EL HOLANDÉS ERRANTE / BAYREUTH 2018

EL HOLANDÉS ERRANTE / Festival de Bayreuth, 30 de julio de 2018, 18 horas
Otras representaciones: 3, 7, 12, 22 y 26 de agosto
Producción de Jan Philipp Gloger estrenada en 2012 / Decorados: Christoph Hetzer. Vestuario: Karin Jud. Dramaturgia: Sophie Becker. Luces: Urs Schönebaum. Vídeo: Martin Eidenberger
Dirección musical de Axel Kober (director del coro: Eberhard Friedrich)
Reparto: Peter Rose (Daland), Ricarda Merbeth (Senta), Tomislav Mužek (Erik), Christa Mayer (Mary), Rainer Trost (timonel), Greer Grimsley (Holandés)
Minutación: 130'06 (2 horas 10 min).
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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El holandés que navegaba por el ciberespacio


               Siendo 2018 un año de transición, sin Anillo, tradicionalmente son cinco y no siete las obras que se representan en el Festival. Para cuadrarlas, pues el Anillo está conformado por cuatro, se recurre siempre a la última producción retirada de cartel, que se representa un año más. En este caso es el Holandés de Jan Philipp Gloger, estrenado en 2012 -curiosamente antes que el Anillo retirado, que se estrenó en 2013- y que pudo verse por última vez en 2016. Ya en aquél momento llevaba cinco y no cuatro años en cartel, por lo que esta producción ha logrado dos años más en cartel, más por el azar de los calendarios que por méritos propios, pues la propuesta no es muy afortunada. Oscura, se desarrolla en un escenario prácticamente vacío y utiliza el argumento para hacer una crítica a la sociedad postindustrial y del moderno comercio, con toques futuristas. No hay puerto ni mar, sino una amplia terminal de aeropuerto -aunque sí un curioso bote en el medio del amplio espacio vacío, donde Daland y el Timonel esperan, ataviados con elegantes trajes de ejecutivos -¿quizás un transbordo?-. El Holandés aparece por allí, también de traje y con maleta, aunque en su caso más bien parece una suerte de cyborg, a la vista de los circuitos que lleva en la cabeza. Cierran el trato y todos marchan a la empresa de Daland, dedicada a la producción de ventiladores. Allí está la un tanto alocada Senta, que se fabrica con cartón un rudimentario muñeco que representa al Holandés, así como unas alas (¡Quisiera mostrarte a ti el ángel de Dios! ¡Por mí, obtendrás la salvación!)  y que después se enamora del recién llegado. Los marineros son ejecutivos que celebran, con burofax en mano, el trato cerrado. Al final de la obra, el Holandés parece desaparecer cibernéticamente y Senta se suicida. En la empresa de Daland nadie llora, sino que se apresuran a captar el momento haciendo una foto para, mientras suena el tema de la redención, producir un nuevo producto: una figurita de los enamorados. El mercado no entiende de sentimientos.

               Así las cosas, el montaje resulta oscuro, carente de épica y de romanticismo, y aunque el escenario oscuro del primer acto, con tintes futuristas -códigos y chips se proyectan mientras el Holandés canta su aria- resulta impactante, la empresa de Daland carece de cualquier tipo de atractivo -las hilanderas son trabajadoras, ataviadas de mono azul- y el coro de marineros, ejecutivos de gris en un escenario negro vacío, resulta aséptico. Curiosamente, este montaje ha aguantado el envite año tras año sin polémica. Sólo el primer año recibió algunos abucheos, pero al siguiente fue respetado, quizás como respeto a Christian Thielemann, quien fue el encargado de dirigirlo los tres primeros años.

               Radio Clásica no ha ofrecido esta jornada del Festival. Curiosamente, ninguno de los tres años en que Axel Kober ha dirigido este Holandés, se ha retransmitido (2015, 2016 y ahora en 2018), ignorando por qué. Sí retransmitieron su Tannhäuser (2013-2014). Afortunadamente, el mundo digital permite con facilidad conectarse a cualquiera de las emisoras europeas que lo han ofrecido en directo. Desde la Radio de Baviera, Frank Manhold ha sido el encargado de la retransmisión.

