LOHENGRIN / BAYREUTH 2022

LOHENGRIN / Festival de Bayreuth, 4 de agosto de 2022, 16 horas. Ofrecido en diferido por diversas emisoras europeas. La primera, la Radio de Rumanía, el 11 de septiembre a las 20 horas (hora española). Emitido por la Radio de Baviera el 24 de septiembre a las 20 horas.
Otras representaciones: 7, 14, 19 y 22 de agosto.
Producción de Yuval Sharon estrenada en 2018 / Decorados y vestuario: Neo Rauch y Rosa Loy. Iluminación: Reinhard Traub
Dirección musical de Christian Thielemann (director del coro: Eberhard Friedrich)
Reparto: Georg Zeppenfeld (Rey Enrique), Klaus Florian Vogt (Lohengrin), Camilla Nylund (Elsa von Bravant), Martin Gantner (Friedrich von Telramund), Petra Lang (Ortrud), Derek Welton (Heraldo), Michael Gniffke (primer noble brabanzón), Tansel Akzeybek (segundo noble brabanzón), Raimund Nolte (tercer noble brabanzón), Jens-Erik Aasbø (cuarto noble brabanzón)
Minutación: Acto I: 59'12 / Acto II: 83'50 / Acto III: 61'51 / Total: 204'53 (3 h 24 min).
Todas las imágenes de este artículo son propiedad del Festival de Bayreuth (www.bayreuther-festspiele.de). Únicamente se muestran para fines divulgativos.
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El cisne que nadaba por la corriente eléctrica

             Tercer y último año -confirmado por el Festival- de la producción de Lohengrin debida a Yuval Sharon, que en su andadura ha permanecido prácticamente inalterada en ese retoque año a año que es el taller de Bayreuth, y que será retirada de cartel un año antes de lo acostumbrado, contra sus propios méritos. Hablemos claro: el resultado artístico conseguido en 2018 y 2019 ha sido el mejor en esta obra desde el Festival de 1967, en que Rudolf Kempe bajó al foso del Festspielhaus para acompañar a Sándor Kónya y James King en el papel protagonista, Heather Harper como Elsa, Donald McIntyre como Telramund, Grace Hoffmann como Ortrud, Karl Ridderbusch como Rey Enrique y Thomas Tipton como Heraldo, un hito que ha sido publicado por Orfeo. La producción de Sharon no es la segunda de Wolfgang Wagner que pudo verse en aquella ocasión, pero también es azul y se beneficia de contar con escenas de bella estampa pese a no tener una línea argumental especialmente consistente -aquí Lohengrin es una suerte de electricista que llega a un pueblecito mágico que tiene estética de la Alemania del siglo XVII- y el tercer acto no termina de estar bien resuelto. Dado que ninguna emisora ofreció la velada en directo -la primera en hacerlo fue la Radio de Rumanía el 18 de septiembre-, la Radio de Baviera no ha ofrecido los vistosos toques de fanfarria en su retransmisión en diferido, introduciendo el locutor directamente la velada. Radio Clásica de Radio Nacional de España no ha retransmitido por el momento esta función y no parece que tenga intención de hacerlo.

Ortrud (Lang) y Gantner (Telramund)
en el primer acto.
               El elenco ha tenido un buen número de cambios, debido a distintos motivos, cubriéndose con cantantes más o menos adecuados pero todos con un denominador común: gozan de la confianza de Thielemann. Así, Tomasz Koniczny (Telramund) y Egils Silins (Heraldo) han dado paso a Martin Gantner y Derek Welton al tener que repartirse el rol de Wotan en el Anillo tras confirmar baja John Lundgren. Petra Lang, quien desde 2019 había terminado su Isolda en el Tristán de Thielemann, ha conseguido entrar en cartel en las siguientes temporadas gracias a su relación profesional con Thielemann, de quien es una de sus cantantes de confianza. Ya en 2020 fue rescatada para Brunilda en la Valquiria del suspendido Festival de 2020, pasando a ser Kundry el pasado año en el Parsifal en versión de concierto que ofreciera el director berlinés, y ahora aparece como Ortrud, desplazando a Elena Pankratova. Finalmente, dos cambios anecdóticos en los nobles tercero y cuarto: el debutante Marek Reichert no repito, siendo sustituido por el habitual en la casa Raimund Nolte, mientras que Tiimo Rihonen no está presente este año en el Festival por haber finalizado las producciones de Parsifal y Maestros, en las que también participaba, siendo sustituido por el debutante Jens-Erik Aasbø, quien canta además los roles de Fasolt y Reinmar.

