El Parsifal cálido y juvenil de Heras-Casado (Bayreuth 2023)

El pasado 28 de junio salió al mercado la grabación oficial del Parsifal que dirigiera Pablo Heras-Casado en el Festival de Bayreuth 2023. Un gran trabajo que se coloca como referencia moderna de la obra.

PARSIFAL

Festspielhaus Bayreuth 2023
Pablo Heras-Casado

Amfortas: Derek Welton
Titurel: Tobias Kehrer
Gurnemanz: Georg Zeppenfeld
Parsifal: Andreas Schager
Klingsor: Jordan Shanahan
Kundry: Elīna Garanča
1. Gralsritter: Siyabonga Maqungo
2. Gralsritter: Jens-Erik Aasbø
1. Knappe: Betsy Horne
2. Knappe: Margaret Plummer
3. Knappe: Jorge Rodríguez-Norton
4. Knappe: Garrie Davislim
Klingsors Zaubermädchen: Evelyn Novak
Klingsors Zaubermädchen: Camille Schnoor
Klingsors Zaubermädchen: Margaret Plummer
Klingsors Zaubermädchen: Julia Grüter
Klingsors Zaubermädchen: Betsy Horne
Klingsors Zaubermädchen: Marie Henriette Reinhold
Altsolo: Marie Henriette Reinhold

Dirección:
Elenco:
Sonido:

Heras-Casado propone un Parsifal dramáticamente atento en los dos primeros actos gracias a una precisa articulación y a la variabilidad en los tempi, y contemplativo y reflexivo en el tercero. El elenco es típicamente wagneriano y presenta voces de sonoridades juveniles que se avienen muy bien con la concepción de la batuta.

Este Parsifal es uno de esos acontecimientos inesperados que trascienden de los planes inicialmente previstos y que de cuando en cuanto acontecen en el Festival. En este caso, con un sinfín de cambios desde la idea original. La obra estaba inicialmente prevista para 2022 y adjudicada a Christian Thielemann, quien sólo había dirigido el Festival Escénico Sacro en el Festspielhaus en una ocasión: en 2001, último año en que pudo verse la segunda producción de Wolfgang Wagner, estrenada por James Levine en 1989. De hecho, en 2021 y en el contexto de los Festivales de pandemia, dirigió una función en versión de concierto como prolegómeno. La pandemia trastocó el calendario y este Parsifal se retrasó a 2023 -en 2022 tocaba estrenar, tras dos años de retraso, la Tetralogía, que vino acompañada de un Tristán como plan B-. De igual manera, se venía diciendo que el montaje correría a cargo de Katharina Wagner, tras sus Maestros (2007-11) y su Tristán (2015-19), pero su nombre fue el primero en ser rectificado: en el verano de 2021 se anunció al norteamericano Jay Scheib, en un montaje que utilizaría gafas de realidad aumentada. Parece ser que la bisnieta del Maestro no quería arriesgarse desarrollando una producción que iba a coincidir con su renovación de contrato, prevista en aquél momento en 2025 -después se adelantó a mayo de 2024, y actualmente su contrato rige hasta 2030-.

El elenco también tuvo cambios. En septiembre de 2020, Piotr Beczala anunciaba en una entrevista que se encontraba preparando el rol de Parsifal para debutarlo en Cleveland con Welser-Möst en 2022 y llevarlo después a Bayreuth. En esa entrevista incluso se hablaba de Ludovic Tézier como Amfortas y de Anja Harteros como Kundry. Ni el tenor ni la soprano llegaron a preparar los roles, y Tézier no llegó a ser anunciado oficialmente -fue Iain Paterson-, si bien ha registrado el papel en el reciente Parsifal de Philippe Jordan en VienaEn la conferencia de prensa previa al Festival de 2021 se anunció al tenor maltés Joseph Calleja y a la mezzo rusa Ekaterina Semenchuk y, en la correspondiente al Festival de 2022 se anunció el resto del elenco -salvo Klingsor- y a Pablo Heras-Casado como director musical, en una decisión que pilló por sorpresa, si bien desde el mes de mayo de aquél año se venía hablando de una posible salida de Thielemann por diferencias con Katharina Wagner, que después conocimos que se debió al debate introducido por Katharina -ya superado- sobre si era necesario sustituir la palabra führer al final de Lohengrin, como se hizo en los años posteriores a la II Guerra Mundial. Thielemann renunciaba temporalmente a Bayreuth -regresará en 2025, de nuevo con el Lohengrin de Yuval Sharon, que ha venido dirigiendo desde 2018- y Katharina Wagner pensó en Heras-Casado, a quien escuchó el Ocaso en Madrid.