Los marineros convertidos en ejecutivos.
         Jan Philipp Gloger ha concedido una entrevista al Westfalenpost donde hace balance de los seis años en cartel. Cuando se estrenó la producción él contaba sólo con veintiocho años y reconoce que realizar una producción para Bayreuth provoca una repercusión muy amplia a nivel internacional. Ahora es director del Staatstheater de Nuremberg, aunque ya con anterioridad al Holandés había realizado algunos trabajos importantes. Por sus palabras parece desprenderse que el año que viene no se repondrá. Ya comentamos que, no habiendo tampoco Anillo en 2019, para completar las cinco óperas a representar, lo normal sería reponer Tristán, pero como Stephen Gould ha sido anunciado como Tannhäuser, quedaba la duda. Además de que de esa forma Thielemann volvería a dirigir dos títulos. Gloger ha comentado que pedirá al Festival que, tras la última representación, el próximo 26 de agosto, pueda quedarse con el muñeco que construye Senta. Además, ha informado de que tras sus producciones de obras de Mozart y Strauss, tiene sobre la mesa un proyecto para otra ópera de Wagner -no en Bayreuth-.

               En cuanto al reparto, sólo Christa Mayer (Mary) queda del elenco del estreno. Los cuatro primeros años el reparto fue bastante estable, pero en el quinto se hicieron bastantes cambios y en esta ocasión ha habido alguno más: en el caso del Holandés y Erik, debido a la asignación de roles en el Festival -Thomas J. Mayer y Andreas Schager cantan en Parsifal-, en el caso del Timonel, Benjamin Bruns cantó en las ediciones anteriores y no lo hace en esta ocasión, siendo sustituido por Rainer Trost.

               El caso del papel protagonista es bastante curioso. En 2016, Thomas J. Mayer se hizo cargo del Holandés debido a que un resfriado le impidió ensayar el Viandante, papel que tenía inicialmente asignado. El sueco John Lundgren era el inicialmente previsto. Al cantar este Wotan en Valquiria, se le asignó el Viandante en Sigfrido y el calendario de ensayos no se vio afectado por la ausencia de Mayer. En 2018 por fin se iba a escuchar a Lundgren como Holandés, pero como se ha repuesto La Valquiria separada del Anillo, ha tenido también que hacer Wotan, por lo que el Festival decidió que otro cantante, Geer Grimsley, se hiciera cargo de dos de las funciones del Holandés y de la última Valquiria. Dado que en el primer ciclo Holandés y Valquiria van seguidas, se decidió que Grimsley cantara el primer Holandés y, por consiguiente, siendo el escuchado en la retransmisión radiofónica.

               Por lo que respecta a Erik, el croata Tomislav Mužek cantó el papel entre 2013 y 2015. En 2016 el Festival prefirió a Andreas Schager, mucho más centrado en el panorama wagneriano y al que se la había hecho contrato para unos cuantos años -Erik, luego Parsifal, y Sigfrido a partir de 2020-. Cantando Schager este año Parsifal, vuelve el primero.

            El resultado musical es un Holandés atentamente dirigido y con un solvente reparto. Hay cantantes muy notables - Greer Grimsley como Holandés, Rainer Trost como timonel o Christa Mayer como Mary-, pero la Senta de Ricarda Merbeth lastra el resultado final, con excesivo vibrato en la zona alta.

               Axel Kober propone una visión briosa de la obra, violenta por momentos, y muy rápida -2 horas y 10 minutos-. Kober, lejos de círculos mediáticos, tiene una sólida trayectoria dirigiendo Wagner. Director de la Ópera Alemana del Rhin (Düsseldorf-Duisburg), donde ha programado un buen volumen de obras del compositor, su presencia en la Deustche Oper de Berlín y en la Staatsoper de Viena es cada vez más frecuente -él será el encargado de dirigir el último Wagner de Waltraud Meier, en enero de 2019 en la Staatsoper de Viena, cantando la breve parte de Waltraute en el Ocaso-. Atento al drama, sin decaer la tensión, logra momentos realmente buenos -electrizante obertura; juega con la sonoridad de las trompas en los compases iniciales, contestando a los marineros; presencia de las maderas; de la tensión a la solemnidad entre los actos segundo y tercero-, aunque en ocasiones tengo la sensación de que un poco más de reposo permitiría escuchar con mayor atención los detalles de la partitura.

