Diferencias con Wolfgang Wagner le hicieron alejarse de la cita wagneriana y era factible pensar que el bajo, uno de los mejores de nuestros días, no iba a volver. Dos décadas después, a Thielemann debemos su regreso en su papel más destacado, el de Rey Marke. Repite la Isolda de Petra Lang, debutante el pasado año en el papel, y el resto del elenco del estreno en 2015.
René Pape como Marke. |
Christian Thielemann opta por un preludio limpio, transparente, más analítico que apasionado -concepción ésta que ha presidido el primer acto hasta la entrada de Tristán al camarote de Isolda, frente a los actos segundo y tercero, mucho más dramáticos-. La dirección es preciosista, hedonista, recreándose en las propias sonoridades que ofrece la intrincada partitura -una bebida del filtro casi mística, detalles ocultos en los cellos, final del primer acto, preludios del segundo y tercero-, sin dejar de acompañar cuidadosamente a los cantantes. En ese hedonismo hay detalles sonoros que recuerdan especialmente a su maestro Karajan, como que sonoridades tradicionalmente punzantes, como las del viento en la entrada de Tristán al camarote de Isolda en el primer acto, redondeenn sus aristas. Como curiosidad, larguísimo calderón que corta la respiración del oyente antes de concluir la obra con el último acorde. Para los amantes de la estadística, el primer acto le ha durado lo mismo que el pasado año, los dos siguientes más ágiles, en algo más de un minuto y dos, respectivamente.
Complejo de escaleras que conforma el decorado del primer acto en la propuesta de Katharina Wagner. |
Petra Lang, quien ha podido rodar el papel de Isolda en este último año en varios teatros (destacando la Staatsoper de Viena el pasado mes de marzo, con Stephen Gould como partenaire y Mikko Franck a la batuta), comenzó su intervención con evidentes problemas en la parte alta de la tesitura. La intervención inicial es comprometida incluso para una soprano nata, más aún para quien procede de la cuerda de mezzo. Algo que también tiene sus ventajas -nótese la comodidad con que reflexiona sobre Tristán en el Mir erkoren, mir verloren, entre otros pasajes-, y un registro medio poderoso. La voz no es bella, de un color mate, aunque sí tersa, y muestra tiranteces cuando ha de enfrentarse a una frase en la zona alta -no así cuando se trata de dar notas concretas-. En su favor, es buena actriz -sobre todo en la vertiente vengativa del personaje-, explora los momentos de reflexión del primer acto y hace un buen manejo de dinámicas. Quizás lo más logrado de su interpretación sea su monólogo del primer acto y su dúo posterior con Tristán, aunque no se le puede negar entrega en la Liebesnacht del segundo acto o al final de la obra.
Simbolista representación de los delirios de Tristán en el tercer acto, uno de los detalles más interesantes de esta producción. |
Christa Mayer, con su bello timbre oscuro y elegante fraseo, hace una completa Brangäne, en lo vocal y en lo dramático, en algún momento algo manierista, y con unas excelentes llamadas en el segundo acto -acompañadas por un Thielemann brillante-.
Iain Paterson es un solvente Kurwenal de voz firme, brillando más en el tercer acto, donde el papel tiene más relevancia.
Marke se lleva a Isolda al finalizar la obra. |
Raimund Nolte cantó un matizado Melot. Sorprendió su primera intervención dirigiéndose a Marke, mucho más flexible y paladeada de lo que suele ser.
Correctos en sus breves cometidos Tansel Akzeybek (joven marinero y pastor) y Kay Stiefermann (timonel) y explosivo el coro en sus breves intervenciones en el primer acto. La conjunción de orquesta y coro al final del primer acto constituye por lo general uno de los grandes momentos en el Festival por la perfecta conjunción de los cuerpos estables.
(toma digital sin pérdida de calidad, en formato .flac, procedente de la Radio de Baviera)
27 DE JULIO DE 2017.
Felicitaciones por su blog tanto en contenido como en forma. Al no estar en España me resulta muy útil para descargar los audios del Festival de Bayreuth ya que en Radio Clásica dichos contenidos no están disponibles fuera del territorio español (curiosamente sí se puede escuchar la retransmisión en directo pero no la grabación en días posteriores).
ResponderEliminarEn mi opinión resultaría atractivo incluir las alocuciones de la Radio Bávara (entrada y despedida) ya que así tendríamos el documento sonoro íntegro. En cualquier caso muy agradecido por sus aportaciones.
Muchas gracias. Me alegro que le haya gustado.
ResponderEliminarPerdone molestarle. Lo primero, enhorabuena por el blog y gracias por subir estos audios con comentarios tan completos. ¿Tiene usted la grabación del Tristán de 2016? Guardo muy buen recuerdo de aquella audición pero no pude volver a escucharlo. Muchas gracias y disculpe de nuevo.
ResponderEliminarEspero su respuesta. Saludos
No es ninguna molestia. Me alegro de que le guste el blog. Sí tengo grabación del Tristán de 2016, con la Brangania de Claudia Mahnke en sustitución de la indispuesta Christa Mayer. La semana que viene la cuelgo en el blog.
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