EL ORO DEL RHIN / BAYREUTH 2024

EL ORO DEL RHIN / Festival de Bayreuth, 28 de julio de 2024, 18 horas.
Otra representación: 20 de agosto.
Producción de Valentin Schwarz estrenada en 2022 / Decorados: Andrea Cozzi. Vestuario: Andy Besuch. Dramaturgia: Konrad Kuhn. Iluminación: Nicol Hungsberg. Vídeo: Luis August Krawen.
Dirección musical de Simone Young
Reparto: Tomasz Konieczny (Wotan), Nicholas Brownlee (Donner), Mirko Roschkowski (Froh), John Daszak (Loge), Christa Mayer (Fricka), Christina Nilsson (Freia), Okka von der Damerau (Erda), Olafur Sigurdarson (Alberich), Ya-Chung Huang (Mime), Jens-Erik Aasbø (Fasolt), Tobias Kehrer (Fafner), Evelin Novak (Woglinde), Natalia Skrycka (Wellgunde), Maria Henriette Reinhold (Flosshilde)
Minutación: 146:26 (2 h 26 min).
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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Y desde Australia llegó el Oro

        Minutos antes de las seis de la tarde, Clemens Nicol desde la Radio de Baviera anunciaba el inicio de la Tetralogía, con Ricardo de Cala a los micrófonos de Radio Clásica. Pasaba minuto y medio cuando sonaba el mi bemol 1 en los contrabajos, la nota pedal que origina el preludio de El Oro del Rhin y que, por tanto, hace comenzar la Tetralogía. Contrafagot... Cuerdas... y hacían su entrada las ondinas, rotundas y brillantes. Simone Young lleva a buen pulso la primera escena, con aliento dramático. Es la misma partitura, pero la obra en sus manos parece otra. Inkinen no despertó entusiasmo en el prólogo y ahora la cosa cambia. Que la directora australiana tenía que dirigir en Bayreuth era algo obligado. Ya desde mediados de los noventa era la mujer en podio que disfrutaba de un mayor reconocimiento mundial. Grabó la Tetralogía durante su periodo en Hamburgo -producción de Claus Guth- y allí dirigió todo el canon con motivo 
del bicentenario del Maestro en 2013. Por supuesto ha paseado su lectura por Viena y Berlín. Tras la cancelación del inicialmente previsto Philippe Jordan se la anunció y no cabe duda de que ha sido una acertadísima elección. Su lectura se presenta a tempi un punto vivos, muy atenta dramáticamente y con una construcción del edificio orquestal compacto y granítico -por momentos un punto grueso frente a lecturas más luminosas- que recuerda a la de Barenboim -no en vano, fue el propio Barenboim quien la contrató en 1993 como kapellmeister de la Staatsoper de Berlín, donde aquél era Director Musical General-. La primera escena fluye sin dar tregua al oyente, mientras que en la segunda disfrutamos de una cuerda vibrante y unos metales poderosos y rugientes con los gigantes. Imponente descenso al Nibelheim por la densidad del entramado orquestal y bien trabajada la escena con Alberich. En la cuarta a destacar el apilamiento del tesoro y todo el final de la obra, poderoso y vibrante.

        Desconocemos que ocurre este año con las fotografías, pues la web de la Radio de Baviera sólo ha ofrecido una galería completa de la nueva producción de Tristán. De las reposiciones no ofrece nada. Si bien la producción ya es conocida, es interesante ver fotografías por algunos cambios de cantantes así como retoques en el montaje.

        Tras una primera frase un poco tosca, Tomasz Konieczny pone de manifiesto que es un Wotan oscuro, de emisión un punto engolada, pero efectivo. Un portamento poco elegante en hehrer, herrlicher Bau!, apenas comenzada la segunda escena, pero convincente dramáticamente. En el saludo final al Walhalla se le ha notado apurado de fiato.

