LOS MAESTROS CANTORES DE NÚREMBERG / Festival de Bayreuth, 25 de julio de 2017, 16:00
Otras representaciones: 31 de julio y 7, 15, 19 y 27 de agosto
Nueva producción de Barrie Kosky / Decorados: Rebecca Ringst. Vestuario: Klaus Bruns. Dramaturgia: Ulrich Lenz. Luces: Franck Evin
Dirección musical de Philippe Jordan (director del coro: Eberhard Friedrich)
Reparto: Michael Volle (Hans Sachs), Günther Groissböck (Veit Pogner), Tansek Akzeybek (Kunz Vogelgesang), Armin Kolarczyk (Konrad Nachtigal), Johannes Martin Kränzle (Sixtus Beckmesser), Daniel Schmutzhard (Fritz Kothner), Paul Kaufmann (Balthasar Zorn), Christopher Kaplan (Ulrich Eisslinger), Stefan Heibach (Augustin Moser), Raimund Nolte (Hermann Ortel), Andreas Hörl (Hans Schwarz), Timo Riihonen (Hans Foltz), Klaus Florian Vogt (Walther von Stolzing), Daniel Behle (David), Anne Schwanewilms (Eva), Wiebke Lehmkuhl (Magdalene), Georg Zeppenfeld (en sustitución de Karl-Heinz Lehner como sereno).
Minutación: Acto I: 81'59 / Acto II: 58'46 / Acto III: 120'25 / Total: 261'10 (4 h 21 min).
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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Así como el año pasado la Radio de Baviera permitió visionar desde su página web la jornada inaugural del Festival, con Parsifal, los Maestros de este año por razones legales, dice su web, sólo pueden verse en Alemania. Una pena, pues en las últimas dos semanas gran cantidad de entrevistas y reportajes a Barrie Kosky y Philippe Jordan han removido la curiosidad, sobre todo porque, después de la turbulenta inauguración de la pasada edición, en ésta todo se ha presentado tranquilo a los medios. Es más, tanto uno como otro han declarado sentirse encantados de trabajar codo con codo, del clima que se respira en el Festspielhaus y del reparto vocal del que han dispuesto.
Quince minutos antes de las cuatro de la tarde, Rafael Banús tomaba el micrófono en Radio Clásica de Radio Nacional de España presentándose con cierta timidez al respetable wagneriano, elogiando la labor de su predecesor, el tristemente fallecido José Luis Pérez de Arteaga, y pidiendo disculpas anticipadas por los posibles errores que pudiera cometer en la tarea. Se ha echado de menos la perfecta dicción y elegante oratoria de Pérez de Arteaga, pero Banús ha estado a la altura en lo que se refiere a contenido e información en los entreactos -centrados en los 500 años de la reforma protestante y los corales del Sachs histórico-. Además, ha mantenido las sinopsis argumentales de Ángel Fernando Mayo en la voz de Ana Vega Toscano introducidas por Pérez de Arteaga, una de las señas de identidad de estas retransmisiones.
Puntualmente, tres minutos antes de las cuatro de la tarde, Barbara Malisch comenzaba la locución desde la Radio de Baviera y anunciaba el reparto con un cambio de último momento -ni siquiera figuraba en la web del Festival cuando se ha hecho público-: la sustitución de Karl-Heinz Lehner por Georg Zeppenfeld, ya un habitual pluriempleado en el Festival, en el breve papel de sereno.
A las cuatro de la tarde, la web de la Radio de Baviera y la web del Festival han ofrecido una galería de fotografías tomadas en el ensayo general. En ellas se pueden ver las constantes alusiones a Wagner, Liszt, Cósima, Luis II, retratados en cuadros colgados en una pared de una estancia que corresponde a Wahnfried (¿seguirá esta puesta en escena el hilo histórico con reminiscencias a la familia Wagner que ya exploró Stefan Herheim en su producción de Parsifal estrenada en 2008 y que tan buen resultado dio?). El vestuario tiene un eclecticismo entre el siglo XIX para los protagonistas y el XVI para los maestros. Éstos toman el té en unas clásicas tazas con cucharillas que hacen sonar para pasar lista y elevan para votar. Tendremos que esperar a próximos días para conocer el hilo conductor de esta propuesta, simpática a juzgar por las risas que se escuchaban en la sale, y bien acogida -ni un sólo abucheo, lo que tratándose de una inauguración es todo un éxito-.