Entre la rueda de prensa previa al Festival de 2022 y el estreno el 25 de julio de 2023 hubo varios cambios. El primero en caer fue Paterson, quien no apareció en el calendario que el Festival publicó en su web aquél otoño. Iniciado 2023, Semenchuk fue reemplazada por la también mezzo rusa Ekaterina Gubanova. Oficialmente no trascendieron los motivos, pero algunas fuentes no oficiales hablaron de su acercamiento a Putin, con el anuncio de que participaría en mayo en el espectáculo Estrellas de las noches blancas en el Teatro Mariinski, en un momento especialmente sensible con el conflicto de Ucrania. Como Gubanova ya tenía anunciada su participación como Venus y Brangania, compartió el rol de Kundry con Elīna Garanča, ocupándose esta última del estreno. La mayor sorpresa tuvo lugar el 10 de julio, a dos semanas del estreno, cuando Calleja desistió de cantar aduciendo una afección persistente de garganta. La nota de prensa ya anunciaba a su sustituto: Andreas Schager, habitual del Festival y Parsifal en la anterior producción que pudo verse de la obra. Todo un encaje de agenda, pues Stephen Gould había comunicado diez días antes que se retiraba del Festival por consejo médico, falleciendo en septiembre. En definitiva, del reparto inicialmente anunciado sólo se mantuvieron Georg Zeppenfeld, Tobias Kehrer y Jordan Shanahan, teniendo en cuenta que este último fue anunciado cuando se publicó el calendario completo.

La edición llevada a cabo por DG, tanto en audio como en vídeo, no revela las fechas exactas de la grabación. Comparadas las minutaciones en disco con las correspondientes a la función del estreno, no son coincidentes, como tampoco algunos detalles que he comparado, por lo que tengo la sensación de que el resultado, que además es superior a lo ofrecido el día del estreno, es el resultado de varias tomas. El sonido es nítido y natural, en una toma que respeta la acústica del Festspielhaus, si bien no alcanza el prodigio sonoro que logró Opus Arte los años en que se ocupó de las ediciones de registros del Festival. Al igual que ocurría en esos registros, el ingeniero de sonido es Peter Urban, de la Radio de Baviera, máximo conocedor de de la compleja y rica acústica del Festspielhaus. La edición en audio se presenta en elegante caja de cartón, con los discos en sobrecitos de cartón duro y dos librillos: uno correspondiente a los detalles de este registro, con fotografías grandes a toco color, y otro con el libreto en inglés y alemán.