               Tampoco está en esta ocasión Piotr Beczala, una ausencia ya anunciada por el tenor desde hace un año, por coincidirle las fechas con su debut como Radamés en el Festival de Salzburgo en la Aída dirigida por Alain Altinoglu. El polaco no se ha prodigado mucho como caballero del cisne pese a los magníficos resultados conseguidos, probablemente por la dificultad y longitud del papel frente a los personajes italianos que suele frecuentar: tras su debut en 2016 en Dresde de la mano de Thielemann, cantó dos funciones en Zurich con Fabio Luisi en julio del año siguiente, y después llegaron sus intervenciones en Bayreuth en 2018 y 2019. Su última aparición en el rol antes de la pandemia tuvo lugar en dos funciones en la Staatsoper de Viena con Valery Gergiev, en enero de 2020, y el pasado año cantó otras dos en la Deustche Oper de Berlín bajo la dirección de Donald Runnicles. En septiembre de 2020 anunció su intención de preparar Parsifal a fin de debutarlo en 2022 en Cleveland con Welser-Möst y cantarlo un año después en Bayreuth, pero se ha quedado en proyecto y no hay noticias de que vaya a estudiar el rol a corto plazo. Así las cosas, el experimentado Klaus Florian Vogt asume el rol, quien ya apoyara a Beczala en 2019 en tres de las funciones del Festival y quien normalmente se turna cuando el polaco canta el rol -pues no es rentable para un teatro programar dos funciones-.

               Thielemann se despide de Bayreuth -no sabemos si de forma breve o definitiva- entre vítores indiscutibles del público, aún más acusados debido a un rendimiento superlativo de la orquesta, que se pliega sin fisuras a su planteamiento, tras la lectura de la Tetralogía, competente pero no genial, de Cornelius Meister. El nivel vocal es bueno, pero no alcanza el de los dos años anteriores por la pareja de villanos, que si bien convencen dramáticamente, vocalmente no llegan al nivel de Konieczny y Pankratova en la última edición que pudo verse del montaje. Tampoco Welton como Heraldo tiene el derroche vocal de Silins, si bien es una voz adecuada para la parte y que cumple con buena solvencia.

               Magnífica dirección de Christian Thielemann, que opta por tempi ligeros que dejan fluir constantemente el discurso, aunque sin sensación de apresuramiento -nótese la llegada de Elsa a la arrastra al oyente, sin renunciar a la sutileza en el dúo de los protagonistas y un cie catedral en el segundo acto-, con buen pulso dramático -nótese cómo va creciendo la tensión en el dúo de los protagonistas en el tercer acto- y con algunos puntos donde hace aparición una cierta ensoñación -inicio del preludio, concertante final del primer acto que no tiene la explosividad de los dos años precedentes o el final de la obra-. Atención absoluta a los planos sonoros y a las múltiples filigranas de la partitura, que lucen preciosistas con absoluta naturalidad y sin renunciar a un sonido rotundo y homogéneo y a unos clímax magníficamente preparados -final del segundo acto, explosivo interludio del tercero-. El nivel es muy homogéneo, pero el tercer acto descuella claramente por un brío dramático verdaderamente apabullante e hipnótico, con algunos momentos de éxtasis casi místico en la intervención larga del protagonista.

Vogt como Lohengrin.
               El veterano Klaus Florian Vogt demuestra que sigue siendo el Lohengrin de nuestros días, pese a que las características tímbricas de su instrumento no entusiasmen a algunos frente a los parabienes indiscutibles que recibía en los primeros años de éxito con el personaje. Su fraseo, su absoluto control de la respiración y su imperceptible zona de pasaje son características a considerar, si bien creo que su interpretación fue más aquilatada en 2019, pese a regalar una bellísima mezza voce en el In fernem land y Mein lieber schwan, pasaje este último en el que Vogt siempre ha realizado una interpretación matizadísima, consiguiendo unos pianisimi extraordinarios que son seña de identidad.

               Camilla Nylund vuelve a ser Elsa, ahora sí anunciada oficialmente en el rol, pues en 2019 hubo de reemplazar a catorce días del comienzo del Festival a Krassimira Stoyanova, prevista para las cinco primeras representaciones, por problemas de salud. La anunciada para los dos últimas no era otra que Anna Netrebko, quien el 5 de agosto de aquél año y con el primer ciclo de representaciones ya finalizado, suspendió su actividad durante tres semanas por recomendación médica. Dado que Nylund estaba anunciada oficialmente como Eva en Maestros, hacerse cargo de las siete funciones de Lohengrin era demasiado, por lo que el Festival hubo de recurrir a Annette Dasch, quien encarnó a la doncella de Brabante en la anterior producción. A sus 54 años y más de una década después de su debut en el Festival, donde ha cantado además Elisabeth, Sieglinde y Eva, su instrumento se conserva en buena forma vocal, si bien con acentos por momentos un punto matroniles -al igual que su presencia en el escenario, que evidencia que ya no es una jovencita-. Su vibrato amplio tan característicos aparece aquí contenido, lo que contribuye a elevar su interpretación. Destaca su sensibilidad en la plegaria y sobre todo la prestación ofrecida en el dúo -pese a atacar la primera nota de forma un poco agria-.