El reparto combina, en los papeles principales, cantantes habituales del Festival con los regresos de algunos otros y un debut, el de Daniel Behle como David. En los secundarios, se ha optado en su gran mayoría por habituales de la casa. Casi todos alemanes, salvo algunos miembros de la corporación de maestros. Tres de ellos participaron en el estreno de la anterior producción de 2007, debida a Katharina Wagner y en cartel hasta 2011: Klaus Florian Vogt (Walther), Michael Volle (entonces Beckmesser, ahora Sachs) y Stefan Heibach (Augustin Moser). Georg Zeppenfeld, hoy sereno, fue Pogner en la última reposición. El resultado es homogéneo, ofreciendo unas prestaciones de calidad difícilmente mejorables en conjunto con un reparto actual.
Philippe Jordan opta por una sonoridad redondeada y homogénea, explosiva por momentos (metal en la obertura), otros elegante (coro de aprendices al inicio del segundo acto), tendente a dejar escuchar las segundas voces, dinámica, bien articulada, con tempi convencionales y atento al texto. Él mismo reconoció hace unos días en una entrevista que Maestros es una obra complicada para el profundo foso de Bayreuth debido a la cantidad de pasajes contrapuntísticos en las maderas, frente a Parsifal, la obra con la que debutó en 2012, mucho más vertical y concebida para este teatro. Se le disculpa el arrastre, media parte antes, de la primera entrada del metal en fanfarria en el preludio, motivada por el ritardando progresivo en la bajada de la cuerda.
Aunque el propio Jordan en una entrevista declarase no sentirse wagneriano sino un director al que le gusta la obra de Wagner, no puede negarse su claro estilo wagneriano. Hay detalles de sonoridad original en el metal aquí y allá (por ejemplo, el acompañamiento al final del dúo entre Sachs y Beckmesser de segundo acto previamente a la entrada del coro que protagoniza el tumulto) y, en general, su interpretación tiene personalidad. Se le puede poner algún pero, como la contestación general de los maestros a Pogner tras su intervención explicando las intenciones para con su hija en el primer acto, donde cabría esperar una mayor brillantez, pero desde luego la labor es muy notable. Acompaña cuidadosamente los dos monólogos de Sachs o la canción del premio, mientras que resultan originales los contrastes de dinámicas entre coro y orquesta en la escena de la pradera.
El Walther von Stolzing de Klaus Florian Vogt es muy conocido. Debutó con este papel en el Festival precisamente en la anterior producción de la obra y, junto con Lohengrin, son los dos más adecuados a su atípica vocalidad. El cantante se mantiene en la misma forma con que debutó hace once años en el Festival, donde ha venido participando año a año sin excepción. Canta el papel con absoluta facilidad y una técnica envidiable, aunque con una sobriedad a veces un poco fría, sobre todo en el primer acto. Más dramático en el segundo, cuando se queja de los maestros a Eva caricaturizando la voz de su padre. Interesante la forma en que expone la canción del premio las dos primeras veces, como si verdaderamente la fuera pensando sobre la marcha, cuidadosamente acompañado por Jordan, frente a su interpretación ante el jurado al final de la obra, con más arrojo. Dejando aparte las cuestiones vocales, resulta curioso verle en las fotos tan modosito y tradicional después del aspecto con que le caracterizó Katharina en el anterior montaje, rebelde fanfarrón con chupa de cuero y gafas de sol.
Michael Volle regresa a Bayreuth después de haber cantado Beckmesser en dos ediciones. En estos años, el cantante ha dado el salto a los grandes papeles para bajo-barítono (Wotan, Holandés, Sachs, Juan el Bautista en Salomé de Strauss...). A la voz le falta un punto de peso en comparación con los Sachs tradicionales, algo que se hace especialmente patente al final de la obra, donde estamos acostumbrados a una arenga estentórea. Además, la voz no es especialmente bella y en algún pasaje puntual se torna fea, pero a su favor hay que decir que se encuentra cómodo en la tesitura, convence interpretativamente y hace alarde de un buen fraseo y medias voces que otros cantantes desde luego no tienen, sobre todo en el monólogo del segundo acto -más inspirado que en el del tercero-. Su arenga final se sale de lo habitual, optando por una dinámica suave. Puede ser exigencia del montaje o quizás una forma de sacarle partido a una voz liviana para este pasaje.