Pablo Heras-Casado plantea una dirección dramáticamente atenta, muy precisa y detallada en la articulación de la cuerda, y jugando con los contrastes de tempi, sobre todo en la primera parte del primer acto. Si por la radio me pareció que en el primer acto había ciertos contrastes bruscos, en la grabación todo resulta más natural, teniendo en cuenta, eso sí, que no hallaremos un primer acto de oratorio como en los registros clásicos, sino más próximo a las concepciones de Solti y Barenboim pero con tempi más ágiles, pues lo resuelve en poco más de 98 minutos, pero que en todo caso tiene un marcado sello personal. En el segundo acto su concepción funciona muy bien, con un dúo que alcanza momentos incandescentes, mientras que en el tercero opta por una interpretación de marcado carácter trascendente, reposado y ascético, ya desde un preludio más contemplativo que dramático, con una orquesta parsimoniosa que desgrana la obra sin prisas y como apurando cada nota de la compleja partitura -la dirección de éste presenta una minutación similar a la de Knappertsbusch en 1964-. Nota común a todo su trabajo son unos clímax bien marcados -nótese, por ejemplo, en la Verwandlungmusik -a pesar de un tempo rápido que puede no gustar a todos-en el pasaje orquestal tras la Consagración en el primer acto (CD2, pista 4, 5:21 a 5:28) o en una unción de Gurnemanz a Parsifal en el tercero que corta la respiración (CD4, pista 5, 6:22)- o los accelerandi y ritardandi con propósitos dramáticos: nótese en los compases que preceden a la entrada del coro tras la Consagración (CD2, pista 5) cómo el tempi se va animando, y probablemente hay quien prefiera una exposición de este pasaje más serena y pausada -yo me incluyo entre ellos-, o en el pasaje orquestal en que Kundry lava los pies a Parsifal (CD4, pista 5, 5:05), pero no puede negarse que funciona. En cambio, en los últimos compases del primer acto, con la última intervención de las voces desde lo alto, o en el pasaje orquestal que sucede a la presentación a Gurnemanz de la lanza en el tercero (CD4, pista 4, 4:21), en el que el tempo casi se paraliza. La entrada de los caballeros a la Sala del Grial al final de la obra se beneficia de un sutil impulso marcial combinado con una línea cantábile y todo un juego de suaves dinámicas que va creciendo hasta crear una atmósfera agobiante (CD4, pista 8).

En cuanto a la sonoridad orquestal, no es la batuta más preciosista -no encontraremos el cincelado de un Thielemann o un Karajan-, pero exhibe una construcción orquestal compacta, con un sonido de sólido empaste y homogeneidad muy atractivo, sedoso en la conclusión de la obra, y en general con cierta atención al colorido orquestal -a lo largo de la interpretación hay algunos detalles en violas y trompas de interés-.

Gurmenanz (Zeppenfeld), los escuderos y Kundry (Garanča)

            Andreas Schager es un buen Parsifal gracias a su atractivo timbre broncíneo y juvenil y su interpretación arrojada, partiendo de que no es el rol que mejor se acomoda a su tesitura, pues su instrumento tiene su zona de mayor brillo en el registro medio-alto, y Parsifal tiene una tesitura eminentemente central. De hecho, en el grave del comienzo del dúo del segundo acto no está del todo cómodo. Impetuoso y brillante en su entrada y muy comprometido en el segundo acto, con un arrojado Amfortas! Die wunde! (CD3, pista 10) al que siguen unos bien conseguidos filados en Erlöser! Heiland! (3:50). En el tercer acto tiene momentos modélicos, nobles y otoñales: así, su Heil mir, daß ich dich wiederfinde! con que hace su entrada, su Werd' heut zu Amfortas ich noch geleitet? (pista 5, 1:50) o la mezza voce conue canta la última frase de los encantamientos de Viernes Santo (pista 6, 7:59): du weinest! Sieh! Es lacht die Aue. Menos generoso en su intervención final. Heras-Casado se mostró entusiasmado con la posibilidad de contar con Schager, pues ya habían colaborado en el Anillo de Madrid, y el director granadino se sinceró en una entrevista declarando que no veía a Calleja en este repertorio. Por otra parte, el maltés no ha llegado a debutar el rol. 

        Georg Zeppenfeld ya es muy conocido en el rol de Gurnemanz, siendo éste su tercer registro tras el de Haenchen en Bayreuth (2016) y el de Jordan en Viena (2021). La voz es suave, aterciopelada, elegante y con lustre. En el primer acto ofrece una prestación superior en el referido registro de Haenchen, con un fraseo más tranquilo que se aviene mejor con sus ademanes poéticos y reflexivos frente a los más dramáticos e intensos de Heras-Casado. En el tercero, con los tempi contemplativos, se encuentra mucho más cómodo. Fabulosa unción a Parsifal (CD4, pista 5, 6:22), con un generoso mi3 final de siete segundos.