        Tras un poco convincente Kurwenal y un indiferente Biterolf, escuchamos a Olafur Sigurdarson su Alberich, conocido de las dos anteriores ediciones de esta Tetralogía. En la primera escena no tiene problemas, por la tesitura eminentemente central y una interpretación orgullosa pero noble, atento a la medida, ágil en los parlamentos y con una dicción clara. Dentro de sus limitaciones por los aspectos ya conocidos -falta de anchura, pérdida de color en el registro agudo-, ha planteado una buena entrada en la tercera escena, más descolorido en su conversación con Wotan y Loge y en las subsiguientes transformaciones, como asimismo en la maldición. Sigurdarson cae en gracia en el público de Bayreuth. El año pasado asistí al segundo ciclo de la Tetralogía y comentaba con otro español que se sentaba cerca de mí mis reservas sobre su Alberich: mi interlocutor salió en su defensa, por una dicción es clara y tener un instrumento flexible para los abundantes pasajes de arioso que tiene, con momentos que se aproximan al sprechgesang. No olvidemos que Wagner es, ante todo, teatro cantado, y los alemanes ya llevan años quejándose de que la dicción del canto wagneriano se ha emborronado con el tiempo.

        Regreso del británico John Daszak a Bayreuth con su icónico Loge, recordado del Anillo que en 2015 dirigiera Kirill Petrenko. Tiene 57 años y el instrumento no es tan firme como hace nueve años, con alguna oscilación en notas largas del monólogo y en su intervención final, pero componiendo un acabadísimo retrato del semidiós del fuego y con una dicción y precisión rítmica impecables, por lo que se le disculpan esos pequeños inconvenientes.

        Así como el año pasado me decepcionó Christa Mayer, una cantante de indudables buenas maneras vocales pero a la que se la escuchó ácida, este año su Fricka tiene fuste y entidad.

        Lírica, muy lírica, más bien ligera, la Freia de la debutante Christina Nilsson, soprano sueca cuyo apellido, por razones obvias, llama la atención. En su biografía podemos leer que recibió la beca de la fundación de su compatriota Birgit Nilsson y fue primer premio del Concurso Internacional de Canto Renata Tebaldi en 2017. Compone un competente retrato frágil.

        El también debutante norteamericano Nicholas Brownlee viene de cantar este año el rol de Donner en la Ópera Estatal de Baviera bajo la dirección de Vladimir Jurowski y producción de Tobias Kratzer, aunque mantiene una relación estrecha con la Ópera de Frankfurt, donde canta papeles protagónicos -Sachs, Don Giovanni, Juan el Bautista- y con teatros de su país -ha hecho Wotan en Dallas y el Holandés en Santa Fe-. Es una voz de entidad y con carrera pese a su juventud. Como curiosidad, ganó el premio Operalia en la categoría de zarzuela. Otro debutante, el alemán Mirko Rochkowski, hace carrera en distintos teatros secundarios alemanes y destaca en papeles protagónicos del repertorio francés. De Wagner tiene en repertorio, además de Froh, el Timonel y Erik del Holandés, Lohengrin, Walther en Maestros y el inhabitual y complicado Claudio de La prohibición de amar, que preparó en 2022 para la Ópera de Leipzig. Ha compuesto un dios de línea clásica.

        Tengo la sensación de que la batuta ha tenido algo que ver con el poderío vocal y dramático de los gigantes, el noble y ensoñador Jens-Erik Aasbø (Fasolt), de frase dúctil y línea cantábile, y el oscuro y calculador Tobias Kehrer (Fafner), dos magníficas encarnaciones.

        Efectiva la Erda de Okka von der Damerau, este año con una atmósfera menos oscura y más fluida. Muy bien el Mime del debutante Ya-Chung Huang (Mime), con una interpretación precisa y afilada sin caer en histrionismos.

        Magnífico trío de ondinas en las voces de Evelin Novak, Natalia Skrycka y Maria Henriette Reinhold, tersas, brillantes y con un fraseo cantábile y fluido.

        Bayreuth vuelve a tener una dirección de altura para el Anillo tras el decepcionante de Pietari Inkinen, lo cual repercutió asimismo en el rendimiento de los cantantes en el prólogo el año pasado. Ahora se entiende el por qué de programar la Tetralogía para 2025: Young ha salvado el Anillo. Es cierto que ha habido algunos cambios, pero la mayoría del reparto se mantiene del año anterior, y el resultado es más homogéneo. Esperamos con impaciencia el resto de jornadas.

Grabación digital procedente de MDR Kultur, en HD, en formato .acc a 265 kbps.
Se incluyen las alocuciones iniciales y finales, obtenidas de la Radio de Baviera.

28 DE JULIO DE 2024.

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