Anne Schwanewilms encarna una Eva tímida, un tanto retraída, pero bien cantada, fresca de voz y ágil en el dúo con Sachs del segundo acto. Más espontánea en el tercero y con buen saber hacer en el quinteto. En una entrevista, Barrie Kosky comentó que había trabajado especialmente con ella, pues la cantante no se había atrevido antes con el papel debido a que no sabía como abordarlo dramáticamente, al parecerle demasiado unidimensional. Adecuado regreso de la cantante al Festival después de casi dos décadas.
Wiebke Lehmkhul (Magdalena) aborda en Bayreuth su primer papel de cierta relevancia tras haber interpretado el pasado año nada menos que cinco menores (el solo de Parsifal, Flosshilde en Oro y Ocaso, Grimgerde en Valquiria y la primera Norna en el Ocaso). Discípula de una de las mezzos habituales del Festival durante más de dos décadas, Hanna Schwarz, posee una atractiva voz oscura, lo que permite el adecuado contraste con la voz de Eva. Un meritorio trabajo más duro que el del año anterior, pues compaginará Magdalena con los papeles del año pasado a excepción de Grimgerde.
Excelente el Beckmesser de Johannes Martin Kränzle, con bella voz de barítono bien timbrada, buena dicción y sobresaliente como actor sin perder la línea de canto. También excelente Daniel Behle como David (a quien también escucharemos como Froh en el Oro). Este tenor lírico, bastante todoterreno (de Mozart a Strauss pasando por el repertorio romántico alemán y algunos papeles barrocos), además de un timbre agradable es puro arrojo cantando -la descripción a Walther de las reglas de canto es encomiable, chocante frente a un Vogt que, quizás por exigencia dramática, se muestra un tanto distante y despreocupado-.
Günther Groissböck (Pogner) tiene una poderosa voz de bajo, firme en toda la tesitura y sin problemas en los extremos. Interpretativamente en el primer acto sonó un tanto inflexible y en un continuo forte. Más matizado en el segundo, en el dúo con Eva.
La corporación de maestros, como viene siendo habitual en el Festival, homogénea y bien empastada en los conjuntos y solventes todos ellos por separado. Daniel Schmtuzhard (marido de la soprano Annette Dasch) es Fritz Kothner, encargado de pasar lista y leer la tablatura. Su voz no es muy grande y de un color claro, pero saneada y flexible, corriendo mejor por la partitura que el Donner de El Oro del Rhin que cantó hace dos años.
Solemne y vibrante el sereno de Georg Zeppenfeld, un complemento de lujo para esta función.
Excelente el coro, con importantes contrastes dinámicos en el acto tercero y juegos con la orquesta muy bien trabajados por Jordan.
En conclusión, una muy disfrutable jornada inaugural, donde todas las buenas espectativas que se venían poniendo de manifiesto en las últimas semanas se han cumplido. Por tipo de puesta en escena y sinergia director de escena-director musical, puede que estos Maestros sigan el mismo camino que el elogiado Parsifal que Daniele Gatti y Stefan Herheim estrenaron en 2008.
Minutación: Acto I: 81'59 / Acto II: 58'46 / Acto III: 120'25 / Total: 261'10 (4 h 21 min).
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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Así como el año pasado la Radio de Baviera permitió visionar desde su página web la jornada inaugural del Festival, con Parsifal, los Maestros de este año por razones legales, dice su web, sólo pueden verse en Alemania. Una pena, pues en las últimas dos semanas gran cantidad de entrevistas y reportajes a Barrie Kosky y Philippe Jordan han removido la curiosidad, sobre todo porque, después de la turbulenta inauguración de la pasada edición, en ésta todo se ha presentado tranquilo a los medios. Es más, tanto uno como otro han declarado sentirse encantados de trabajar codo con codo, del clima que se respira en el Festspielhaus y del reparto vocal del que han dispuesto.