El Heraldo (Welton), Telramund (Gantner) y el Rey Enrique
(Zeppenfeld) en el primer acto.
               El veterano barítono suizo Martin Gantner, de 57 años de edad y condecorado como Kammersänger de la Ópera Estatal de Baviera en 2005, posee una voz mate de timbre descolorido, aunque manejada con oficio, con una correcta línea de canto. No es la voz ideal para Telramund, demasiado liviana y carente de nobleza, si bien presenta una dicción clara, medida precisa -lo que se agradece en los parlamentos del primer acto- y dramáticamente funciona, exhibiendo un buen equilibrio entre su intensidad en el primer acto y su desesperación en el segundo, con una pincelada de personalidad escurridiza. Tras la salida de Konieczny para reemplazar a Lundgren -primero como Holandés y después como Wotan-, Gantner contaba con todas las papeletas para hacerse cargo del rol, por dos razones: una, ha sido reemplazo del Festival en 2019 y 2021 como Beckmesser -rol que se acomoda más a sus particularidad vocales, como probablemente también el de Klingsor-, teniendo además que hacer prácticamente suyo el rol del escribano el pasado año debido a los problemas de salud que atravesó Johannes Martin Kränzle; otra, y definitiva, el hecho de que ha cantado el rol con Thielemann en la última edición del Festival de Pascua de Salzburgo -curiosamente con Pankratova como Ortrud-. Gantner también lo cantó en 2019 en la Deustche Oper de Berlín en la producción de Kasper Holten, con la misma pareja protagonista y bajo la dirección de Runnicles, y apareció también en el Lohengrin que sirvió de debut a Roberto Alagna como caballero del cisne en diciembre de 2020 en la Staatsoper de Berlín, con  Matthias Pintscher en el podio, en unas condiciones mucho menos estelares que las que preveía en inicio, en el Festival de Bayreuth de 2018. El registro de aquellas representaciones circula por la red, y a parte de mostrar la inadecuación de medios de Alagna, también permite escuchar a Gantner con unas prestaciones similares a las ofrecidas aquí.

Llegada de Lohengrin en el primer acto
               Tras la discutida Isolda de Petra Lang, la alemana regresa al rol de Ortrud, que cantó en la anterior producción de la obra con Andris Nelsons y que es, a mi juicio, su rol más interesante. Con los años, el instrumento ha perdido cierto brillo -nunca fue especialmente brillante, pero la diferencia tímbrica es apreciable frente al registro de Nelsons (Opus Arte, 2011)- y las sonoridades mates y pastosas se han hecho más evidentes, si bien dramáticamente no es algo problemático en el rol que nos ocupa. A sus 59 años no presenta problemas de tesitura, resolviendo con dignidad tanto la invocación a los dioses paganos como su intervención final, si bien el ataque de este tipo de notas ha perdido enfoque.

            Tras la salida de Egils Silins para afrontar el Wotan del Oro, Derek Welton ha tomado su lugar como Heraldo. El australiano fue un sobresaliente Klingsor en la última producción de Parsifal y ha cantado el rol en producciones tan destacadas como la veterana de Christine Mielitz en Dresde con Thielemann (2016) o la ya citada de la Deustche Oper en 2017 y 2019. La voz no es destacadamente tonante, pero suena fresca y juvenil y cumple con solvencia su cometido, con una prestación superior a la ofrecida en el registro de las representaciones de Dresde.

              Como de costumbre, magnífico el Coro del Festival dirigido por Eberhard Friedrich, dúctil, de la sutileza a la explosividad.

           A título de curiosidad, pues cuando escribimos estas líneas el Festival ya ha finalizado, la segunda representación contó con un problema técnico tras el preludio, no levantándose el telón, si bien el Heraldo realizó completa su intervención. Al entrar el coro, aun con el telón bajado, se produjo un desajuste y Thielemann paró la representación, reanudándose instantes después con él subido y desde la introducción orquestal que precede a la entrada del Heraldo.

              En definitiva, se despide un Lohengrin que merecía no ya los cuatro años de rigor, sino como mínimo una prórroga de un año, y probablemente dos no hubieran cansado al personal. El montaje ha discurrido estos años sin polémica e incluso ha sido visto como atractivo, y vocalmente ha lucido a alto nivel.

Grabación digital procedente de la Radio de Rumanía en formato .mp3 a 256 kbps.
Se incluyen alocuciones iniciales y finales del locutor de la Radio de Baviera.

27 DE SEPTIEMBRE DE 2022.

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