Daland (Rose) y el timonel (Trost) llegan a un acuerdo con Daland
(en la imagen, John Lundgren).
        Protagoniza la obra el debutante en Bayreuth Greer Grimsley, cantante de amplia trayectoria en los Estados Unidos. Nacido en Nueva Orleans y cursando sus estudios en las prestigiosas Universidad de Loyola y Juilliard School, a sus sesenta y tres años está en un momento importantísimo de su carrera. Ha sido Wotan en Tokyo y San Francisco y el año que viene lo será en el Metropolitan, alternándose con Michael Volle. Aunque su carrera centroeuropea ha sido inexistente en los últimos años, sí ha hecho varias apariciones en España: fue Wotan en el Anillo que Josep Pons dirigió en el Liceo (2013-15) y después Kurwenal (2017), y cantó el Holandés en Coruña en 2016. Su voz es de verdadero bajo-barítono, con un centro anchísimo, graves bien proyectados y agudo suficiente, homogénea en toda la tesitura y de timbre oscuro. Quizás la única pega que pueda ponérsele es el vibrato amplio con que ha atacado la última frase del aria: Ew'ge Vernichtung, nimm mich auf!

Senta (Merbeth) y el Holandés (Grimsley).
               La Senta de Ricarda Merbeth suena apurada en la zona alta y con un vibrato bastante acusado. Merbeth debutó en Bayreuth en 2000 como Freia en el Anillo de Sinopoli y, a lo largo de su carrera, ha ido escalando hacia los papeles más dramáticos -Senta, Isolda, Brunilda desde 2017 y, este año, Turandot-. Su instrumento es el de una lírica (si acaso, una lírico-dramática con los años), por lo que se da la paradoja de que en su agenda figuran, en la misma temporada, papeles tan dispares como Gutrune, Elsa, Elisabeth, Senta y Brunilda. En mi opinión no tenía ninguna necesidad de abordar los papeles de auténtica soprano dramática. En Bayreuth le fue bien como Elisabeth (2002-07) y en 2010 tuve la oportunidad de verla como Sieglinde en Valladolid, con resultados satisfactorios -Sigmundo era Robert Dean Smith, dirigía Marek Janowski-. Su carrera con las heroínas lírico-dramáticas de Strauss también le venían muy bien. Incluso con Senta obtuvo un resultado muy notable en Bayreuth en 2013, año en que se incorporó a esta producción y se grabó en vídeo (Opus Arte), pero ya en 2016 y ahora en 2018, se nota el desgaste vocal. La voz está menos fresca para subir al agudo y el vibrato es más amplio, lo que se ha hecho especialmente patente en la balada, con unas frases iniciales con problemas para colocar las notas más altas. Luego en el dúo con el Holandés parece que su instrumento se ha templado.

               Tomislav Mužek es un tenor lírico que ha planificado bien su carrera. Nunca ha tenido ansias de cantar lo que no debe. Así, a su repertorio mozartiano añadió el timonel -papel que abordó en el Festival en 2003 y 2004-. Después pasó a abordar papeles de ópera romántica alemana, junto con los de Verdi y Puccini más líricos y Erik, papel que en los últimos años ha cantado en infinidad de ocasiones. Su interpretación es muy competente y equilibrada, aunque la voz no tiene un timbre demasiado personal o característico.

Erik (Muzek) y Senta (Merbeth) después de cantar ésta la balada.
               El británico Peter Rose se incorporó a esta producción en la reposición de 2016. En los últimos años desarrolla su carrera en Austria y Alemania -prácticamente toda ella entre Munich, Viena y Berlín-, con un repertorio muy diverso -desde Bartolo en El barbero de Sevilla al Barón Osch de El caballero de la rosa-. Daland es el único papel wagneriano que tiene en repertorio. La voz no es muy grande, ni tampoco oscura, pero corre bien por la partitura y sin problemas en los extremos, aunque se echa en falta esa caracterización tradicional del Daland rudo, propia de un marinero.

               Muy bien la Mary de Christa Mayer, de timbre plateado y un toque de misterio. Fantástico el timonel de Rainer Trost, de timbre bellísimo, cuidada línea de canto e interpretación apasionada.

               Como siempre, excelente el coro, terso y brioso.

Grabación digital procedente de la Radio de Rumanía en formato .mp3 a 256 kbps.
Se incluyen las alocuciones iniciales y finales de la locutora de la Radio de Baviera en formato .mp3 a 128 kbps.

31 DE JULIO DE 2018.

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