Quince minutos antes de las cuatro de la tarde, Rafael Banús tomaba el micrófono en Radio Clásica de Radio Nacional de España presentándose con cierta timidez al respetable wagneriano, elogiando la labor de su predecesor, el tristemente fallecido José Luis Pérez de Arteaga, y pidiendo disculpas anticipadas por los posibles errores que pudiera cometer en la tarea. Se ha echado de menos la perfecta dicción y elegante oratoria de Pérez de Arteaga, pero Banús ha estado a la altura en lo que se refiere a contenido e información en los entreactos -centrados en los 500 años de la reforma protestante y los corales del Sachs histórico-. Además, ha mantenido las sinopsis argumentales de Ángel Fernando Mayo en la voz de Ana Vega Toscano introducidas por Pérez de Arteaga, una de las señas de identidad de estas retransmisiones.
Puntualmente, tres minutos antes de las cuatro de la tarde, Barbara Malisch comenzaba la locución desde la Radio de Baviera y anunciaba el reparto con un cambio de último momento -ni siquiera figuraba en la web del Festival cuando se ha hecho público-: la sustitución de Karl-Heinz Lehner por Georg Zeppenfeld, ya un habitual pluriempleado en el Festival, en el breve papel de sereno.
Barrie Kosky en uno de los ensayos. |
El reparto combina, en los papeles principales, cantantes habituales del Festival con los regresos de algunos otros y un debut, el de Daniel Behle como David. En los secundarios, se ha optado en su gran mayoría por habituales de la casa. Casi todos alemanes, salvo algunos miembros de la corporación de maestros. Tres de ellos participaron en el estreno de la anterior producción de 2007, debida a Katharina Wagner y en cartel hasta 2011: Klaus Florian Vogt (Walther), Michael Volle (entonces Beckmesser, ahora Sachs) y Stefan Heibach (Augustin Moser). Georg Zeppenfeld, hoy sereno, fue Pogner en la última reposición. El resultado es homogéneo, ofreciendo unas prestaciones de calidad difícilmente mejorables en conjunto con un reparto actual.
Philippe Jordan opta por una sonoridad redondeada y homogénea, explosiva por momentos (metal en la obertura), otros elegante (coro de aprendices al inicio del segundo acto), tendente a dejar escuchar las segundas voces, dinámica, bien articulada, con tempi convencionales y atento al texto. Él mismo reconoció hace unos días en una entrevista que Maestros es una obra complicada para el profundo foso de Bayreuth debido a la cantidad de pasajes contrapuntísticos en las maderas, frente a Parsifal, la obra con la que debutó en 2012, mucho más vertical y concebida para este teatro. Se le disculpa el arrastre, media parte antes, de la primera entrada del metal en fanfarria en el preludio, motivada por el ritardando progresivo en la bajada de la cuerda.
Aunque el propio Jordan en una entrevista declarase no sentirse wagneriano sino un director al que le gusta la obra de Wagner, no puede negarse su claro estilo wagneriano. Hay detalles de sonoridad original en el metal aquí y allá (por ejemplo, el acompañamiento al final del dúo entre Sachs y Beckmesser de segundo acto previamente a la entrada del coro que protagoniza el tumulto) y, en general, su interpretación tiene personalidad. Se le puede poner algún pero, como la contestación general de los maestros a Pogner tras su intervención explicando las intenciones para con su hija en el primer acto, donde cabría esperar una mayor brillantez, pero desde luego la labor es muy notable. Acompaña cuidadosamente los dos monólogos de Sachs o la canción del premio, mientras que resultan originales los contrastes de dinámicas entre coro y orquesta en la escena de la pradera.
Reunión de la corporación de maestros. |
El Walther von Stolzing de Klaus Florian Vogt es muy conocido. Debutó con este papel en el Festival precisamente en la anterior producción de la obra y, junto con Lohengrin, son los dos más adecuados a su atípica vocalidad. El cantante se mantiene en la misma forma con que debutó hace once años en el Festival, donde ha venido participando año a año sin excepción. Canta el papel con absoluta facilidad y una técnica envidiable, aunque con una sobriedad a veces un poco fría, sobre todo en el primer acto. Más dramático en el segundo, cuando se queja de los maestros a Eva caricaturizando la voz de su padre. Interesante la forma en que expone la canción del premio las dos primeras veces, como si verdaderamente la fuera pensando sobre la marcha, cuidadosamente acompañado por Jordan, frente a su interpretación ante el jurado al final de la obra, con más arrojo. Dejando aparte las cuestiones vocales, resulta curioso verle en las fotos tan modosito y tradicional después del aspecto con que le caracterizó Katharina en el anterior montaje, rebelde fanfarrón con chupa de cuero y gafas de sol.
