EL ORO DEL RHIN / BAYREUTH 2017

EL ORO DEL RHIN /29 de julio de 2017, 18 horas
Otras representaciones: 8 y 23 de agosto
Producción de Frank Castorf estrenada en 2013 / Decorados: Alecsandar Denic. Vestuario: Adriana Braga Peretzki. Iluminación: Rainer Casper. Vídeo: Andreas Deinert y Jens Crull
Dirección musical de Marek Janowski
Reparto: Iain Paterson (Wotan), Markus Eiche (Donner), Daniel Behle (Froh), Roberto Saccà (Loge), Tanja Ariane Baumgartner (Fricka), Carolina Wenborne (Freia), Nadine Weissmann (Erda), Albert Dohmen (Alberich), Andreas Conrad (Mime), Günther Groissböck (Fasolt), Karl-Heinz Lehner (Fafner), Alexandra Steiner (Woglinde), Stephanie Houtzeel (Wellgunde), Wiebke Lehmkul (Flosshilde)
Minutación: 140'14 (2 h 20 min).
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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Oro negro

            Último año del Anillo petrolífero de Castorf y segundo con Janowski en el podio. Una Tetralogía que en lo escénico no será recordada sino por algún chascarrillo y que en alguna medida ha arrastrado a lo musical, pues de otra manera habría una mayor predisposición a resaltar las virtudes de este Anillo, que las ha tenido y las tiene.

            El pasado año Janowski quitó y puso cantantes según sus gustos en algunos casos, forzado por las circunstancias en otros (así, un Johan Botha convaleciente de un cáncer que puso fin a su vida el pasado mes de septiembre o una Anja Kampe pareja del director Kirill Petrenko que le acompañó en su marcha del Festival por diferencias con Thielemann). En la mayoría de los casos acertó, pero se equivocó en otros: Sarah Connolly, inadecuada por voz para Fricka o Heidi Melton, irregular Sieglinde, que ha procurado remediar este año. También ha sustituido a algunos cantantes por otros con mayor relieve vocal, como es el caso de Tansel Akzeybek como Froh, de voz menuda, por Daniel Behle, de timbre más carnoso y al que escuchamos en la inauguración como un extraordinario David en Maestros.

            El resultado general es muy notable, con un reparto muy homogéneo en el amplio elenco, y con la revelación de la Fricka de Tanja Ariane Baumgartner, miembro de la Ópera de Frankfurt. Allí cantó el papel el pasado año en el Anillo de Sebastian Weigle, director de la casa.


El Golden Motel, en la americana Ruta 66, es el punto de reunión de
"Wotan y sus secuaces", convertidos en una suerte de mafiosos.
  Por lo que se refiere a la dirección, Marek Janowski vuelve a optar por tempi ágiles, en ocasiones demasiado -se le llegó a llamar speedy Janowski en una crítica el año pasado-, con densa sonoridad, explosiva en algunos momentos. El resultado es un Oro de dirección teatral, de trazo grueso -aunque con algunas filigranas muy bien conseguidas en el preludio, el arco iris de Froh o el canto final de las ondinas-, y que en algunos pasajes sería deseable un mayor sosiego, pero que funciona bien. El preludio está perfectamente construido por lo que respecta a los planos sonoros y a la fluidez del discurso y la escena de las ondinas atrapa al oyente, pese a que Albert Dohmen (Alberich), en algún momento parezca desear unos tempi más relajados. Una línea que se mantendrá a lo largo de toda la obra, con mayor relieve en los momentos musicalmente más intensos.


Wotan (Paterson), Alberich (Dohmen) y Loge (Saccà). El tarnhelm
parece el único elemento de la ópera que ha sobrevivido
a la reinterpretación de Castorf.
            Iain Paterson vuelve a ser el Wotan juvenil. De las tres partes es la que mejor le viene por vocalidad y la que más ha cantado. Una de sus primeras interpretaciones lo fue en los Proms de 2013 con Barenboim, año del bicentenario de Wagner, aunque ha hecho las tres partes en el Anillo de la Ópera de Houston (2014-16), donde se trasladó la producción de La Fura dels Baus, concebida inicialmente para Les Arts de Valencia. La voz funciona bien en el centro, pero le falta peso y estabilidad en los extremos: por arriba se muestra temblón en algunos momentos, por abajo suena engolado. En lo dramático funciona bastante bien, con lo que en conjunto todo queda dentro de una corrección saneada. De todas formas, nunca se ha indicado de quién procede la idea de disponer de tres cantantes, si del propio Janowski, de la dirección escénica -al no haber hilo conductor entre las jornadas- o de la dirección del Festival.


El Golden Motel visto desde una de sus perspectivas (el escenario es
giratorio). A la azotea sube Froh (Daniel Behle) a cantar su intervención
en la cuarta escena.
            Albert Dohmen construye un firme Alberich, de sonoridades oscuras, que en algunos momentos parece que preferiría unos tempi más reposados. El cantante, de 61 años, puede andar falto de vigor en otros papeles más exigentes, como Wotan o el Holandés, pero para el elfo negro, quien tuvo retuvo, en lo vocal y en lo dramático.

            El Loge de Roberto Saccà, un tenor spinto que ha paseado con éxito Walther y Lohengrin por bastantes teatros, suena vocalmente saneado, con una voz atractiva y lejos de histrionismos. En su monólogo en la segunda escena se echa un falta un poco más de sutileza en la dirección.

            Como ya hemos dicho, la Fricka de Tanja Ariane Baumgartner constituye toda una revelación: voz tersa que sube al agudo sin perder color, con agudos generosos y bien colocados. Frasea con buen gusto y se nota que conoce el papel. Deja muy buenas expectativas para su intervención en Valquiria.


Las ondinas -aquí prostitutas-, abandonan el Golden Motel al final.
      En cuanto al resto de dioses, Carolina Wenborne es una solvente Freia, sin caer en histrionismos ni en sonoridades chillonas. Correcto Markus Eiche como Donner, de voz no muy grande pero sí agradable, dúctil y con el fiato necesario para cantar con solvencia el He da! He do!. Excelente el Froh de Daniel Behle, cantado con pasión y elegancia. Erda es, por quinto año, Nadine Weissmann. La cantante berlinesa, la única de todo el reparto que ha cantado en todas las ediciones, posee graves suficientes y una buena línea de canto para ofrecer una notable intervención.

            Respecto a los gigantes, excelente el Fasolt de Günther Groissböck, no sólo por sus imponentes medios y su timbre brillante, sino por la ductilidad de su canto y la matización del personaje. De timbre mate y sin los mismos medios, pero convincente en su frialdad, el Fafner de Karl-Heinz Lehner.

             Sobresaliente el Mime de Andreas Conrad, ya conocido, y que deparará buenos momentos en Sigfrido.

             Competentes las ondinas, pese a que la intervención inicial de Alexandra Steiner (Woglinde) sonó falta de esa candidez y limpieza que sería deseable.

         La representación concluyó con aplausos generalizados, con muestras de entusiasmo y algunos abucheos, probablemente dirigidos a la parte escénica.


(toma digital sin pérdida de calidad, en formato .flac)
La toma procede de la Radio de Rumanía, que tiene una
sonoridad más espaciosa, a excepción de la
cuarta escena, de Bartok Radio (Hungría), debido a un problema con el equipo.

31 DE JULIO DE 2017.

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