Elīna Garanča como Kundry

        Elīna Garanča ofrece aquí una magnífica Kundry. La mezzo letona, como en tiempos Christa Ludwig, no es una cantante propiamente wagneriana, pero ofrece toda una creación del personaje con medios idóneos para la parte. A mi juicio, un ideal vocal-dramático no visto desde Waltraud Meier, pues si bien el rol ha tenido otras creaciones vocales de entidad en los últimos veinticinco años -a mi juicio las más destacadas en términos estrictamente vocales han sido las de Violeta Urmana y Elena Pankratova, por este orden-, la apabullante presencia escénica de la cantante de Wurzburg marcó un hito en la interpretación del personaje. Creo que con Garanča ocurre algo parecido. Debutó el rol hace dos años con Jordan en Viena -el registro antes mencionado- y si allí se evidencia que falta rodar la parte, con algunas limitaciones e inseguridades en el agudo, aquí el personaje está completamente desarrollado, con una seguridad interpretativa a considerar.

Derek Welton ha aparecido en el Festival como Klingsor en cuatro ediciones y en una como Heraldo en Lohengrin, papel que además grabó con Thielemann en Dresde (DG, 2016). La voz ha ido ensanchando con los años y firma aquí un buen Amfortas, vigoroso y con un centro terso y atractivo y un agudo sólido -los Erbarmen! le salen solos-, si bien un punto afectado en su intervención final.

Tobias Kehrer es un buen Titurel, rotundo en sus requerimientos a Amfortas.

Jordan Shanahan compone un Klingsor importante, tanto por una voz incisiva y tersa como por maneras, imponente y orgulloso.

Los papeles menores están bien servidos, destacando los caballeros de Siyabonga Maqungo Jens-Erik Aasbø y los escuderos de Betsy Horne y Jorge Rodríguez-NortonAasbø, de aterciopelada, y Rodríguez-Norton, juvenil y apasionado, merecen aparecer en papeles de mayor entidad. El primero ya es un buen Fasolt en la actual Tetralogía.

El coro, preparado por Eberhard Friedrich, insuperable como siempre. No será este registro el último que salga del director, quien este año pondrá fin a su andadura en Bayreuth tras 25 años como titular y otros 7 como asistente, pues el año que viene se publicará el Tristán que este año ha dirigido Semyon Bychkov, pero la relevancia del coro en Parsifal es indiscutible, y su trabajo de orfebrería es digno de admiración.

Parsifal precisaba de un registro moderno en disco que poder recomendar, pues algunas opciones recientes de interés sólo han aparecido en vídeo, y el recientemente publicado de Jordan en Viena (Sony, 2021) ha resultado una decepción. Al comentar aquél registro recomendábamos esperar a que saliera éste y hoy lo confirmamos. La retirada del mercado del de Thielemann en Viena (DG, 2005) -que cuenta con un elenco de una generación previa a ésta, incluso dos en el caso de Domingo y Meier- nos hacía retroceder nada menos que hasta el de Barenboim en estudio (Teldec-Warner, 1990), dos generaciones de cantantes hacia atrás. Como el de Kubelik en estudio (Arts Archives, 1980) está también descatalogado, de ahí ya hay que retroceder a los años dorados. Ahora bien, ninguno de los tres registros mencionados alcanzaba el sobresaliente en lo vocal, por distintos motivos. El que nos ocupa sí merece tal calificación, pues no tiene ningún lunar, resulta homogéneo y dramáticamente funciona muy bien. Puede recomendarse tanto para iniciarse en la obra como para el wagneriano experimentado. Lo incluimos en nuestra discografía recomendada.

AGOSTO DE 2024.

No hay comentarios:

Publicar un comentario