Sachs (Volle) y Stolzing (Vogt) preparan la canción del premio. |
Anne Schwanewilms encarna una Eva tímida, un tanto retraída, pero bien cantada, fresca de voz y ágil en el dúo con Sachs del segundo acto. Más espontánea en el tercero y con buen saber hacer en el quinteto. En una entrevista, Barrie Kosky comentó que había trabajado especialmente con ella, pues la cantante no se había atrevido antes con el papel debido a que no sabía como abordarlo dramáticamente, al parecerle demasiado unidimensional. Adecuado regreso de la cantante al Festival después de casi dos décadas.
Stolzing, Eva y Magdalena en el segundo acto. |
Sachs y Beckmesser discutiendo en el segundo
acto. Se agradece ver los zapatos y el laúd,
elementos que, debido a las puestas en escena modernas, muchas veces desaparecen. |
Günther Groissböck (Pogner) tiene una poderosa voz de bajo, firme en toda la tesitura y sin problemas en los extremos. Interpretativamente en el primer acto sonó un tanto inflexible y en un continuo forte. Más matizado en el segundo, en el dúo con Eva.
La corporación de maestros, como viene siendo habitual en el Festival, homogénea y bien empastada en los conjuntos y solventes todos ellos por separado. Daniel Schmtuzhard (marido de la soprano Annette Dasch) es Fritz Kothner, encargado de pasar lista y leer la tablatura. Su voz no es muy grande y de un color claro, pero saneada y flexible, corriendo mejor por la partitura que el Donner de El Oro del Rhin que cantó hace dos años.
Solemne y vibrante el sereno de Georg Zeppenfeld, un complemento de lujo para esta función.
Excelente el coro, con importantes contrastes dinámicos en el acto tercero y juegos con la orquesta muy bien trabajados por Jordan.
En conclusión, una muy disfrutable jornada inaugural, donde todas las buenas espectativas que se venían poniendo de manifiesto en las últimas semanas se han cumplido. Por tipo de puesta en escena y sinergia director de escena-director musical, puede que estos Maestros sigan el mismo camino que el elogiado Parsifal que Daniele Gatti y Stefan Herheim estrenaron en 2008.
(toma digital estéreo sin pérdida de calidad, en formato .flac, procedente de la Radio de Baviera)
26 DE JULIO DE 2017.
Felicidades por el magnífico blog y por su contenido, así como por los enlaces. Un nuevo referente digita.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro que le haya gustado.
EliminarComo wagneriano me congratulo de la existencia de este blog al que ya me he apuntado. "Técnicamente" poco puedo decir ya que soy melómano pero no tengo conocimientos musicales.
ResponderEliminarFelicidades al autor y larga vida al blog, que recomiendo sin reservas.
Un fuerte abrazo wagneriano.
Pep
Muchas gracias Pep. El blog fue un proyecto que se me ocurrió hace unos meses, pero la verdad es que no he podido dedicarle tanto tiempo como quería (la idea era ir comentando una grabación al mes, en algunos casos algunas que han salido en los últimos años y que las guías tradicionales no recogen) y en verano dedicarme al Festival de Bayreuth, al estar algo más libre. Lo de las grabaciones ha quedado más parado, pero del Festival podré comentar las siete jornadas y, como las grabo, subir los archivos. Mi idea en todos los casos es intentar ser riguroso, ya que soy músico, pero claro. A veces las críticas musicales parecen juegos de literatura más que describir de forma clara lo que se escucha. Eso lo pretendo evitar a toda costa. Espero que disfrute del blog tanto como yo escribiéndolo. Gracias de nuevo.
EliminarRigurosas y claras, así es como son sus reseñas. Además, se lee con placer y están al alcance de quien no tiene conocimientos musicales, como yo.
ResponderEliminarSaludos